lunes, julio 7, 2025

Estrategia de “El bronco” en Nuevo León incidirá en Veracruz

  • De su campaña se desprenden cinco lecciones que trascenderán en la tierra jarocha de cara a la elección del candidato al sucesor de Javier Duarte
  • Su jornada cívica, descrita al detalle en el libro del corresponsal de Proceso, Luciano Campos Garza

Luis Velázquez

La campaña de Jaime Rodríguez Calderón como candidato independiente a la gubernatura de Nuevo León deja enseñanzas para la sucesión en Veracruz según se desprende del libro “El bronco” del corresponsal de Proceso, Luciano Campos Garza, que circula.

Primera lección:

Hacia la primavera del año 2015 existían doce aspirantes y suspirantes priistas a la gubernatura regia, de tal forma que unos y otros se arañaban con todo, y en donde la pelea más reñida estaba entre Cristina Díaz, la ex presidenta del CEN del PRI y dirigente nacional de la CNOP, y su antigua pupila, la senadora Ivonne Álvarez, apadrinada por el senador Emilio Gamboa Patrón y el gobernador Rodrigo Medina.

Entonces, el líder nacional priista, César Camacho Quiroz, convocó a los doce en el búnker tricolor de la ciudad de México, y luego de un jaloneo les informó que sólo quedarían tres.

Una semana después los volvió a citar y sin más les peló la piña y les dijo que luego de un sondeo, la elegida era Ivonne Álvarez, una chica que a los 24 años iniciara en política a partir de su programa televiso grupero en una estación de Monterrey.

Tal cual, Cristina Díaz se demoró 24 horas para expresar que estaba con ella, luego de un berrinche que se escuchó en todo el edificio tricolor.

César Camacho Quiroz, siguiendo las órdenes del presidente Enrique Peña Nieto, derivó un candidato de unidad, no obstante que eran doce los precandidatos, de igual manera como ahora, Manlio Fabio Beltrones, ha cacareado que habrá candidato de unidad para las elecciones de gobernadores en doce entidades federativas, entre ellas, Veracruz.

¡Y ay de aquellos que se pongan broncos y bragados, peleadores callejeros, porque en el pecado llevarán la penitencia!

Segunda lección:

En el Instituto Electoral de Nuevo León se registraron diez candidatos a la gubernatura, todos, apoyados por un partido político, a excepción de “El bronco”.

Jaime Rodríguez, pues, se fue a la jornada electoral sin un partido político, por más que la prensa local se emponzoñaba con él, por órdenes de la cancha priista, de que durante 33 años había sido militante del tricolor y por tanto era un traidor.

Incluso, la oposición priista llegó a la intriga, la calumnia, la difamación y la mentira en su contra a través de la prensa, por ejemplo, metiéndose en su vida privada, como cuando le sacaron que su primera esposa se había divorciado porque la golpeaba.

Así, en el camino, el ex panista Fernando Elizondo, inscrito por Movimiento Ciudadano, declinó a favor de “El bronco”, lo que significó un golpe terrible a la priista.

Y no obstante que “El bronco” era candidato ciudadano, el primero en el país, derrotó a todos, con lo que una nueva leyenda quedó confirmada en la nación: los ciudadanos, el contribuyente, la población electoral está harta de los partidos políticos.

Tercera lección:

La pelea estelar por la gubernatura de Nuevo León ocurrió entre la priista Ivonne Álvarez y el independiente Jaime Rodríguez Calderón.

Por ejemplo, la priista tuvo de su lado todo el respaldo político, social, económico, popular, policiaco y mediático del gobernador Rodrigo Medina.

Y por tanto, las tres estaciones televisoras más fuertes (Televisa, TV Azteca y Multimedios) estuvieron de su lado, madreando todos los días a “El bronco”.

De igual, todas las estaciones de radio y todos los periódicos, a excepción de “El norte”, papá del diario Reforma de la ciudad de México, que de manera velada le respaldaba con reportajes, crónicas y artículos en contra de Rodrigo Medina y su corrupción política.

Además, todas las casas encuestadoras locales y nacionales empezaron a publicar sondeos de opinión y encuestas, donde daban como ganadora impecable e implacable a la priista.

En contraparte, “El bronco” se fue con las redes sociales, a tal grado que integró un equipo de tuiteros que difundían sus mensajes vía Internet.

Incluso, el candidato independiente organizó mítines vía Internet en vez de los mítines convencionales.

Y no obstante los pronósticos de las casas encuestadoras de que Ivonne Álvarez era la inminente ganadera, el día de la encuesta madre, efectuada en las urnas, “El bronco” ganó los comicios con casi el 49 por ciento de los sufragios, Ivonne Álvarez quedaba en segundo lugar con el 29 por ciento y en tercero lugar el candidato panista con el 22 por ciento.

Es decir, que de golpe y porrazo quedaba manifiesto, por un lado, la ineficacia de los medios de comunicación para garantizar el triunfo comprando portadas y páginas completas.

Y por el otro, el gran fracaso de las encuestas que no obstante haber vaticinado con meses de antelación y en el transcurso de la jornada electoral el triunfo de la priista, fue derrotada casi con el 50 por ciento de los votos.

Cuarta lección:

En Monterrey se efectuaron cinco debates entre los candidatos. En dos de ellos, la priista Ivonne Álvarez se abstuvo de asistir, porque sus asesores le advirtieron, primero, que iba adelante, invicta, y por tanto, resultaba innecesario exponerse.

Y segunda, porque una de sus debilidades era su manifiesta incapacidad para el debate y la polémica, la contraofensiva y la argumentación, más allá de su cara bonita.

Así, cuando asistiera a los otros tres debates fue apabullada en las redes sociales, a pesar, incluso, que se fue a la yugular de “El bronco” con el caso de la esposa golpeada.

Es más, al día siguiente, Monterrey amaneció con anuncios espectaculares por todos lados donde la ex esposa se quejaba de la madriza que le habían dado.

Quinta lección:

El gobernador Rodrigo Medina se fue con todo por Ivonne Álvarez, la candidata preferida del senador Emilio Gamboa Patrón.

Incluso, apostó el poco nombre que le quedaba confiado en garantizar la protección jurídica de la sucesora ante tantas denuncias de corrupción política del mismo gobernador, su familia, su padre y su gabinete legal y ampliado.

Y el tiro le salió por la culata.

Perdió.

Aquella guerra sucia descrita al detalle por Luciano Campos Garza en su libro valió de nada.

“Un hombre solo, atacado por la televisión comercial y denostado por la camarilla política, pudo desafiar una elección de estado apoyada por toda la maquinaria electoral del PRI nacional” anota el corresponsal de Proceso en la contraportada de su libro”.

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