sábado, abril 26, 2025

Barandal

  • Más comisiones de reporteros
  • Una más para evitar los maten
  • Veracruz con descrédito nacional

Luis Velázquez

PASAMANOS: La fama pública registra que cuando los políticos quieren empantanar un pendiente social y dar largas, entonces, inventan comisiones para así burocratizar las acciones al mismo tiempo que alientan esperanzas en la gente.

Tal cual pudiera, digamos, entenderse la inquietud de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, CNDH, de crear una cosita llamada “Alerta temprana sobre agresiones a periodistas”, que contando con otra cosita llamada “sociedad civil” prevendría, por un lado, los asesinatos de trabajadores de la información, y por el otro, abatiría, digamos, la impunidad.

Y oh sorpresa, resulta que uno de los argumentos de su genial ocurrencia es que varios gobernadores ocupan los primeros lugares en homicidios a reporteros, con Javier Duarte, de Veracruz, en el primer lugar, con 14.9 por ciento de los crímenes, seguido por Tamaulipas el 12.1%, seguido por Guerrero y Chihuahua el 11.2%, y Oaxaca, con 9.3% de los casos.

La ocurrencia salió a flote en una cosita llamada “Día internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas” que, bueno, tanta miel, tanto populismo mesiánico, tanta demagogia, jamás, antes, se había conjuntado.

Y menos, desde la ONG.

Según su presidente, Luis Raúl González, desde hace unos 15 años seis de cada diez asesinatos de reporteros y fotógrafos ocurrieron en las cinco entidades federativas anteriores, con lo que, por añadidura, significaría que están incluyendo los asesinatos con Fidel Herrera Beltrán, a quien por cierto los diplomáticos de Europa le llaman “El sultán de Barcelona”.

Desde luego el gremio reporteril del país, pero más aún de Veracruz, y más aún los familiares de los colegas ejecutados, agradecen a la CNDH su fósforo bitacal para tales propuestas, pero, caray, hay una Constitución Política y un Estado de Derecho donde se habla de que la primera obligación es garantizar la seguridad en la vida y en los bienes, y que por lo visto las elites políticas mancilla con sus acciones.

Sigan creando, pues, comisiones para vigilar a las comisiones en una cadena interminable burocrática que a nada lleva y ningún resultado significa.

BALAUSTRADAS: Derechos Humanos alardea de incorporar a la dichosa comisión a la llamada “sociedad civil” que está integrada, digamos, por millones de compatriotas que todos los días salen a madrearse con la vida para llevar el itacate a casa en un país con sueldos miserables, peores que cuando Ricardo Flores Magón los registraba en 1910 en su periódico “Regeneración”.

Pero, además, con ONG que en la mayor parte de los casos son menospreciadas por las cúpulas políticas porque estorban a las buenas conciencias.

Y, lo peor, en muchos casos, tentadas por el poder para mudar en candidatos a un cargo de elección popular, como quedara manifiesto con Isabel Wallace.

Pero en fin, el ombusdman Luis Raúl González sueña con tal posibilidad y al mismo tiempo olvida lo fundamental: él es presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y desde ahí ha de insistir con su autoridad moral, social y política para que cada gobernador de la nación actúe con hechos para disminuir las agresiones y crímenes a reporteros y a los defensores de derechos humanos, los activistas sociales.

Y más cuando ellos mismos dan cuenta de la realidad avasallante:

Del año 2011 (Javier Duarte ya en el mando jarocho) a la fecha, 107 reporteros han sido asesinados en el país, 18 de los cuales en Veracruz.

Veinte reporteros están desaparecidos en los diez años recientes, tres de los cuales en Veracruz.

Del año 2006 (Fidel Herrera gobernador) a la fecha se han registrado 47 atentados a medios de comunicación en el país, de los cuales, una cantidad incalculable, quizá unos veinte, en el territorio jarocho.

Del año 2010 al momento, 488 denuncias por agravios en la CNDH (La Jornada nacional, Fabiola Martínez, 31 de octubre, 2015).

Por eso la propuesta de la nueva comisioncita para “poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas” suena a demagogia barata, pues si la CNDH ha llegado al principio de Peter, entonces, todos están perdidos.

ESCALERAS: El ombusdman dice que el 89 por ciento de las agresiones contra reporteros quedan impunes.

Es decir, nueve de cada diez, lo que, bueno, resulta insólito en un Estado de Derecho, pero también, para Enrique Peña Nieto y para todos y cada uno de los gobernadores del país, entre ellos, Veracruz.

Por desgracia, dijo el funcionario, “las agresiones se han vuelto una realidad cotidiana avasallante”.

Bastaría, pues, mirar a la tierra jarocha, donde desde el poder político han alentado la misma tesis de Ronald Reagan cuando era presidente de Estados Unidos, de “estás conmigo o estás contra mí”.

Pero más aún: desde el mismo poder estatal han creado una red de trabajadores de la información y tuiteros para satanizar a los reporteros que cuentan las historias al pie de la letra de como suceden.

Lo peor, una comisioncita de Atención y Protección a los Periodistas que sólo sirve para edulcorar a los políticos cuando tienen desaguisados con los medios.

Peor todavía: los mismos políticos han satanizado a los reporteros asesinados en Veracruz, como el caso de Regina Martínez que la degolló su novio, un adicto y enfermo de Sida, y Moisés Sánchez, asesinado porque era taxista, y Miguel Ángel López Velasco y Yolanda Ordaz, porque eran enlaces de carteles, y Gregorio Jiménez, porque estaba peleado con su vecina, y etcétera.

Paradójico: en la misma reunión estelar, el subsecretario de Gobernación, Roberto Campa, descubrió el agua tibia y dijo que “ante el contexto actual es importante la autoprotección”, en ningún momento, autocensura o autoexilio”, sino “el cuidado de cada reportero para disminuir la capacidad de los agresores”.

Así, pues, todos y cada uno de los trabajadores de la información a cuidarse cada uno y allá cada quien si se expone.

¡Vaya desfachatez!

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