viernes, mayo 2, 2025

Escenarios

  • ¿Dónde quedó dinero público?
  • ¿Qué destino tuvo el erario?
  • Opacidad duartista

Luis Velázquez

1

Los proveedores y los prestadores de servicios al gobierno de Veracruz, y los estudiantes becados y deportistas discapacitados, y los seniles inscritos en el DIF para el subsidio mensual y los constructores y los magnates periodísticos, etcétera, etcétera, han pasado los meses y los años duartistas extendiendo la mano como unos limosneros ante la Secretaría de Finanzas y Planeación, SEFIPLAN, para el pago pendiente.

Incluso, y en el caso de los presidentes municipales del PAN y PRD, sus dirigentes han denunciado el jineteo bursátil de las participaciones federales como también de los recursos estatales.

Y no obstante, la duda central se ha pulverizado en medio del reality show y que consiste en un solo eje: ¿Dónde quedó el dinero público, qué destino tuvo?

Y, bueno, ante la opacidad vivida en el Veracruz duartista, donde la rendición de cuentas vale un sorbete, se ha llegado a medidas por ahora diplomáticas, pero que bien pudieran endurecerse, como por ejemplo, el cabildeo de la rectora de la Universidad Veracruzana, doctora Sara Ladrón de Guevara, en el Senado de la república.

Y más, porque de los dos mil millones de pesos que el duartismo le ha retenido, 400 millones de pesos son fondos federales que también le han regateado.

Peor tantito si se considera que si la UV ha reclamado al gobernador el pago pendiente, ahora, el góber ha revirado con fuego amigo diciendo que la UV adeuda más de dos mil millones de pesos al Instituto de Pensiones.

¿Dónde, pues, está el dinero, qué fin tuvo y ha tenido y sigue teniendo, porque con todo y protestas, al duartismo le vale?

Dueño de la pelota y dueño del día y de la noche, trepado en “la plenitud del pinche poder” como es el V año del sexenio, el Jefe Máximo del Priismo cree que la gubernatura le durará toda la vida.

Ya sólo le quedan doce meses y dieciséis días.

2

Desde el inicio del peregrinaje ante la SEFIPLAN para cobrar los pendientes, nunca, jamás, ha existido voluntad duartista para rendir cuentas sobre el destino del presupuesto estatal y los fondos federales.

Tampoco la Comisión de Vigilancia de la LXIII Legislatura ha levantado la mano para exigir cuentas, y por tanto, ninguna duda existe de algún beneficio extraordinario y singular.

Y más, mucho más, porque si el titular es un ex convicto del penal de Topo Chico, Nuevo León, Francisco Garrido, está urgido de borrar su pasado, pero más aún, de seguir figurando en la pasarela política, de tal forma que ha levantado la mano, el pobrecito, para anotarse como un aspirante más a la candidatura a gobernador.

Y, de paso, anduvo coqueteando con el senador Pepe Yunes Zorrilla, de igual manera como, por ahora, y según las versiones, también cabildea el diputado federal, Érick Lagos Hernández, a través de un puente excepcional.

Así, ningún ciudadano de Veracruz, ningún contribuyente, ningún elector, puede abrigar la esperanza de que, digamos, de cara al V informe del señor Javier Duarte, a efectuarse mañana, pudiera darse la posibilidad de explicar las razones por las cuales hemos llegado al “desorden administrativo y el caos financiero”.

Y es que hay un presupuesto anual de cien mil millones de pesos…

Y la entrega oportuna y mensual de las participaciones federales para a su vez canalizar los fondos a los presidentes municipales y organismos descentralizados y autónomos, entre ellos, la Universidad Veracruzana…

Y si el mundo relacionado con el gobierno de Veracruz se queja de pagos atrasados, entonces, la lógica se impone bajo una sola vertiente:

¿Cuál fue el destino que los duartistas han dado al erario?

3

Nada se gana en la credibilidad y la confianza y el respeto ciudadano con un informe, un mensaje político, donde existe una danza arrítmica de obra de infraestructura, millonarias inversiones y lisonjas, y al día siguiente, el incienso mediático a ocho columnas en portada.

Por el contrario, se vive en la complacencia recíproca, la elite política en un mundo color de rosa, donde todo está bien, el pueblo feliz y satisfecho, y agradecido con el gobernador.

Pero entonces la duda se arraiga más en el alma ciudadana:

¿Dónde quedó el dinero público?

¿Quiénes fueron los beneficiados, además, y dadas las circunstancias, en medio de la impunidad absoluta?

Y es que hay un principio universal: ningún gobernante es votado en las urnas para administrar la hacienda pública como si fuera una hacienda porfirista y el jefe máximo opere como el capataz y/o el dueño.

Nadie sufraga por un corsario de la política ni tampoco por el gerente general de una empresa privada.

4

No obstante, sin la rendición de cuentas ha caminado el llamado sexenio próspero durante cinco años.

Y le ha valido.

Y por tanto, nada indica que con una trepanación las cosas pudieran cambiar.

Tal cual seguiremos.

El Jefe Máximo del Priismo actuando en la ilegalidad y la impunidad y el valemadrismo, con un montón de corifeos que lo halagan por conveniencia para al mismo tiempo “ordeñar la vaca”.

El resultado será siempre el daño impune al crecimiento económico y desarrollo social de los 8 millones de habitantes de Veracruz.

Lo peor de todo, la terrible y espantosa desigualdad social, económica, educativa, de salud y de seguridad, y ni se diga democrática, que la tierra jarocha arrastra desde la noche de todos los siglos.

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