- El dedo de la iglesia…
- En la llaga purulenta…
- Del Veracruz duartista
Luis Velázquez
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Cada vez más, actores políticos y sociales se ponen en contra del gobierno de Veracruz.
Los senadores priistas, gran parte de la militancia priista, la iniciativa privada, académicos de la Universidad Veracruzana, presidentes municipales, diputados locales y federales, y ahora, de pilón, hasta una parte de la cúpula eclesiástica.
Por ejemplo, el vocero del Arzobispado de Xalapa, José Manuel Suazo Reyes, fue categórico marcando la distancia de su jefe, Hipólito Reyes Larios, ante el poder público.
Se padece en Veracruz, dijo, un terremoto por malos manejos de las políticas públicas, la corrupción y la complicidad.
Léanse, entonces, los puntos centrales de su discurso y se advertirá que son los mismos abanderados por Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, cuando acuñaran las frases apocalípticas del “desorden administrativo, el caos financiero y la corrupción política” en la SEFIPLAN, y cuando hablaran de encarcelar “a los peces gordos” y que tantas pasiones revolcadas sembraran en el Jefe Máximo del Priismo, a tal grado que hasta regalara una caña de pescar a uno de los senadores…para que fuera a pescar a sus familiares.
Pero, además, el discurso del vocero Suazo Reyes también incluye, por ejemplo, a la reacción de la elite empresarial, con la CANACO jarocha por delante, cuando su presidente, Belgio Amaya, anunció que iniciaría una cruzada política convocando a votar en contra del PRI el año entrante, debido, entre otras cositas, al Impuesto del 3 por ciento a la nómina.
El látigo, pues, de la iglesia, el mismo látigo que utilizara Jesús para expulsar a los mercenarios del templo, usado ahora en contra del señor Javier Duarte, luego de que en repetidas ocasiones el góber de la Complutense ha publicado fotos en meriendas con Reyes Larios.
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Veracruz, dijo el vocero, no se puede ocultar, ha sido saqueado y devastado por malas administraciones, además de la violencia y la delincuencia “que parece que no la para nadie”.
¡Ah!, el fuego cruzado, los muertos, los secuestros y los desaparecidos que llevaran a una madre desesperada; pero indignada, por la desaparición de su hija, Fernanda Rubí, en el mes de septiembre del año 2012, a encarar a Duarte, y cuyo hecho fue conocido por el gran video de “El Mundo de Orizaba” visto por más de tres millones de personas.
El dedo de la iglesia en la llaga purulenta del gobierno de Veracruz.
Por un lado, lo que la fama pública registra, es decir, el saqueo de las arcas públicas, el saqueo del erario, el saqueo de las finanzas.
Y, por el otro, la más terrible y espantosa pesadilla social que los ocho millones de habitantes de la tierra jarocha estamos padeciendo a partir del fracaso de la seguridad pública, donde, oh paradoja, mientras el góber ha despedido y enrocado a 82 funcionarios, mantiene al general Arturo Bermúdez contra viento y marea, que por alguna razón poderosa ha de ser.
Pero la iglesia, igual que el resto de los actores políticos y sociales, cada vez en aumento, ha abandonado el silencio y embestido el toro por los cuernos.
Lo dijo con claridad:
En el Veracruz de Duarte y Bermúdez “hay asesinatos a plena luz del día”.
Sólo con Agustín Acosta Lagunes se vivió el infierno. Ni siquiera, vaya, palabras mayores, con Patricio Chirinos Calero, cuando la represión social alcanzó el más alto decibel.
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En contraparte, el ex diputado federal, Juan Bueno Torio, aspirante panista a la candidatura a gobernador, también se ocupó de la sórdida realidad.
Dijo, por ejemplo, que se vive “un gobierno ausente, ajeno a los problemas, donde ningún trato humano existe para con las personas”.
Desde luego, se refirió, en la inmediatez de los hechos, al careo de la señora Aracely Salcedo, madre de Fernanda Rubí Salcedo, en Orizaba, el viernes negro del 23 de octubre.
Pero, al mismo tiempo, definió así el estilo personal de gobernar y ejercer el poder del duartismo.
Caso Juan Díaz Covarrubias, donde el señor Duarte se pitorreó de los vecinos diciendo que quitaría el río ante las inundaciones.
Caso Fernanda Rubí, donde ante el reclamo de la madre pidiendo justicia se pitorreó, al mismo tiempo que su esposa reía y reía.
Tantos otros casos. Los Frutsis. Las manzanas podridas. Los perritos chihuahueños. La caña de pescar. Los tiempos peores. El taxista reportero. Etcétera.
Por eso, Bueno Torio lo resumió de la siguiente manera: “Al gobierno le vale madre lo que ocurra en Veracruz”.
Ha sido la constante. Tiempo de la indolencia, el desprecio y el menosprecio. Llegaron al palacio principal de Xalapa para divertirse a costa del dolor colectivo, pero también, todo indica, a saquear. Gobernar es robar según registra la fama pública, pero también lo senadores priistas y el vocero del Arzobispado, el jefe de jefes de todos los obispos de Veracruz.
“Veracruz está muy mal” resumió el exdiputado, exsenador y ex director de PEMEX-Refinación, quien tiene demandada a una reportera defeña por calumnias.
Y concluyó con una frase apocalíptica: “Todo mundo está desanimado”.
Cierto, cierto, cierto, de la decepción se pasó a la indignación crónica, pero como el ejercicio del poder duartista ha sido la apatía y los oídos sordos al reclamo social, ahora estamos en el desánimo y el desaliento, pensando, por un lado, que pagamos un pecado mortal terrible, y segundo, que el señor Duarte tiene un pacto con el diablo y por eso continúa en el trono imperial y faraónico.
