- Hora de apretar el paso
- Ahora, Pepe es Héctor…
- Y Héctor es Pepe Yunes
Luis Velázquez
EMBARCADERO: De pronto, pareciera, que los senadores priistas, Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa traen un paso y lo aflojan. Más ahora cuando se aproxima la recta final, pues en tanto unos afirman que en el mes de noviembre emergería el humo blanco de Los Pinos con el nombre del candidato, otros se van hasta el mes de enero.
De cualquier manera, los días caminan y en el imaginario colectivo y la percepción ciudadana, y como dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica, ahora Pepe es Héctor y Héctor es Pepe.
Por lo siguiente:
Mientras semanas anteriores, Héctor era el candidato oficial y Pepe el insumiso y rebelde, ahora pareciera que los papeles se han invertido, y más a partir del filme cinematográfico “La caña amarga de pescar”.
Es más, mientras antes Pepe mantenía el paso en su periplo de norte a sur y de este a oeste de Veracruz reuniéndose con los sectores productivos y los presidentes municipales y los ciudadanos, Héctor únicamente se reunía con los actores políticos encumbrados y hasta en actos oficiales, y ahora camina Veracruz.
Tal cual, en el mes que corre, Pepe sólo se ha reunido, el 12 de octubre, con los vecinos de Tempoal.
Es decir, una sola gira en el mes de Pepe, en tanto Héctor anda trotando la tierra jarocha, como antier en Tuxpan donde retomó su agenda pública alrededor de tirar el Impuesto del 3 por ciento a la nómina, la Gendarmería en Veracruz (diez ejecutados el lunes) y el seguimiento a la denuncia penal de la Auditoría Superior de la Federación ante la PGR en contra del duartismo.
Pero, bueno, lo que antes era atributo singular en Yunes Zorrilla, ahora ha dejado de serlo, dice Ronzón.
No obstante, entre más se acerque la hora estelar, más, mucho más habrían de redoblar el paso los senadores, únicos punteros en la tendencia de la encuesta histórica que tan definitiva fue para elegir candidatos a gobernador en nueve entidades federativas este año.
ROMPEOLAS: Por ejemplo, en las horas que corren de cara al domingo 25 de octubre, en que Manlio Fabio Beltrones tomará posesión al nuevo dirigente en Veracruz, la invitación del presidente del CEN del PRI ha sido cursada al par de senadores, y hasta donde se sabe si sabe bien, uno y otro la están sopesando, resistiéndose a su presencia.
Mal.
Y mal porque Beltrones es el nuevo dirigente nacional del partido tricolor, y por tanto, su voz será decisiva a la hora de la decisión en Los Pinos para nominar al candidato a la silla embrujada del señor Javier Duarte.
Pero, además, Beltrones, igual que Enrique Peña Nieto, apuestan a la unidad partidista y el simple hecho de que los senadores se abstuvieran de acudir a la ceremonia priista local significaría dejarlo con la mano tendida.
Y, lo peor, enviar un mensaje de sublevación a Los Pinos.
Más aún, digamos que los senadores dejaran a Beltrones con la mano tendida y uno de los dos saliera candidato, tendría en contra toda la estructura partidista y el aparato gubernamental en contra para descarrilarlo por debajo de las cañerías con un juego sucio.
Es la hora, pues, de cerrar filas alrededor de Beltrones, quien además está en el proyecto presidencial del año 2018.
Además, de nada serviría que los senadores se pusieran rejegos, muy broncos, muy bragados, si en el caso de Héctor Yunes bastaría un apretón de Beltrones para asistir a la toma de posesión del sucesor de Alfredo Ferrari..
Y en el caso de Pepe Yunes, bastaría una llamada del secretario de Hacienda y Crédito Público para que de igual manera asistiera con toda su tribu al evento, como ocurriera, por ejemplo, con aquel desayunito con Javier Duarte en el rancho San Julián a una solicitud de Luis Videgaray Caso.
A tales acciones, Plutarco Elías Calles les llamaba “pragmatismo provisional”, pues lo importante era el objetivo con una estrategia fría y calculadora, pensada en el interior de un iglú.
ASTILLEROS: El maestro en Ciencia Política de la Universidad Complutense de España también enciende la alerta roja en otro puntito, el siguiente: los senadores, y también el duartismo, se han centrado en el pleito por el poder político, que es la candidatura, y han descuido a la población electoral.
Por ejemplo, el gran tema de la agenda pública en Veracruz es la corrupción política, desde el manifiesto enriquecimiento ilícito de una parte de los duartistas hasta la denuncia penal de la Auditoría Superior de la Federación
Y no obstante, por un lado, los senadores priistas agarran el asunto, pero por el otro, lo sueltan.
Más aún: la simple declaración mediática y el discurso político con el tema resulta insuficiente, pues es la hora de llevar el asunto a la sesión parlamentaria para darle seguimiento, más allá de un simple acuerdo en la bitácora.
Cierto, el senador Héctor Yunes fue con el auditor, pero es necesario insistir, como dicen los clásicos, hasta las últimas consecuencias.
Y, bueno, tal como están los hechos ha de retomarse el asunto, persistiendo en que la cárcel es el único destino para la generación en el poder sexenal jarocho.