domingo, mayo 19, 2024

Malecón del Paseo

  • Telever, Duarte y Pepe Yunes
  • Y la filial de Televisa se abrió
  • La orden que llegó del DF

Luis Velázquez

EMBARCADERO: Está claro que el gobernador de Veracruz ejerce una influencia fuera de serie, inverosímil, sobre la política informativa de Telever, la filial de Televisa.

Por ejemplo, rara, extraordinaria ocasión dan espacio a los estragos de la violencia, y cuando ocurre, suelen minimizar los hechos, incluso hasta con sorna para la población a la que le tocó vivir tales sucesos.

Por ejemplo, cada vez que el señor Javier Duarte se conecta por teléfono con los noticieros los ojos le brillan de felicidad al interlocutor como lo ha registrado el politólogo Carlos Ronzón Verónica, que ahí suele documentarse.

Por ejemplo, cada vez que por ahí existen, digamos, anuncios que el poder político considera importantes aparecen por delante y en exclusiva en sus noticieros.

Por ejemplo, nunca, jamás, en los casi cinco años del duartismo el Jefe Máximo del Priismo ha sido tocado, como decía el churrigueresco Amado Nervo, “ni con el pétalo de una rosa”.

Por ejemplo, mientras Veracruz se desangra en graves pendientes sociales, económicos, educativos, de salud y de seguridad, el silencio de Telever resulta indicativo y significativo.

Por eso mismo, cuando días anteriores el senador Pepe Yunes Zorrilla, quien mantiene una sana y lejana distancia del señor Duarte, fue entrevistado en el noticiero estelar, Carlos Ronzón aplicó una sola hipótesis como lectura subliminal: sin lugar a dudas, se dijo, el gobernador autorizó la entrevista, pues sólo así podía entenderse el espacio otorgado.

Pero aquel día, el politólogo tenía nubarrones en su bolita de cristal y falló en su hipótesis.

ROMPEOLAS: Se equivocó, porque aun cuando su lectura se apegaba como siempre a la realidad inevitable, resulta que Pepe Yunes entró al noticiero de Telever, porque la orden vino desde el altiplano, es decir, desde Televisa.

Y, por supuesto, desde un alto mando.

Y más aún, se trataba de una orden, simple y llanamente.

Más todavía: cuando el senador llegó a Telever lo esperaban en la puerta para darle la bienvenida con una sonrisa más grande que las sandías que solía pintar Diego Rivera.

Y ni modo, el señor Duarte se atragantó como quizá, también, acaso, el conductor estelar de Telever, miembro, además, de esa cosita burocrática llamada Comisión de Atención y Protección a Periodistas que sólo sirve para convalidar los agravios de los duartistas en contra de los trabajadores de la información, todos reporteros y fotógrafos, nunca jamás los magnates.

El mensaje, entonces, de Televisa quedó claro: apertura democrática a todos, más, mucho más allá de casarse con una sola idea, un solo grupo, una sola tribu.

Y/o en todo caso, unos son los intereses de Telever y otros los intereses de Televisa, por más que la primera sea una filial de la segunda.

Y más en estas horas cuando el país está cambiando como por ejemplo la praxis política en materia de comunicación social iniciada en Nuevo León por el gobernador independiente, Jaime Rodríguez, “El bronco”, que con su broncomanía ha decidido que ningún centavo oficial será canalizado a las televisoras que con su antecesor, el priista Rodrigo Medina, significaba un gasto anual de mil millones de pesos.

Y es que, bueno, en la relación duartismo y medios, nadie dudaría de que Telever se lleva la tajada más grande y más jugosa, llena de merengue, del presupuesto estatal, además de privilegios y canonjías.

Y por eso mismo el veto tanto a los hechos sociales que ocurren en la calle como a los disidentes a las hordas duartistas.

ASTILLEROS: Quizá convendría a los senadores priistas de Veracruz seguir la huella de “El bronco” en su jornada electoral donde apostara a las redes sociales y sus variantes, anexas y conexas, que en el caso de Nuevo León resultaron más efectivas que la televisión, por ejemplo, y ni se diga de los medios impresos.

En efecto, en el libro “El bronco”, del corresponsal de Proceso, Luciano Campos, de reciente aparición, describe el éxito mediático de Jaime Rodríguez con las redes sociales que, incluso, contrarrestaron la feroz y sangrienta campaña del trío de televisoras locales, entre ellas, la filial de Televisa, acatando las órdenes del gobernador priista, Rodrigo Medina.

Incluso, las televisoras se metieron hasta con la vida privada de “El bronco”, exhibiéndolo como un golpeador de sus ex esposas, y con un equipo de 40 jóvenes que le operaron el Twitter, el Facebook, los mensajes y demás, logró imponerse en el imaginario colectivo y en la percepción ciudadana.

El senador Pepe Yunes entró a Telever porque desde el altiplano le abrieron la puerta.

Pero dadas las circunstancias, cada vez que lo necesite y/ o desee como parte de su estrategia, necesitará cabildear en la ciudad de México.

Más allá de las televisoras comerciales, que tan caro cuestan, y también de la prensa escrita y digital, tan proclives a tirarse al piso con tal de “quedarse con el recurso lácteo”, hay otra realidad mediática más efectiva y barata.

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