Por: Luis Velázquez

Días revueltos

Muchas cositas raras y extrañas están sucediendo como si los demonios anduvieran sueltos.

Por ejemplo:

Gerardo Buganza Salmerón renunció a la candidatura independiente a mini/gobernador y una vez más se declaró impoluto, pero en su espalda cierne el descrédito. Que desvió 14 millones de pesos de los Juegos Centroamericanos. Que Javier Duarte le daba 20 millones de pesos mensuales para su precampaña.

Víctor Serralde Martínez, ex diputado federal panista, anunció que se registraría como precandidato de la alianza PAN y PRD a la mini, y 12 horas después, en un boletín plumas siniestras lo renunciaron como debut y despedida y por tanto, lo obligaron (en lo que calificó como una “semana agitada”) a precisar que seguía en la lucha y hasta tendría audiencia con el líder nacional, Ricardo Anaya. Y para adelante.

El Fiscal Luis Ángel Bravo Contreras resucita muertos, caso “El chichi”, al que un semestre antes anunció como muerto.

El pirómano Pepín Ruiz anuncia que su corralón se quemó una madrugada con cien automóviles.

El subsecretario de Gobernación, Roberto Campa Ciprián, llega a Tierra Blanca para dialogar con los padres de los cinco jóvenes levantados por los elementos policiacos de Arturo  Bermúdez y entregados a los malandros y de pronto, zas, aparecen 18 padres más con hijos desaparecidos.

Javier Duarte pone su gabinete legal y ampliado y a los delegados federales a los pies del secretario de Educación, Aurelio Nuño Mayer en Coatepec, y horas después los plumíferos anuncian que será nombrado subsecretario de Educación, y por tanto, algunos renuncian al Jefe Máximo al trono imperial y faraónico.

Los secretarios de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, y de Finanzas, Antonio Gómez Pelegrín, resuenan los tambores de guerra como porros en vez de políticos apostando al diálogo, y rafaguean a la rectora de la UV y la contra/amenazan contra otra denuncia penal, todo porque la doctora Sara Ladrón de Guevara interpuso un par de denuncias penales en la Fiscalía y la PGR a Duarte por la tomadura de pelo con el pago del subsidio de más de dos mil millones de pesos.

Harry Grappa, secretario de Turismo, se emperra en la candidatura priista a la curul local, pero como de pronto, zas, descubren que hasta muy debajo de Maryjose Gamboa, la virtud candidata azul, entonces trasciende que su amigo y socio, Duarte, le concesionará por 30 años el WTC de Boca del Río, digamos, como premio de consolación.

VERACRUZ TURBULENTO

Durante muchos días, los padres de los 5 chicos levantados en Tierra Blanca exigen justicia. Entonces, llega la Gendarmería y en menos de 24 horas detiene al presunto jefe narco de la plaza, del CJNG, Francisco Navarrete Serna. Duarte se apresura y lo acusa de que a él le entregaron a los jóvenes y los desapareció, como si así desviara el epicentro del mal.

Los familiares, ONG y colectivos de desaparecidos claman la Gendarmería y el duartismo se resiste.

También se resiste a declarar la Alerta de Género por los feminicidios y tira la pelota a la secretaría de Gobernación, la responsable del área en el país.

Y en respuesta, el duartismo sigue firme en nominar a Arturo Bermúdez Zurita candidato pluri a una curul local, pues si fuera de abanderado uni… perdería, mejor dicho, sería masacrado en las urnas.

Entonces, el periódico Reforma descarrila al diputado federal, Antonio Tarek Abdalá, publicando su foto, en primera plana, abrazadito con Francisco Navarrete, y él mismo se apresura a desmentir, pero nadie le cree.

El mismo día en que se cumplieron dos años del secuestro, asesinato y sepultura en una fosa clandestina del sur de Veracruz del reportero de la fuente policiaca, Gregorio Jiménez, dos abogados, una mujer, de Río Blanco, y un hombre, de Orizaba, son plagiados en un viaje de Orizaba al puerto jarocho.

Y cuando el jueves 4 se cumplieron 25 días del secuestro de los chicos de Playa Vicente, el obispo jarocho oficia misa y de pronto, zas, Tierra Blanca se inunda de padres de familia buscando a sus hijos desaparecidos, porque solo les resta creer en el ministro de Dios y en su iglesia.

Días, pues, revueltos y turbulentos en el último año del viaje sexenal que solo ha sido próspero, como es su lema central, para el gabinete legal y ampliado del duartismo.

EL TRUCUTÚ DE JAVIER DUARTE

Flavino Ríos Alvarado llegó a la secretaría General de Gobierno como el Jesús Reyes Heroles de Duarte representando un freno político para el góber fogoso, su antiguo enemigo y adversario.

Pero cuando advirtió que ningún secretario del gabinete defendía a Duarte, entonces, se quitó el traje civil de la diplomacia y la política del diálogo y se puso la chaqueta represiva.

“Yo di la orden” dijo cuando los policías madrearon a los pensionados en Xalapa que reclamaban el pago de pendientes.

Y en el reality-show de Javier Duarte con la rectora de la UV ha sido el golpeador número uno, al grado de llegar a la amenaza de una denuncia penal, en vez, en vez, en vez de actuar con serenidad y humildad y cuando menos entregar un abono considerable de los más de dos mil millones de pesos.

Tal cual, mientras en el fidelato, el diputado federal, Érick Lagos Hernández, ganó fama del tablajero más famoso del fogoso, Flavino es el Trucutú duartista, que utiliza la macana, el garrote, el tolete, los perros amaestrados y los toques eléctricos contra los disidentes y los contestatarios, esperando recibir un extraordinario bono de partida hacia el final del sexenio.

Y todavía para cerrar la semana, el zipizape en el penal de Pacho Viejo en que a los vecinos del poblado les recomendaron confinarse en sus casas… por si las dudas.

Todas las cositas anteriores, entre tantas otras, muestran y demuestran el estilo personal de gobernar y ejercer el poder en Veracruz.

Un Veracruz demasiado revolcado.

Tiempo del desprecio y el menosprecio.

Tiempo de la soberbia y la arrogancia.

Yo soy la ley. Yo soy el Estado. Yo soy el gobernador. Y si mando. Y si me equivoco vuelvo a mandar.

Y como dijo el ideólogo Marcelo Montiel Montiel, si los pobres son pobres… es porque quieren.