•Corteja Érick Lagos al Yunes rojo
•También al Yunes azul
•Busca la impunidad
Por: Luis Velázquez
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Ningún político, incluso priista, creyó el rollo que Érick Lagos Hernández ganó la curul federal con 72 mil votos, la más alta en el país en la última elección que dijo Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación.
Pero Érick Lagos, con un expediente en el campo militar de “La Boticaria”, en Boca del Río, por consumo de droga y otro por su amistad con “El Lucky”, y otro por la rara y extraña desaparición de su amigo, el arquitecto José Christian Morales Carreto, se ha creído al pie de la letra que si el Yunes rojo o el Yunes azul suceden a Javier Duarte, JD, entonces, su destino será la cárcel.
Y la cárcel, porque de los discípulos del góber fogoso y de JD, la fama pública registra que se ha enriquecido más que todos.
Y aun cuando, digamos, sea falso, en la percepción política tal cual es la sensación.
Incluso, desde antes le entró el nerviosismo cuando el senador Pepe Yunes Zorrilla era aspirante a la candidatura priista a la mini, y anunciaba que encarcelaría a los políticos pillos y ladrones, llevando a Lagos Hernández por delante.
Por eso, cuando el Yunes rojo y también el Yunes azul han recrudecido su discurso en contra de la corrupción política en el gobierno de Veracruz, desde Javier Duarte hasta Fidel Herrera, el diputado federal por el distrito de Acayucan aplica la más intensa ofensiva para amarrarse.
Y más porque en el penúltimo discurso, el Yunes rojo aseguró que si hay pruebas de las tropelías entonces, y de ser necesaria, encarcelaría al mismito gobernador.
Por ejemplo, según versiones, todos los días vía twitter envía entre diez a 15 mensajes directos al celular del Yunes rojo, quizá transmitiendo información, digamos, exclusiva, y/o de su interés, acaso, como ha sido su estilo, contando chismes políticos, aun cuando también estaría ofreciendo bacanales con sus barbies, digamos, para el destress político.
Y, bueno, ahora cuando el Yunes rojo anda en campaña, como todos los aspirantes a un cargo de elección popular, y más en una contienda electoral tan reñida, solo apuesta a sumar que cuando gane en las urnas su discurso y su actitud modificará y a partir de entonces, el mundo jarocho conocerá otra dimensión de su compleja identidad.
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Érick Lagos apuesta a salvarse, luego de que ha saltado del barco duartista.
Y tal es su estilo.
Por ejemplo, antes de que el PRI tuviera un candidato, coqueteaba con el senador Héctor Yunes Landa, pero al mismo tiempo, con el senador Pepe Yunes Zorrilla, a través de Gonzalo Morgado Huesca, ex presidente municipal de Martínez de la Torre, ex presidente del CDE del PRI y ex diputado local y federal, efímero delegado federal del ISSSTE.
Ahora empuja su carreta abriendo brecha en las neuronas, pero más en el corazón y el hígado del Yunes rojo, porque sabe y está consciente de que si el Yunes azul entra a palacio, entonces, significará el diluvio universal tanto para Duarte como para el fogoso, pero también, para otros fidelistas, entre ellos, Lagos Hernández.
Más de once años trepados en las mieles del poder. Más de una década “ordeñando la vaca”. Más de once años de frivolidad política, haciendo y deshaciendo, sin rendir cuentas a nadie. Más de una década en el hedonismo político, con cargo al erario. Más de once años madreando por arriba y debajo de la mesa a los enemigos.
Lo peor: “en la plenitud del pinche poder”, la desaparición de su amigo, José Cristhian Morales Carreto como de igual manera haber creado una elite de porros enmascarados, incluso, para amedrentar, hostilizar, bloquear y descarrilar a los adversarios y/o a quienes piensan diferentes, como fue el caso de su alianza con Víctor Arredondo Álvarez para tomar la USBI de Xalapa el día cuando el ex rector de la UV, Raúl Arias Lovillo, rendiría su último informe.
Además, el desprecio y el menosprecio que lo llevara a humillar a los demás, con profundas agresiones a los derechos humanos, solo porque acercaba faldas a Fidel Herrera.
Y porque, además, cobraba el diezmo… pagado por empresarios de la construcción a Fidel Herrera por la obra pública otorgada fast track, por dedazo.
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Por eso el cortejo en su momento a Pepe Yunes. Y ahora al Yunes rojo.
Pero más aún: algunos, osados y temerarios, aseguran que Érick Lagos busca un puente con el Yunes azul, pues siente que la lumbre está cerca.
Y si Jaime “El bronco” Rodríguez, el gobernador independiente de Nuevo León, ningún resultado ha dado en su cacareada lucha contra la corrupción política para encarcelar a Rodrigo Medina.
Y si Claudia Pavlovich solo ha detenido al jefe de Comunicación Social de su antecesor, Guillermo Padrés, en Sonora, mientras son “peras o manzanas”, Érick Lagos trata de amarrarse.
Pero el Yunes rojo y el Yunes azul han sido contundentes. Todos los políticos pillos y ladrones que hayan “metido la mano al cajón” terminarán en la cárcel.
Pero además, devolverán el dinero robado.
Y más aún, y como dice el Yunes rojo, serán inhabilitados para un cargo público el resto de sus vidas.
Y como dice el Yunes azul, en los primeros 4 meses de gobierno las cárceles se llenarán de políticos.
Ya veremos si el candidato ganador honra su palabra, o por el contrario, se traiciona a sí mismo, volviéndose ojete y por añadidura, cómplice.
En la Casa Veracruz, en la última cena con los siete de la tribu priista metidos en el juego sucesorio, Javier Duarte se los dijo de la siguiente manera:
“No prometan cosas que luego incumplirán. Se los digo por experiencia”.
Y lo dijo con tanta experiencia que ahí lo tienen: del mejor gobernador que se soñaba en diciembre del año 2010 está terminando como en el peor en la historia de Veracruz, tanto que ahora anda a salto de mata y lo abuchean hasta en ausencia.