domingo, diciembre 22, 2024

Otra forma de celebrar el primer viernes de marzo

Cardel, Ver.-Entre la ciudad de Cardel y el puerto de Veracruz cada año en la playa de Chalchihuecan la noche del primer viernes de marzo sucede un fenómeno biológico que congrega a miles de visitantes, que llegan de todas partes para ver a las estrellas que cayeron en el mar.

Las playas de Veracruz, que vieron arribar hace más de 500 años a las temibles naves de Cortés, han escondido diligentemente secretos milenarios, que lo mismo fascinaron a los naturales totonacos, como hoy día, al hombre del siglo XXI.

Puntualmente con el primer viernes de marzo los vientos y las corrientes marinas arrojan a la superficie una especie de plancton con propiedades únicas iridiscentes; es decir, que reflejan con singular intensidad la luz de la luna que esa noche baña la playa.

Es así como los miles de asistentes entran al mar para bañarse en las aguas nocturnas, la mayoría con ropas oscuras, para que al salir dichos protozoarios se revelen como puntitos fluorescentes pegados a sus cuerpos, parecidos a las estrellas del cielo. De ahí el nombre coloquial de “lluvia de estrellas” de este fenómeno natural.

Desde hace algunas décadas, con la difusión del evento, se ha establecido una atractiva celebración que reúne a visitantes de todos los rincones del estado y del país, que en medio de la noche, con el sonido de las aguas, el fuego, danzas y ritmos tribales, disfrutan una experiencia mística que solo un estado como Veracruz puede ofrecer.

De la magia a la fiesta

Casualmente, o no, la lluvia de estrellas de Chalchihuecan, coincide con los rituales chamánicos del primer viernes de marzo que se llevan a cabo en distintos lugares del país, pero cuyo epicentro también es otro sitio veracruzano: la región de Los Tuxtlas.

Es así como a esta playa iluminada también llegan hombres y mujeres que en su saber dicen curar algunos males y garantizar, mediante sus rituales naturalistas, ya la buena fortuna, el éxito amoroso y hasta económico. Son las famosas limpias, que al compás del fenómeno biológico construyen una atmósfera mística y mágica envuelta también de fiesta, jolgorio, música y juventud.

En la opinión del director de Turismo Municipal del Ayuntamiento de la Antigua, José Alfredo Castrejón Reza, se trata de un evento místico que se lleva a cabo tradicionalmente año con año y que se combina con una tradición de herencia prehispánica casi religiosa.

“Místicamente involucra el preludio de la primavera y con ello las energías que se perciben, por eso se dan cita curanderos y curanderas, además de jóvenes y familias a este evento que se ha convertido en una verdadera convivencia multicultural”. Este año, el Comité Organizador del festival tiene preparados para los jóvenes un evento de música electrónica con la presencia de DJ’s.

Para salvaguardar la integridad de los más de diez mil asistentes que se tienen augurados este año se llevará a cabo un operativo especial por parte de Protección Civil Municipal en coordinación con las fuerzas del orden del estado.

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