jueves, mayo 2, 2024

Escenarios

Por: Luis Velázquez

•Nuevo look político de Héctor Yunes

•Cinco guaruras y diez achichincles

•El candidato, tocado por los dioses

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El nuevo look político del virtual candidato priista a la mini, Héctor Yunes Landa, es así: cinco guaruras. Diez achichincles. Y 20 busca chambas.

Así lo describe el corresponsal de Proceso en Veracruz, Noé Zavaleta, en una sabrosa crónica publicada a propósito de la toma de posesión de Felipe Amadeo Flores Espinoza como el noveno presidente del CDE del PRI en el sexenio duartista.

Y, bueno, luego de que los policías acreditados de Arturo Bermúdez Zurita secuestraron a la luz del día en Tierra Blanca a cinco jóvenes originarios de Playa Vicente.   

Y considerando que según la fama pública unos 70 policías cuidan todos los días a la familia del secretario de Seguridad Pública.

Y de que a Bermúdez lo cuidan por tierra, cielo y mar, entonces, el candidato tricolor a la mini hace bien en tomar tales medidas de seguridad.

Cinco guaruras que nunca antes ha tenido.

Más diez achichincles como sus secretarios particulares que antes eran unos tres.

Más 20 desempleados que conforme avance la campaña electoral se multiplicarán como la humedad y conejos.

Ni hablar: el candidato ha sido tocado por los dioses. Desde su destape su caso es de seguridad nacional.

Más aún si se recuerda que en la Tamaulipas aprisionado por los carteles asesinaron en una emboscada al candidato priista a la gubernatura, Rodolfo Torre Cantú.

Y más si se recuerda que a la fecha 40 presidentes municipales han sido ejecutados en el país.

Además de que en Veracruz unos alcaldes se han aliado con sus policías y con los jefes capos de la región.

Y más, si se recuerda que en la tierra jarocha existen 1,200 desaparecidos, de los cuales 144 son menores de edad, todos los casos en la impunidad.

Tal cual, el candidato tricolor, pero también el candidato de la alianza electoral PAN-PRD, y el de Morena, y los independientes, necesitarán un equipo de seguridad más amplio.

Con todo y los policías y militares que lo custodiaban, Luis Donaldo Colosio fue asesinado en Lomas Taurinas en 1994 como candidato presidencial, convirtiéndose en el mártir priista del siglo XX.

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El único antecedente de un magnicidio en Veracruz ocurrió en 1936, cuando el gobernador electo, Manlio Fabio Altamirano (ex senador de la república igual que Héctor Yunes Landa) fue asesinado en el café Tacuba, en la ciudad de México, y que allanara el camino a Miguel Alemán Valdés a la silla embrujada del palacio de Xalapa, cuando antes el periodo constitucional era de tres años.

Pero, bueno, como están las cosas, el asesinato de cuatro alcaldes en el duartismo, uno de ellos, de Soledad de Doblado, la segunda tierra de Yunes Landa, y luego del crimen de 16 reporteros y fotógrafos, y de 20 activistas sociales y de 20 litigantes, todo puede ocurrir.

Y más cuando el candidato priista dejó en la recta final al cuarteto de candidatos de Javier Duarte, de tal manera que, digamos, el desenlace fatal de “El oaxaco”, desaparecido en las goteras de la ciudad de Xalapa por unos elementos policiacos de Arturo Bermúdez Zurita, bien pudiera repetirse.

Es más, si el abanderado rojo trae 5 guaruras, Flores Espinoza, profundo conocedor del caciquismo, ex director de Seguridad Pública en el tiempo revuelto de Agustín Acosta Lagunes y “La Sonora Matancera”, habría de aumentar el número de las escoltas de Yunes Landa.

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Los vientos huracanados que vendrán, mejor dicho, están aquí, pueden refrendarse a partir de lo siguiente:

El domingo 31 de enero, Flores Espinoza tomó posesión. Héctor y Pepe Yunes, en primera fila.

Oh paradoja, Javier Duarte, JD, más papista que el Papa argumentando el tiempo electoral, se hizo omiso y occiso.

También omisos y occisos Gabriel Deantes Ramos, el secretario de Trabajo, desesperado por la candidatura a diputado local por el distrito de Zongolica.

Y Vicente Benítez, Oficial Mayor de la SEV, “El señor de las tangas”, ansioso de la candidatura a la curul local por San Andrés Tuxtla.

Los dos, duartistas y, por tanto, indicativa ausencia, que mucho significado tiene.

Y es que en el aire priista aseguran que el duartismo hará todo para descarrilar a Héctor Yunes en las urnas, empujando, incluso, al candidato independiente, Gerardo Buganza Salmerón, con quien JD se cree y siente más seguro.

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En el caso de lo que el corresponsal de Proceso señala de los diez achichincles al lado del candidato rojo manifiesta su estilo personal de ejercer el poder.

Incluso, a tono con el góber fogoso, quien siempre solía llegar a los eventos con un montón de fans, mujeres y hombres atrás, la mayoría jóvenes, a quienes pudiera regañar y exhibir.

En todo caso, se trata de un ritual de la cultura priista convencional en la que el abanderado ha sido formado, desde aquel tiempo cuando, por ejemplo, solía reunirse una vez más a la semana, dice él, con Fidel Velázquez Sánchez, el jerarca perpetuo de la CTM.

Es el mismo antecedente de los busca-chambas.

Y más en un Veracruz donde la fuente de empleo número uno es el gobierno, que significa cargos públicos, sueldos elevados, viáticos, presupuesto, y manos libres para hacer negocios lícitos e ilícitos…, así sea por 24 meses. (24 meses para vivir en el paraíso terrenal que ya luego Dios dirá con el siguiente)

Nada, pues, entonces, de sorprenderse, pues conforme avance la campaña electoral, más guaruras, más achichincles y más desempleados seguirán apareciendo, también, claro, en el cuartel aliancista del PAN y PRD, con Miguel Ángel Yunes Linares.

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