Ciudad de México.- En su tercer día de visita, el Papa Francisco visitó el Hospital Infantil de México, Federico Gómez, donde pudo convivir con niños enfermos
El pontífice acompañado de la presidenta del Consejo Consultivo Ciudadano del DIF, Angélica Rivera, y el secretario de Salud, José Narro, así como del director del nosocomio, realizaron un recorrido por las diferentes áreas del nosocomio fundado en 1943, donde presenciaron el alta de dos de los niños quienes ya están libres de cáncer.
«Les voy a pedir que cerremos los ojos y pidamos lo que nuestro corazón hoy quiera, un ratito de silencio con los ojos cerrados y adentro pidiendo lo que queremos y ahora juntos digamos a nuestra madre Dios te salve María», rezando un Ave María.
En un gran gesto como los que lo caracteriza, el jerarca católico le regaló su rosario a uno de los niños que saludó y le dijo: «Tú serás el custodio de mi rosario»; además aplicó una vacuna a un niño contra la polio.
En su discurso la primera dama expresó «el Papa Francisco es grande por lo que dice, pero más grande por todo lo que hace y los niños de México le abren su corazón y reciben las virtudes de la fe y de la esperanza,
Además agradeció la visita del pontífice y afirmó que los mexicanos “vamos a rezar por usted, como lo ha pedido, para que Dios le dé fortaleza y luz”.
El Obispo de Roma entregó rosarios y se tomó fotografías con los menores a los que saludó, besó y les firmó algunos de los dibujos que elaboraron para esta ocasión.
Otro de los momentos emotivos fue el canto del Ave María por parte de una niña que padece de cáncer al papa Francisco.
