lunes, mayo 6, 2024

Escenarios

Por: Luis Velázquez

•Los mimos de Américo Zúñiga

•Recuperar el tejido social

•Gran experiencia en Bogotá

1

En Xalapa, el presidente municipal, Américo Zúñiga, ha contratado a unos mimos para dirigir la circulación. Mejor dicho, para la educación vial.

Se trata de una vieja y antigua técnica pedagógica, social y política, utilizada por última vez en Bogotá, Colombia, cuando el filósofo y matemático, Antanas Mockus, fue alcalde en dos ocasiones. 1995/1998 y 2001/2003.

Antanas, quien fue militante del Partido Verde (todos los días llegaba al palacio municipal en bicicleta y/o caminando) sintió que en una Colombia desgarrada por los secuestrados, los desaparecidos, los asesinatos y la droga (igual que Xalapa, igual que Veracruz) solo se daría un cambio… a partir de que se recuperara el tejido social.

Y el tejido social solo puede rescatarse, dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica, a partir de los valores que permiten devolver a cada ciudadano y a cada familia el gran sentido de la esperanza.

Pero, además, de que por encima de la tragedia colectiva (el dolor y el sufrimiento humano se vuelve incalculable) hay futuro cuando se respeta la dignidad humana, que es hermana gemela de la libertad.

Más aún, si se enaltece la concordia como sistema de vida, de algún modo lo que enseña el mandamiento religioso de no hacer a otros lo que no quieras que te hagan a ti.

Y aun cuando, claro, se trata de una utopía, peor, mucho peor es andar en la vida sin tales valores.

En la Bogotá de Antas Mockus, como en la Xalapa de Américo Zúñiga, los mimos empleados para la educación vial significaron una novedad, pero también una innovación, con un gran sentido e impacto social.

Y más porque en Bogotá los llevaron a otros espacios de la vida.

Por ejemplo, si un peatón tiraba la basura (papeles, cigarros, latas de refrescos, pañuelos de papel, etcétera) en la calle y cerca estaba un mimo, entonces, también le sonaba el silbato haciéndole señas de su agravio y el mimo dejaba de tocar el silbato hasta que el ciudadano levantaba la basura y la depositaba en el lugar correspondiente.

Al ratito, muchos bogotanos ya andaban con un silbato y se sentían mimos…

2

Antanas lanzó otro programa conocido hoy en el mundo como “Uno por uno” para agilizar la circulación en las ciudades, de tal forma que en las calles y avenidas sin semáforo en la avenida preferente pasa uno, pero el siguiente deja pasar al otro que viene en la bocacalle.

En el puerto jarocho, por ejemplo, lo instaló en la avenida Independencia y Lerdo como un experimento el alcalde Jon Rementería Sempé; pero cuando llegó Carolina Gudiño Corro lo suspendió porque lo odiaba y guardaba rencor.

En Orizaba, por ejemplo, quedó instituido y significa una práctica cotidiana.

En Xalapa, de igual manera, pero solo, digamos, en el centro de la ciudad cuando ha de operarse en todos lados.

Incluso, en Bogotá, Antanas también recurrió a los mimos hasta que los conductores lo registraron como una institución en sus mentes y en su vida cotidiana.

Ciudad Juárez, dice el profe Ronzón, ha dejado de ser la ciudad más violenta y peligrosa del país, porque están restituyendo el tejido social a partir de los valores universales que fomentan el respeto a los demás y lo que Octavio Paz llamaba la otredad.

Es más, el cambio social se ha dejado sentir de abajo para arriba, es decir, del ciudadano y la sociedad civil a la autoridad, en vez de que proceda al revés como siempre ha sido y que constituye un sistema tan inoperante como ineficaz.

3

El programa de Antanas incluía la recuperación de los espacios públicos.

Por ejemplo, la autoridad obsequiaba pintura a las familias y cada familia pintaba la fachada de sus casas, con lo que además se le daba una vista diferente a la ciudad misma, a la colonia, al poblado.

Más aún, porque el departamento social del Ayuntamiento organizaba que el fin de semana, sábado y domingo, los vecinos pintaran todos al mismo tiempo las fachadas de su casa retroalimentando el orgullo urbano.

Antanas también consideró otro programita: acercar a la gente de las colonias al centro urbano facilitando camiones urbanos para que todos asistieran a un festival artístico y cultural.

Luego, y en reciprocidad, llevaba los eventos culturales a las colonias, logrando una energía colectiva.

Pero tan mal andamos aquí que bastaría referir una circunstancia en el puerto jarocho como dice Ronzón:

El centro deportivo “Leyes de Reforma” fue construido para los pobres, y ahora se ha convertido en un centro para la clase media media y alta, para los ricos y politicos.

Antes, en el parque “Cri-Cri”, frente al ADO, en el puerto jarocho, había una alberca para los pobres y luego, con el tiempo, un alcalde la quitó.

Un golpe dado al corazón ciudadano, pues les han quitado los espacios públicos.

En la Bogotá de Antanas era inconcebible, y tan acertado estaba que por eso fue alcalde en un par de ocasiones.

4

En el puerto jarocho, Carlos Slim Helú, uno de los hombres más ricos del mundo, creó el fraccionamiento “Nuevo Veracruz”, donde levantó una plaza comercial con sus negocios.

Cerca de su Sanborn’s erigió un gigantesco espacio público donde ofrece servicio gratis de computadoras e Internet a los vecinos, todos, de clase media media y baja y clase baja, que ha unido al concepto de la aldea digital.

No obstante, se trata de un hecho aislado y como dice el clásico, rara vez una golondrina anuncia el verano.

5

Nadie está inventando el hilo negro, pero hay cositas que levantan la moral social y que logran resultados optimistas como el caso de los mimos en Xalapa con Américo Zúñiga, siempre y cuando sea una constante, amplificada a otros pendientes y que van desde el uso racional del agua, por ejemplo, hasta el uso y la distribución de la basura.

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