viernes, abril 26, 2024

Escenarios

  • Un infierno llamado Veracruz
  • El mundo rosa de Javier Duarte
  • El gobernador, autista político

Luis Velázquez

1

El gobernador de Veracruz repiqueteó las campanas de su capilla en Acayucan loando al diputado federal, Érick Lagos, “mi amigo y compañero de proyectos”, sueños, utopías y aceleres, por supuesto, entre ellos, la candidatura priista a gobernador.

Sin embargo, en ningún momento se refirió a la desaparición hace 28 días de Gustavo García Baruch, hijo de la señora Briseida Baruch, quien se le tiró a los brazos en un nuevo latido social apocalíptico tipo Aracely Salcedo de Rubí, la madre que lo encarara a gritos en Orizaba por el secuestro hace tres años de su hija Fernanda.

Tampoco se refirió el góber en el acto agrario de la CNC de Juan Carlos Molina al crimen del coordinador de la policía de Isla, la tierra de Laguitos, Oswaldo Aguirre Montalvo, ex presidente municipal del pueblo, que por fortuna librara, aunque fue asesinado su acompañante, el abogado José Luis Ríos Errasquín.

Menos, mucho menos, el señor Javier Duarte se acordó en el mitin tumultoso (veinte mil campesinos) a los siguientes crímenes en la región de Isla, Azueta y Rodríguez Clara:

Uno. Nahúm Tress Manica, y su hijo, Oscar Tress Marini, ocurrido en su rancho.

Dos. El crimen de Jaime Gasperín, padre de Amanda Gasperín Bulbarela, presidenta municipal de Rodríguez Clara, cuyo asesor político es Antonio “El Tony” Macías.

Tres. El asesinato de Gregorio Barradas Miravete, esposo de Dominga Xóchitl Tress, ex directora de Espacios Educativos de la SEV y estrella de las redes sociales, y dos personas más, en Rodríguez Clara.

Cuatro. El asalto a un ADO en la carretera de Isla a Acayucan (bombardeada por los estragos del tiempo, llena de cráteres) y en donde los malandros violaran a una pasajera.

Cinco. La región disputada por los carteles de la droga, operando como en su casa.

Seis. El tráfico de drogas.

Siete. El tráfico de migrantes cometido tanto por los carteles como por los policías municipales y estatales, además de “los polleros”.

Ocho. El éxodo de decenas, cientos quizá, de familias pudientes ante la inseguridad.

Por el contrario, habitante de su mundo color de rosa, y de cara al quinto informe, el góber solo tuvo ojos, neuronas y corazón para su “amigo y compañero de proyectos”, quien, claro, ganara de manera oficial la curul federal con 70 mil votos, pero la mayoría comprados según la fama pública de los partidos de oposición que libraron su corrupción.

2

Como en cualquier película del oeste, y de los hermanos Almada, y de Damián Alcázar y Joaquín Cosío en “El infierno” de Luis Estrada, una mañana de la semana del “Día de muertos”, en una fonda de Isla, el exalcalde Oswaldo Aguirre, y su amigo, el litigante José Luis Ríos, desayunaban unas picadas, unas gordas y un bistec entomatado. Cafecito, agua y una coca.

Entonces, de pronto, sabrá la astróloga de los Llanos de Sotavento el lugar, de pronto ante ellos apareció un comando armado en un par de vehículos.

De manera intempestiva, y antes de que el gallo cantara tres veces, bajaron de la camioneta y se fueron a la mesa de su objetivo sórdido.

Hablaron. Las partes intercambiaron palabras altisonantes con el jefe policiaco.

Y antes de que el comandante lo registrara, y también el abogado, los malandros sacaron sus pistolas y los rafaguearon a quemarropa.

El jefe policiaco salvó la vida. El litigante, de 60 años de edad, murió cuando era trasladado en una ambulancia por la Cruz Roja al puerto de Veracruz.

El dato, pues, da para un guión cinematográfico tipo “El infierno”.

El infierno, dice el padrino de “El cochiloco”, “está aquí, en la tierra”.

Y no obstante, el gobernador se ha vuelto un autista con tanto fuego cruzado, tanto tiroteo, tantos muertos, tantos secuestros, tantos desaparecidos, tantas fosas clandestinas, tantas extorsiones.

Claro, nunca pensó que el destino turbulento y revuelto lo alcanzaría.

De lo contrario, le hubiera tirado la toalla a Fidel Herrera, que lo ungió candidato, y a disfrutar la vida luego de la subsecretaría y secretaría de Finanzas y Planeación y la diputación federal, ahí, perdido, entre 500 diputados del Congreso de la Unión.

3

Muchos cadáveres y desaparecidos carga el duartismo en su conciencia.

Más de cien mujeres asesinadas en el transcurso del año 2015.

Más de 90 desaparecidos solo en la región de Córdoba y Orizaba.

Más de 1,200 desaparecidos, de los cuales 144 son menores de edad, en el sexenio, y según dato oficial del Fiscal General.

Un número incalculable de fosas clandestinas con cadáveres sin identificar.

Tres carteles, según la DEA y la PGR, disputando la plaza Veracruz. Zetas. Jalisco Nueva Generación. Y Del Golfo.

Madres encarando al Jefe Máximo del Priismo por los hijos desaparecidos, sin notica alguna.

Exalcaldes desaforados acusados de crímenes al cobijo de la ley y que, oh sospecha cruel, se han fugado, como el caso, por ejemplo, de Omar Cruz, de Medellín, del que se afirma fue un acuerdo entre el CDE del PAN y el duartismo, y de Coatepec, Juanelo, donde el mismo jefe máximo le habría ordenado se fugara antes de su aprehensión.

Y en tales circunstancias, vivir cada día en el sobresalto de lo inesperado está canijo.

Por eso, ene millón de veces refugiarse en un mundo color de rosa y alardear del “amigo y compañero de proyectos” como parte de un juego del poder para un calambre de que su candidato a gobernador es otro, en ningún momento los Yunes rojos.

Publicidad




Otras noticias

Bitácora Política

Bitácora Política

SENTIDO COMÚN

Bitácora Política