domingo, diciembre 14, 2025

Barandal

  • Veracruz, entre la tiranía y la libertad
  • El Veracruz sórdido de un solo hombre
  • Rectora de la UV únicamente busca justicia

Luis Velázquez

UNA MUJER SUEÑA CON UNA UTOPÍA ALCANZABLE

PASAMANOS: La rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara, sólo está pidiendo justicia. En ningún momento perdón ni clemencia, ni menos, mucho menos, limosna.

Y sólo una oleada de protestas callejeras de las mujeres y hombres de buena voluntad la pueden salvar.

En la calle no hay, por ahora, los padres de familia buscando a sus hijos desaparecidos desde el primer año del duartismo, incluso, desde antes.

Tampoco hay personas de la tercera edad a quienes el gobierno de Veracruz les negó el subsidio de 833 pesos para alimentación, pago de médico y compra de medicinas, que porque eran unos usurpadores cobrando dos y tres pensiones, cuando, como asegura el diputado Hugo Fernández Bernal, “la vaca presupuestal era ordeñada”.

Pronto, sin embargo, y como parte de la resistencia pacífica anunciada por la rectora de la UV, podría existir una parte sustancial de los 80 mil estudiantes y de los siete, ocho mil académicos en una marcha sin precedente para obligar al duartismo a entregar los dos mil millones de pesos retenidos a la malagueña.

Por lo pronto, el diputado priista, Ricardo Ahued Bardahuil, quien soñara con la candidatura a gobernador, ha dicho que participaría en una gran manifestación al lado de la comunidad académica de la UV para reclamar el pago pendiente.

El senador Pepe Yunes Zorrilla, quien ha resultado el más bragado y el más bronco de los Yunes azules y rojos, ha advertido que resulta “inadmisible e inmoral” que los recursos públicos dejen de llegar a su destino, como de hecho y derecho, de forma expresa y manifiesta, ha ocurrido en los últimos cinco años del llamado sexenio próspero.

Los vicerrectores de la UV en Poza Rica, Veracruz-Boca del Río y Coatzacoalcos, han “tirado su espada en prenda”, solidarios con la rectora, exigiendo el pago.

La rectora se ha reunido con la Comisión de Educación del Senado de la república como una esperanza real, concreta y específica, para que el duartismo le pague.

Y más, mucho más, porque de por medio hay más de 400 millones de pesos federales en el limbo, en tanto, muchos meses después, el secretario de Finanzas y Planeación, Antonio Gómez Pelegrín, sale con el chorizo de que nunca, jamás, han retenido el subsidio federal a la UV, y por tanto, “tira la pelota” al peñismo.

EXIGIR JUSTICIA, DELITO DE LA RECTORA

BALAUSTRADAS: La rectora de la UV agotó el diálogo y se hartó de la gran estafa oficial.

Así, lo peor del duartismo ha sido desviar los dos mil millones de pesos de la UV quizá a otros programas, acaso a otras regiones, quizá a otros bolsillos, acaso al jineteo bursátil.

Y, por tanto, el duelo Javier Duarte y Sara Ladrón de Guevara, es decir, gobierno de Veracruz y UV, simboliza la madre de todas las batallas entre la ilegalidad y la legalidad, entre el abuso y la justicia y entre el exceso de poder y la razón.

Está claro: la rectora tendió la mano para el acuerdo y le dieron una bofetada.

Aceptó la comisión con la SEFIPLAN para calendarizar los pagos y la engañaron, de igual manera como han birlado a tantos muchos otros más proveedores y prestadores de servicio, estudiantes becados, deportistas discapacitados, seniles, grupos musicales, contratistas, etcétera.

Ahora, la gran lucha de la UV engloba el hartazgo en Veracruz y la solución, cualesquiera sea, dará pie a otras acciones de quienes también han sido timados.

Y más porque la rectora sólo ha sido digna de sí misma. Congruente. Apegado a la justicia y la razón, por más, mucho más que desde el duartismo exista fuego amigo, rafagueo político, madrazos mediáticos, por atreverse, digamos, a desafiar al gobierno de Veracruz.

ESCALERAS: Nadie, sin embargo, ha desafiado al duartismo, sino simple y llanamente, se está clamando justicia.

Se trata, pues, de un subsidio presupuestado y aprobado por la 63ª. Legislatura. 1,600 millones de pesos que eran a partir de la demanda, quizá más.

Se trata, además, de un subsidio federal. 400 millones de pesos que eran también a partir de la demanda, quizá más.

La rectora ha ido de menos a más: el cabildeo discreto, sin trascender en la calle. La petición formal. La exposición mediática. La solicitud en el discurso de su informe anual. Una comisión burocrática. La reunión con los diputados federales electos. La reunión con los senadores. El desplegado. Los vice/rectores. El cabildeo en las redes sociales con la convocatoria para firmar un comunicado a través de la plataforma change.org.

Ahora, el legislador Ricardo Ahued llama a una marcha pacífica que de efectuarse despertaría la más profunda, inalterable, excepcional, inédita solidaridad de miles y miles de habitantes de Veracruz. Tan sólo 80 mil estudiantes. 80 mil padres de familia en todos y cada uno de los campus.

Ha sido, pues, el peor error del señor Javier Duarte. Meter la mano al subsidio a la UV. Cierto, sin desparpajo alguno lo hizo Fidel Herrera Beltrán. Pero la enseñanza del campesino es sabia: ninguna mula aguanta la carga pesada sin chistar. De pronto, a la mitad del camino, a la orilla del precipicio, se detiene, sacude y tira toda la carga y ahí se planta, encabritada.

El Veracruz bronco, el Veracruz académico de la UV, ha despertado con Sara Ladrón al frente.

En ningún momento, la rectora está pidiendo limosna ni perdón ni clemencia.

Está exigiendo justicia. Simple y llanamente, justicia.

Hay, en contraparte, una maquinaria gubernamental comandada por el gobernador en contra de la rectora de la UV., con todo el rencor y el odio oficial.

Y, por tanto, ya sabrá la comunidad académica de la UV y los políticos y los ciudadanos si la dejamos sola, pues de continuar el fuego amigo únicamente faltaría que la asesinaran para deshacerse de ella.

Tal cual, es la lucha entre la libertad (Sara Ladrón de Guevara) y tiranía (Javier Duarte), llámese democracia, república, monarquía y/o Maximato, el Veracruz de un solo hombre.

El duartismo, por desgracia, sigue desprestigiando el nombre de Veracruz.

Los ciudadano, siempre orgullosos de ser gobernados por leyes, vivimos el infierno con saqueadores del cartel de palacio.

Y es que el peor peligro para una Constitución Política es la tiranía y la represión.

Publicidad




Otras noticias

Bitácoras Políticas

Bitácora Política

Bitácora Política

Bitácora Política