•Más de 28 meses han pasado de la desaparición de la universitaria; en la Fiscalía la familia sólo ha encontrado decepciones y enojo
Ignacio Carvajal/Coatzacoalcos
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Tres cirugías al corazón son las que suma Yolanda Rivera Treviño desde la desaparición de su hija, Ámbar Nayeli Suárez Rivera, empleada del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), estudiante de la carrera de Odontología de la Universidad Veracruzana (UV), una joven cuya desaparición apunta a Tierra Blanca, ese agujero negro en la geografía veracruzana.
El principal sospechoso, acusa la madre, es quien en esos días era novio de Ámbar Nayeli Suárez, el doctor Francisco Javier Mendoza Ruiz, originario de Tierra Blanca, y que tras la denuncia de la desaparición huyó a Tierra Blanca, allá fue encontrado y detenido para llevarlo al MP en calidad de presentado por los hechos ocurridos el 2 de octubre de 2013.
La madre de la joven ausente jura que “el gobierno de Veracruz, alguien allí dentro, está protegiendo a esta persona para que no diga la verdad de qué hizo con mi hija, en dónde la tiene o qué le pasó realmente”, ya que después de que declaró lo dejaron ir, y aun con los señalamientos y pruebas, las autoridades no lo buscan.
Según la sábana de llamadas lograda mediante investigaciones de la Procuraduría General de la República (PGR), el doctor Francisco Javier Mendoza Ruiz fue la última persona con quien Ámbar Nayeli estuvo en comunicación.
Por petición del novio, esa tarde ella iba a ver a una persona cerca de Plaza Mocambo para entregarle un paquete. Ella nunca llegó, el que se presentó en el lugar, según las cámaras de vigilancia, fue el exnovio. Nayeli se perdió en el trayecto de la salida de su casa a la escuela, en un lapso de dos horas.
No llegó al trabajo ni a la escuela ni al consultorio en donde ayudaba para complementar sus conocimientos. Algo andaba mal, se dio cuenta la familia.
La madre ahora sabe que ella quería terminar la relación con el médico, era celoso y posesivo, le confiaba su hija; ya no estaba a gusto. El móvil para agredirla, cuenta, está más que claro. Ella lo iba a dejar y él no quería. Pero las autoridades no ven eso.
En los interrogatorios posteriores a su detención, el médico intentó involucrar a otros compañeros de trabajo para desentenderse de la desaparición de la joven. Que su hija consumía drogas, que ella sostenía una relación con uno de mis mejores amigos, y otros más, y todos, todos, se drogaban porque ella les compraba, acusó.
“A los médicos que él relacionó los llamaron a declarar, les hicieron pruebas de todo, de drogas, de consumo de alcohol, y nada, estaban limpios, esta persona en su desesperación relacionó a quien pudo con tal de evadir su responsabilidad con mi muchacha” relata la madre.
Hubo protestas en calles de Boca del Río, frente a Plaza Mocambo, en el bulevar, en la zona universitaria, vaya, fueron a protestar a la misma casa del exnovio. Compañeros de escuela de la joven se plantaron en el domicilio de la familia del médico. Pero ni con eso hubo resultados.
Y las marchas se hicieron varios días después de la pérdida de la universitaria. Uno de los peores agravios que carga Yolanda Rivera Treviño es para con el exsubprocurador Fernando Maldonado Vázquez, priista de hueso colorado: “Nos tuvo en silencio los días más importantes para exigir justicia. Le decíamos de hacer marchas y él nos decía que no, nos regañaba, que así no iba a poder hacer bien las cosas, pedía silencio para agarrar al responsable, ahora me doy cuenta que no, que todo fue así para no causar molestias a su jefe, el gobernador Javier Duarte de Ochoa, y seguir diciendo que no pasa nada, eso fue” expuso la mamá.
La vida se me paralizó –agrega-, la salud se acaba, la paciencia, el coraje, todo. La familia queda a la deriva pensando en la ausencia de la persona que no está contigo. Mi hija era puro amor, muy familiar, apegada a nosotros no le hacía nada a nadie, sólo se dedicaba a estudiar, al trabajo. Qué hizo mal para merecer esto.
La investigación ministerial actualmente está por los suelos, al igual que el resto de los casos de jóvenes ausentes en Veracruz, el presunto autor, el más grande sospechoso, está libre, escondiéndose en algún lugar del país; tal vez, siendo una amenaza más para otras jóvenes, pues después de su detención en Tierra Blanca y su declaración no ha sido requerido.