Por: Luis Velázquez

•Beltrones se fortalece

•Feudo político en el país

•Gubernatura de Veracruz

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Con el destape de Héctor Yunes Landa como el virtual candidato priista a la gubernatura, el presidente del CEN, Manlio Fabio Beltrones, se afianza de cara a la candidatura presidencial del año 2018.

Tal cual, Beltrones (iniciado como priista a los 16 años de edad en Sonora) asegura su control político.

Pero también, garantiza la lealtad de un priista más, Héctor, para el 2018.

Y de paso, retribuye su amistad a Héctor, que tan leal le ha sido, con su nominación.

Simple y llanamente, Beltrones se comió la candidatura de Yunes Landa, por encima de Javier Duarte y Fidel Herrera, obsesionados con el Maximato jarocho.

Así, Beltrones da un brinco de 180 grados por encima de los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso.

Se quedó con la gubernatura de Sonora, en manos de la ex senadora, Claudia Pavlovich, quien desde entonces cacarea llevar a juicio penal a su antecesor, el panista Guillermo Padrés, y nada.

Chambeó para la gubernatura de Baja California con Fernando Castro Trenti, Héctor Yunes delegado, y perdió.

Pero al mismo tiempo, le dio para enviar a Trenti como embajador de Enrique Peña Nieto a Argentina.

En la recta final tiene a Marco Antonio Bernal (amigo de Patricio Chirinos Calero) para la candidatura a gobernador de Tamaulipas.

Y sus alfiles en el Congreso de la Unión, con su hija Sylvana, y su yerno, del PVEM, como asambleísta.

Pero además, cinco gobernadores en funciones, a saber:

José Calzada, de Querétaro.

Rubén Moreira, Coahuila.

Carlos Lozano, Aguascalientes.

Alejandro Moreno, Campeche.

Y Claudia Pavlovich, Sonora, la tierra de Beltrones donde fue gobernador en el tiempo oscuro del asesinato de Luis Donaldo Colosio, Carlos Salinas presidente.

Todavía faltan algunas candidaturas priistas por salir y Beltrones sigue moviéndose.

Desde el CEN del PRI, armando la candidatura presidencial para el año 2018, refiere el politólogo Carlos Ronzón Verónica.

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En ningún momento Beltrones es precandidato presidencial de Enrique Peña.

En todo caso, es un mal (o un bien) necesario, pues ni modo de confinarlo.

Peña Nieto se la está jugando con Osorio Chong, Luis Videgaray, y todo indica, con Aurelio Nuño Mayer, secretario de Educación, y quien se ha adueñado, con la bendición superior, de la agenda mediática para ver si así creciera.

En el mosaico priista también estaría Eruviel Ávila, gobernador del estado de México, reproduciendo el modelo peñista que del estado de México pasó a Los Pinos.

Unos dicen que en la lista Peñista también está José Antonio Meade, secretario de Desarrollo Social y ex titular de Relaciones Exteriores y de Hacienda.

Según versiones, Beltrones y Videgaray se han aliado hoy, digamos, de cara a las candidaturas a gobernador en doce estados del país.

Pero cuando llegue el momento uno y otro tomarán caminos contrariados.   

De todos, Beltrones tiene mucha mayor experiencia política y fogueo y mañas, tantas, que fue el discípulo preferido de Fernando Gutiérrez Barrios, quien de su secretario particular lo encumbró hasta subsecretario de Gobernación.

Y “con la piel gruesa” que dice tener, la está jugando.

Por eso la llegada de Héctor Yunes a la candidatura priista, pues Veracruz es una de las cuatro grandes reservas electorales de la nación, en tanto el DF pertenece a Morena y el PRD, Jalisco al Movimiento Ciudadano y el estado de México a Eruviel Ávila…por ahora.

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Héctor Yunes gobernador número 74 de Veracruz se la jugará con Beltrones para la candidatura presidencial.

Y en el otro lado del ring estará el senador Pepe Yunes, con sus amigos precandidatos, Luis Videgaray y José Antonio Meade.

Además, la sucesión jarocha estará al rojo vivo, donde, y desde hoy, Yunes Zorrilla es el favorito, aun cuando nadie puede descartar al diputado federal, Javier Herrera Borunda, el hijo del góber fogoso.

Y una vez más, algunos de los cuatro legisladores federales, discípulos del fogoso, quedados en la recta final, por todos conocidos, más conocidos por su mesianismo y frivolidad que por su eficacia en el bienestar común.

Y, por tanto, en medio de los grandes conflictos de intereses (Héctor/Beltrones y Pepe/Videgaray/Meade), sorpresas que dará la vida.

No obstante, en política hay una realidad: una candidatura nunca se construye de un día para otro, sino con tiempo anticipado.

Y aun cuando el 2018 está lejos en el tiempo, en el tiempo político está cerca.

Beltrones, pues, se quedó con la joya de la corona para Veracruz a favor de Yunes Landa y Pepe, ni hablar, quiso declinar.

Pero, al mismo, con Héctor, Beltrones camina y avanza. Se está moviendo. Construye.

Y entre más candidatos a gobernador tenga con su sello…, mejor tinglado para la candidatura presidencial.

De ser así, se repetiría aquella historia de la transición de Miguel Alemán Velasco a Fidel Herrera, cuando Juan Maldonado reclamara a Alemán, su amigo que se decía, que había dejado crecer a Fidel, y le contestara:

“Pues sí, pero ya lleva mucho camino andado”.

Beltrones presidente de la república, Héctor Yunes al gabinete federal como secretario de Estado, a la altura de Fernando Gutiérrez Barrios con Carlos Salinas.

Y a la altura de Adolfo Ruiz Cortines con Miguel Alemán Valdés.

Y a la altura de Ángel Carvajal con Ruiz Cortines.

Y a la altura de Heriberto Jara con Manuel Ávila Camacho.

Y a la altura de Cándido Aguilar con Venustiano Carranza.