• Flavino proclama el diálogo
• Para resolver pendientes…
• Pero muestra el garrote
  

Luis Velázquez

1

Al mismo tiempo que el secretario General de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, extiende la mano para el diálogo, también muestra el garrote.

Por ejemplo:

El mismo día en Xalapa los taxistas bloquearon la avenida principal.

Y también el Frente Revolucionario Estudiantil por la Democracia (¡ah, para nombrecito!) bloqueó un carril de la avenida Xalapa exigiendo obra pública prioritaria, según dijeron.

En Cosoleacaque se mantenía el bloque a la autopista por las huestes del diputado local, Renato Tronco Gómez.

Y en Fortín, los familiares de desaparecidos tomaban la caseta de peaje número 45.

Entonces, desde la capital el titular de la SEGOB jarocha extendió su mano para el diálogo y la conciliación, y en cada uno de tales municipios la fuerza pública desalojaba a los contestatarios.

¡Ah!, pero lo hacían con funcionarios de la priista Comisión Estatal de Derechos Humanos de Fernando Perera Escamilla para dar testimonio del apego y respeto a las garantías individuales.

Luego enseguida, a bote/pronto, el secretario de Infraestructura, Tomás Ruiz González, que soñaba con la candidatura priista a gobernador, también dijo que bajo ninguna circunstancia la autoridad tolerará la interrupción de las vías de comunicación.

Por un lado, pues, la tolerancia, y por el otro, más que la mano firme, el puño cerrado.

Y de por medio una sonrisa china y oblicua.

Un momento, por favor:

Si la gente protesta es por una sola razón: en el fondo han sido desoídos.

También están hartos de promesas incumplidas, como por ejemplo, el pago de los 50 millones de pesos de las prestaciones salariales a la Federación de Trabajadores de la Educación Tecnológica programada desde el mes de abril, 2015.

Por ejemplo, desde hace 18 meses el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, ofreció construir una subestación del C-4 en Perote y nada de nada.

Por ejemplo, el atraso en el pago de los 400 millones de pesos federales, que ya fueron entregados a la SEFIPLAN, desde el mes de agosto y que están retenidos.

Por ejemplo, el atraso en las obras ofrecidas a los campesinos sureños liderados por el diputado local, Renato Tronco, y que los llevara al bloque de la carretera federal de Las Choapas.

Si la gente, el ciudadano, el pueblo se va a las calles es porque la autoridad le ha tomado el pelo.

2

En las horas turbulentas y revolcados que ahora se padecen en Veracruz podrá el duartismo ofrecer diálogo, y eso del garrote y la macana y los gases lacrimógenos y los perros amaestrados y las patrullas es viejo.

Tanto que, incluso, y por ejemplo, luego del bloqueo de la autopista sureña en el tiempo de “El oaxaco”, a quien luego de una audiencia con Gerardo Buganza, secretario de Gobierno, lo desaparecieron, la LXIII Legislatura aprobó la ley Ampudia para condenar a cinco años de cárcel a quienes obstruyeran la vía pública.

Es más, los diputados del general Arturo Bermúdez, titular de Seguridad Pública, José Ramón Gutiérrez y Adolfo Jesús Ramírez Arana, lanzaron una iniciativa de ley para obligar a los contestatarios a solicitar permiso para una marcha con 6 horas de anticipación, mínimo, reservando al secretario el derecho de autorizar la manifestación y/o en todo caso, prohibirla.

Y si la efectuaban que cada se atuviera a las consecuencias, de tal forma que la policía quedaba facultada para encarcelar.

Ahora, y a toro pasado, el titular de la SEGOB jarocha convoca el diálogo.

Okey, pero el diálogo ha de agotarse desde la primera vez que la gente, los grupos, los pueblos, los vecinos toquen la puerta de palacio y sean escuchados y lleguen a acuerdos.

Y, bueno, el diálogo también incluye la gran capacidad para convencer a los demás, sobre todo si las circunstancias, digamos, económicas son desfavorables.

Si el político adolece de tal atributo para convencer a partir de la palabra, los argumentos y la razón, y luego recurre al garrote, entonces, que nadie se duela del grito callejero.

3

Flavino Ríos Alvarado apenas tiene en el cargo tres meses, 90 días, que nada son frente a los cuatro años con seis meses que caminaron del duartismo antes de su llegada.

Y aun cuando estuvo en la secretaría de Educación de paso, tampoco desde ahí tenía posibilidad ni facultades para cabildear el diálogo pronto y expedito que ahora, digamos, está ofreciendo.

De entrada, si el secretario es el jefe político del gabinete legal y ampliado, y el segundo del Jefe Máximo del Priismo, entones, la tónica ha de ser, cierto, diálogo, pero con un diálogo respetuoso y razonado para hablar con la verdad.

Si las circunstancias están dadas para una solicitud pa’lante, pero si son desfavorables, entonces decir las cosas de manera puntual, pero al mismo tiempo, convenciendo a las partes.

Y, bueno, si algunos líderes quisieran abusar, de igual manera, con toda la fuerza política y social del llamado sexenio próspero hablar con la verdad.

De lo contrario, y ante las tomaduras de pelo que se han dado en el viaje duartista, los contestatarios seguirán expresándose en la calle.

La elite en el poder sexenal habla de aplicar la ley con testigos de la Comisión de Derechos Humanos para evitar daños a terceros.

Pero antes, mucho antes, solo restar pedir que el poder se ejerza con la Constitución Política por delante y con un profundo, inalterable derecho a las garantías constitucionales, y la verdad de las cosas, por más duras que sean, por delante.

De lo contrario, las marchas seguirán y se caerá en un círculo vicioso en el que ahora estamos atrapados y sin salida.

El ciudadano protestando y la autoridad reprimiendo.