martes, julio 8, 2025

Escenarios

  • Los duartistas, inocentes
  • Los demás, culpables
  • Los muertos que vos matáis…

    Luis Velázquez

    1

    Una faceta del estilo personal del duartismo en el ejercicio del poder se ha mostrado de nuevo.

    Es el caso de Fernanda Rubí, la chica de 21 años secuestrada el 7 de septiembre del año 2012 en un bar de Orizaba,  cuya madre, Araceli Salcedo, encarara al gobernador el viernes 23 de octubre, 2015.

    Ahora, y fiel a su concepción del poder, desde alguna zona oscura y sórdida del poder estatal están filtrando a una parte de los medios que Fernanda Rubí era novia de “El Lucky”, el jefe Zeta de la plaza Orizaba, preso en el penal de Papantla, amigo, por cierto de Érick Lagos Hernández, donde fue enviado luego de la segunda fuga de Joaquín “El chapo” Guzmán Loera.

    Es decir, el descrédito absoluto para lavar la imagen de la elite priista en el poder.

    Ha sido el mismo caso de otros crímenes.

    Por ejemplo, Regina Martínez Pérez, corresponsal de Proceso, degollada el 28 de abril, 2012, que por un par de enfermos de VIH, adictos, y a quienes ella misma les abrió la puerta de su casa porque uno era su pareja.

    De Miguel Ángel López Velasco, columnista de Notiver, asesinado el 20 de junio de 2011, con unos 400 balazos que le dispararon, que porque tenía malas amistades y hasta era cabildero mediático de un cartel.

    Fue el mismo caso de Yolanda Ordaz de la Cruz, reportera policiaca de Notiver, decapitada el 26 de julio de 2011, cuando se afirmaba que era enlace de prensa de un cartel y que los diaristas de la fuente lo sabían y lo callaban.

    2

    Los fotógrafos Gabriel Huge, Guillermo Luna y Esteban Rodríguez, fueron levantados, desaparecidos, ejecutados, cercenados y tirados a un canal de aguas negras en el puerto jarocho al mismo tiempo que Irasema Becerra, secretaria de El Dictamen, el 3 de mayo, 2012.

    Entonces, desde el poder filtraron que Gabriel Huge le había volado la novia a un maloso y ni hablar, se lo llevaron, junto con los otros colegas, porque eran sus amigos y cómplices en el desliz de amor.

    De Gregorio Jiménez de la Cruz, secuestrado y asesinado el 5 de febrero de 2014, la Fiscalía General se encargó de divulgar que su muerte se debía a su mala relación con su vecina, a la sazón, su consuegra, y dueña de una cantina donde traficaban con migrantes, tanto mujeres como hombres.

    De Moisés Sánchez Cerezo, el reportero, activista social, taxista y tendero, asesinado el 2 de enero de 2015, el mismo Jefe Máximo del PRI aseguró que era, dijo, un simple taxista, como si tal disminuyera la trascendencia social del crimen.

    De Armando Saldaña Morales, ejecutado el 4 de mayo, originario de Tezonapa, conductor de un programa radiofónico en Tierra Blanca, tirado su cadáver en Oaxaca, se dijo que lo habían asesinado por un pleito de cantina.

    Y, bueno, en el caso de Rubén Espinoza, el fotógrafo ejecutado en la colonia Condesa de la ciudad de México, al lado de la activista Nadia Vera, más tres mujeres, dijeron tantas cosas, entre ellas, que en tal departamento traficaban y consumían droga hasta que era un centro de placer sexual.

    En todos los casos, el descrédito, la cizaña, la duda, de tal manera que ellos fueron culpables de su muerte.

    3

    En las últimas horas, el juego sórdido del poder también se manifestó en lo siguiente:

    El video de la señora Aracely Salcedo encarando al gobernador en Orizaba fue un éxito en las redes sociales.

    En un dos por tres llegó a un millón de visitas.

    Entonces, el sábado 24, un día después, hacia el mediodía, apareció en Internet un video en contra del panista Miguel Ángel Yunes Linares, la piñata del gobierno de Veracruz, denunciando, por enésima ocasión, su riqueza, a tono con la denuncia penal de los diputados federales de Veracruz en la Procuraduría General de la República.

    Un viejo pleito que data de hace unos 23 años entre Yunes Linares y Fidel Herrera Beltrán, y que nunca, jamás, se ha traducido en la cárcel para ninguno de los dos, no obstante las graves acusaciones intercambiadas.

    Así, los operadores duartistas pretendieron desviar la atención de los cibernautas sobre el video de la madre desesperada encarando al gobernador indolente.

    ¡Pobres ingenuos!

    4

    Bien lo observa el politólogo Carlos Ronzón Verónica: en Veracruz los muertos son asesinados dos veces.

    Primero, la muerte física, y segundo, ensuciar su nombre y recuerdo a través del lodo y la porquería mediática.

    En contraparte, la elite priista en el poder se vuelve unos ángeles de la caridad social.

    Ellos, inocentes. Los demás, todos culpables.

    5

    Por eso es que la población de Veracruz, el ciudadano, el contribuyente, el elector, llegaron al desencanto para luego pasar al desánimo, y terminar en el hartazgo.

    Y más, como en el caso, cuando como en Juan Díaz Covarrubias, el gobernador se pitorreara de los vecinos que angustiados le plantearon una solución al desbordamiento del río y les dijo con menosprecio que sólo que quitara el río para luego resultar peor diciéndoles que desaparecería el poblado.

    Y como en Orizaba que ante el legítimo reclamo de la señora cuya hija está desaparecida se ríe y ríe y la madre debe exigirle que deje de reírse, es decir, de burlarse, es decir, de pitorrearse.

    ¡Qué decepción tan grande para quienes votaron por Javier Duarte gobernador en el año 2010!

    Por eso, el maestro  Carlos Ronzón asegura que el peor daño de Fidel Herrera a Veracruz es Duarte.

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