martes, abril 30, 2024

Expediente

El tiempo del menosprecio

Por: Luis Velázquez

27 días se cumplen hoy de que cinco jóvenes originarios de Playa Vicente fueron levantados en Tierra Blanca por elementos policiacos, algunos acreditados, del general Arturo Bermúdez Zurita, secretario de Seguridad Pública.

Y de acuerdo con los hechos y circunstancias, todo indica que a Javier Duarte le vale el destino de los chicos, pero también la tranquilidad de los padres de familia, y por añadidura, el caso de los desaparecidos en Veracruz, y por tanto, el estado de los derechos humanos en la tierra que (des)gobierna.

Por lo siguiente:

El jueves 4 de febrero, el cuarto secretario de Desarrollo Social, Alfredo Ferrari Saavedra, ex presidente del CDE del PRI y ex director del Fideicomiso del 2% a la nómina, donde hizo y deshizo sin rendir cuentas a nadie, más que su jefe superior, despidió al jefe de la Unidad de Acceso a la Información, licenciado Celestino Espinoza Rivera.

“Desocupa” le dijo un enviado del “Negro” de color, pero más negro del alma, a Espinoza Rivera.

–Pero ¿por qué?

–Órdenes superiores.

Su único delito, si tal cual sería, es que Celestino Espinoza lleva el caso de los jóvenes desaparecidos por la policía acreditada, con el delegado de Seguridad Pública al frente, Marcos Conde Hernández.

Y lo lleva porque es antiguo conocido de uno de los padres de los chicos desaparecidos, el señor Bernardo Benítez.

Y, bueno, como don Bernardo Benítez ha reiterado, con los demás padres de familia que “no creen en Javier Duarte”, JD, entonces, Ferrari Saavedra ha deseado ser más papista que el Papa y ha aplicado la cuchilla.

¡Qué poca…!

Por un lado, en 27 días, en ningún momento JD ha tenido espacio y tiempo para visitar a los padres de familia acampados en la agencia del Ministerio Público de Tierra Blanca.

Más tiempo y espacio tuvo el subsecretario de Gobernación, Roberto Campa, para viajar desde la ciudad de México a Tierra Blanca.

Más espacio y tiempo tuvo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para enviar la Gendarmería, que ahí permanece, y la que ha detenido a más sospechosos involucrados en el caso de los desaparecidos en una región, Tierra Blanca, que es un infierno, aun cuando de manera poética, digamos, le llaman “La novia del sol”.

LA SEV SE DECLARA TOLERANTE

Más aún:

Una de las madres de los chicos desaparecidos, Columba Arróniz González, es profesora y trabaja en un kínder de Playa Vicente.

Y la inspectora escolar la amenazó con despedirla si seguía de mitotera en Tierra Blanca, reclamando el regreso de sus hijos vivos y sanos.

Por fortuna, y luego de las protestas, la secretaria de Educación, Xóchitl Adela Osorio Martínez, imposición del cacique magisterial, Juan Nicolás Callejas Arroyo, declaró en Coatepec a los medios el día de la visita de Aurelio Nuño Mayer, titular de la SEP, que ellos, oh Jesús de Nazareth, son tolerantes.

Y por tanto, esperarán a que la maestra Columba Arróniz González, “resuelva su situación”.

Caray, Xóchitl Osorio ha ganado todas las indulgencias del mundo para entrar a la gloria del Señor “con todo y zapatos” como dicen en el rancho.

Una SEV, generosa y comprensiva y solidaria con los derechos humanos, cuando, oh paradoja, la SEV tiene más de dos mil comisionados, profesores asignados en tareas políticas, y entre ellos, “aviadores”, que solo cobran cada quincena sin desempeñar ninguna tarea, entre ellas, Dominga Xóchitl Tress, la exitosa estrella de las redes sociales.

Y por eso resultan imperdonable las fregaderas de amenazar a la maestra Columba Arróniz con el despido.

Por eso es que a JD le valen los derechos humanos de la población de Veracruz y cada vez que enfrenta conflictos así quisiera salir huyendo a su depa de lujo en Miami y/o a su residencia en Barcelona o refugiarse en el antro preferido como todo un escapista que es a los problemas.

No obstante, con tales actitudes confirma que con su imposición como gobernador, Fidel Herrera Beltrán cometió el peor agravio de toda su vida a la población de Veracruz.

UN TRÍO CORTADO POR LA MISMA TIJERA

El tiempo del menosprecio del duartismo a los derechos humanos y a la seguridad se reitera de la siguiente manera:

El jueves 4, el subsecretario de Gobernación, Roberto Campa, llegó a Tierra Blanca.

Y el Fiscal, Luis Ángel Bravo Contreras, el showman de la política, fans de Adolfo Mota, se dignó estar ahí, luego de 23 días de ausencia y desprecio al caso.

El funcionario federal se reunió con los padres de familia de los jóvenes desaparecidos en corto y en privado y los padres se lanzaron en contra del Fiscal, denunciando su insensibilidad e indiferencia.

Simple y llanamente, lo zarandearon.

Malo, si el Fiscal dejó correr los días, sin la mínima expresión de solidaridad humana, mínimo, a los padres.

Peor tantito si su actitud se debe a una orden de su jefe superior, quien lo ungiera Fiscal por nueve años, además de que cabildea en la LXIV Legislatura la autonomía presupuestal para que haga y deshaga los próximos dos años del mini/gobernador y cinco del sexenal, si es que, claro, el sucesor de Javier Duarte lo deja, pues bien pudiera aplicar la misma política que Juan Sabines, el góber de Chiapas que encarcelara al Fiscal, también de nueve años, Herrán Salvati, impuesto por el perredista Pablo Salazar Mendiguchía.

Tal cual, con tanto menosprecio gubernamental podría derivarse que si hay tantos desaparecidos, secuestrados, asesinados y fosas comunes en Veracruz se debe a la indolencia de Javier Duarte, y por añadidura, de Arturo Bermúdez Zurita y Luis Ángel Bravo Contreras, el trío cortado por la misma tijera.

Lo peor es que nadie en el gabinete convoca a la serena frialdad en la toma de decisiones, temeroso quizá de perder el empleo, toda vez que el góber ha despedido y enrocado a 82 funcionarios, sin rendir cuentas a nadie, por sus pistolas.

Por eso, Alfredo Ferrari y Xóchitl Osorio haciendo de las suyas.

¡Vaya desencanto como seres humanos, ni se diga como políticos!

Ojalá que nunca en el resto del duartismo, ni en el futuro, alguno de sus familiares, ellos mismos, sean secuestrados por elementos policiacos y/o por malandros.

En tales circunstancias solo queda hacerse justicia por mano propia como los vecinos de la colonia Pascual Ortiz Rubio, donde el alcalde Ramón Poo Gil es presidente municipal, que detuvieron a un par de ladrones (miércoles 3 de febrero), los amarraron a un poste y fueron tan decentes que llamaron a la policía cuando, como sucede en el estado de México, por ejemplo, los linchan.

Por eso los guardias comunitarios en Michoacán y Guerrero y los vecinos organizados para cuidarse y defenderse a sí mismos en el puerto jarocho y Boca del Río.

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