Big brother jarocho
Luis Velázquez
La sucesión de gobernador en Veracruz ha entrado al eje rector del big brother.
Por ejemplo:
Jorge Carvallo Hernández, padre del diputado federal, Jorge Carvallo Delfín, que se ha destapado, digamos, como candidato independiente al trono imperial y faraónico del señor Javier Duarte.
Elías Miguel Moreno Brizuela, ex perredista, lanzó su precandidatura por una cosita llamada “Movimiento de los encabronados” para referirse a la indignación crónica en una parte significativa de la población jarocha.
Alejandro Montano Guzmán pidió que lo encartaran porque también quería, además de estarse promoviendo en una que otra columna política de la prensa defeña.
El último en levantar la mano fue Jorge Uscanga Escobar, ex de todo menos de gobernador (alcalde, presidente del CDE del PRI, diputado local y federal, subsecretario de Gobierno, procurador de Justicia, etcétera) y quien sería nominado por su asociación política, Concertación Veracruzana, homóloga de Alianza Generación de Héctor Yunes y Vía Veracruzana de Mario Tejeda Tejeda.
El diputado local, Renato Tronco Gómez, anda en precampaña como candidato independiente, pero el Fiscal General ya le amenazó con el desafuero por el asesinato de unos de los regidores cuando fuera presidente municipal de Las Choapas.
Claro, eso de las amenazas de desafuero constituyen una vacilada si se recuerda que dos ex alcaldes (Omar Cruz, de Medellín, y Juanelo, de Coatepec) se le pelaron, y otro (Armel Cid, de Fortín) lo dejó en ridículo.
Y un cuarto (Miguel Ángel Yunes Linares, de Boca del Río) le ha advertido que le da veinte y las malas.
Pero, bueno, sirva el dato para referir que la sucesión en Veracruz con tales aspirantes y suspirantes parece un big brother.
Lo es, si se considera que tales autodestapes son ocurrencias, ni siquiera, geniales, como llamó Pedro Aspe, el tlatoani de Luis Videgaray Caso, al desempleo en el sexenio de Carlos Salinas.
UN POQUITO DE GRACIA Y OTRAS COSITAS
Ninguno de los cinco políticos citados líneas arriba (y ojalá estuviéramos equivocados) tiene una posibilidad, ni siquiera remota, para el triunfo en las urnas.
Vaya, tampoco Gerardo Buganza Salmerón, cuya primera tarea es convencer a la población electoral de que en ningún momento es candidato independiente de Javier Duarte, cuyo sello trae en la frente.
Tomás Ruiz González, quien también se tiró al ruedo como un gallito de pelea, declinó por sí solo, al registrar que nunca cuajó.
Tal cual, alguna mano que está meciendo la cuna se estará divirtiendo como un enano político.
Lo peor: si fueron lanzados como elementos distractores, digamos, para repicar en el altiplano la calentura de la sucesión, les falló el tiro.
La locura sucesoria llegó a tanto que, por ejemplo, en el PAN levantaron la mano el diputado local, Domingo Bahena Corbalá, y el recién ex diputado federal, Víctor Serralde Martínez, y luego de medir el agua a los camotes solitos se diluyeron y, por fortuna para ellos, antes de exhibirse más llegando al ridículo.
Ridículo, no obstante, con la lista de los cinco anteriores, porque ni en el PRI les da la posibilidad ni menos como candidatos ciudadanos, pues para eso, como la bamba, se necesita un poquito de gracias y otras cositas.
Entre ellas, una estructura electoral, billete suficiente y liderazgo popular.
LANZARÁN AL ANACORETA DE ALTO LUCERO
Por eso, y en nombre del pitorreo del big brother quizá sería más sano lanzar, por ejemplo, al Anacoreta de Alto Lucero que vive en las cuevas de la montaña como candidato ciudadano.
También, a la astróloga de los Llanos de Sotavento cuyo atractivo electoral sería leer el destino de cada elector para amarrar el triunfo en las urnas.
Rafael “El loco” Ochoa, tío del gobernador de Veracruz, también haría un papel extraordinario como candidato, de igual manera como por ejemplo, Rafael “El negro” Cruz de Fidel Herrera, quien repartiría salmos en los mítines, además de leerlos como discurso incendiario anunciando el fin del mundo.
Lástima que Norico, aquel legendario loquito jarocho que en paz descanse, sería ideal como abanderado de algún partido político, considerando que Veracruz ha sido definido como un puerto con locos de cara al mar.
Se ignora si el big brother de la sucesión sea una especie de pitorreo, pues la mayoría de la población (seis de cada 10 habitantes de Veracruz están en la pobreza y la pobreza extrema según el CONEVAL) ningún beneficio social ha recibido de los gobernadores que van y vienen, y uno más qué más da.
Por eso, y ante los próximos autodestapes el sentido del humor, el sarcasmo y la ironía han de mantenerse al rojo vivo, cuando menos, para divertirse y seguir pitorreándose de las ínfulas de algunos políticos.
Mientras tanto, si habremos de definirnos por alguno de los acelerados uno se quedaría con Jorge Carvallo Hernández, pues ha de ser muy divertido cada vez que despotrica contra su hijo, a quien califica como el “hijo más ruin que he tenido”, todo porque llegó a Xalapa en el fidelato con un VW jodido y ahora posee mansiones en fraccionamientos de lujo, departamentos frente al Golfo de México, motos acuáticas, caballos de carrera, un rancho y un avión.
Y ruin, claro, porque no obstante su riqueza para nada salpica a su padre.