- Cabildean CEN del PAN y PRD
- Alianza electoral en seis estados…
- Entre ellos, Veracruz
Luis Velázquez
PASAMANOS: El CEN del PAN y PRD, en el altiplano, están abiertos a la alianza electoral para la candidatura común a gobernador de Veracruz, entre otras entidades federativas (también Durango, Hidalgo y Tamaulipas); pero están, como dice el panista Ricardo Anaya, en la fase exploratoria.
Por lo pronto, por más que allá pudieran tener, como dicen ellos, “acuerdos específicos”, la realidad es que en Veracruz existen pocas, limitadas, escasas posibilidades, pues desde antemano están tronados.
Claro, ninguna duda existe que algunos militantes de uno y otro partido alentaran la esperanza, pero el grueso está en contra.
Por ejemplo, el panista Agustín Andrade Murga, exregidor en el Ayuntamiento de Veracruz, ha rechazado desde ahorita la alianza con el PRD, primero, dijo, porque son un partido de derecha ante un partido de izquierda, y segundo, porque resulta inverosímil que ambos partidos releguen su ideología a cambio de lo que Plutarco Elías Calles llamaba pragmatismo provisional.
Y si en Puebla y Oaxaca fue posible en el periodo anterior la coalición que llevara a Rafael Moreno Valle y Gabino Cué Monteagudo a la gubernatura para expulsar al PRI de palacio de gobierno donde se habían adueñado Mario Marín, el góber precioso, y Ulises Ruiz, el góber rijoso, por más acuerdos en la cúpula, será difícil aterrizarlos en Veracruz.
Por una sola circunstancia, la más importante, irreductible:
El candidato panista al trono imperial y faraónico es el diputado federal, Miguel Ángel Yunes Linares, y solo con él, y nadie más, el PAN daría el siguiente paso.
Meses anteriores, el cabildeo entre el PAN, PRD y el Movimiento Ciudadano iba caminando, pero de pronto cuando llegaron al nombre del posible candidato, los dantistas pegaron el grito en el cielo y observaron que la alianza marcharía, pero sin Yunes Linares como abanderado.
Y la fase exploratoria se truncó.
Y, bueno, digan lo que sea, en la tendencia de la encuesta histórica alternan como punteros tanto Pepe Yunes Zorrilla como Héctor Yunes Landa, en tanto, en ambos casos, Yunes Linares aparece en segundo lugar.
De ahí pa’lante, los Bueno Torio y Julen Rementería, igual que los Jorge Carvallo, Érick Lagos, Adolfo Mota y Alberto Silva, continúan atrapados en el sótano, sin ninguna esperanza de repuntar, mejor dicho, de resucitar.
BALAUSTRADAS: Según los trascendidos, de lograrse la alianza entre PAN y PRD en los estados de Durango, Tamaulipas, Hidalgo, Puebla, Oaxaca y Veracruz (es decir, seis de las doce entidades federativas donde el año entrante elegirán gobernador), entonces, “el partido con mayor fuerza electoral en cada estado postularía al abanderado” (La Jornada nacional, 4 de octubre, 2015, Georgina Saldierna).
Tal cual, entonces, y en el caso Veracruz significaría que el PAN nombraría al candidato que, sin duda, será Yunes Linares, a quien de paso el duartismo pretende descarrilar con el intento de desafuero a su hijo, el alcalde de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez.
Y, bueno, si así fuera, el Movimiento Ciudadano quedaría fuera de la alianza que a nivel local han venido tejiendo Enrique Cambranis y el experredista Juan Vergel.
Y más porque el líder estatal, Armando Méndez de la Luz, ha precisado que irían solos, de igual manera como también ha sido la prédica de Andrés Manuel López Obrador con MORENA.
Es más, MORENA tiene ya definido a su candidato en el diputado federal, Cuitláhuac García, según lo revelara su colega, Rocío Nahle, coordinadora de los 33 legisladores en el Congreso de la Unión.
Así, el PAN podría, digamos, con un poquito de esperanza y paciencia y mucho de habilidad pactar con el PRD, pero debido a que el sol azteca está atrapado, y sin salida, en el descrédito con un presidente, Rogelio Franco Castán, con fama pública de que le encanta el billete fácil que le ha permitido tener un rancho, un hotel y un par de restaurantes, como suele cacarearlo su exmaestro político, el exsenador Arturo Hérviz, quien fue candidato a gobernador ante Miguel Alemán Velasco, a quien terminó levantando la mano, sin pudor.
Además, el PRD tiene la fama de un PRD rojo con el expresidente Sergio Rodríguez, seducido por el góber fogoso y gozoso.
Todavía peor: no obstante que en el pasado el PRD atravesó por el infierno y quedó atrapado, ahora, Rogelio Franco sigue con el mismo hábito de desacreditar a sus antecesores, entre ellos, Enrique Romero Aquino, coordinador de la campaña del ex perredista Elías Miguel Moreno Brizuela, candidato del Movimiento de los Encabronados, y al que llamara lacayo del duartismo.
ESCALERAS: A estas alturas, desalienta, decepciona y desencanta a la población electoral el mosaico preelectoral para la gubernatura:
Una posible alianza, digamos, entre el PAN y el PRD, donde el sol azteca jugaría a mantener el registro, luego de que de los 212 alcaldes apenas y tienen unos treinta.
Y de que de los 50 diputados locales unos dos, tres, y de los 30 diputados federales uno solo.
Y del trío de senadores, ninguno, cuando en otro tiempo tuvieron su presencia en la Cámara Alta.
Una posición (PES, PANAL, Movimiento Ciudadano, AVE) que poco significa como expectativa electoral y que por el contrario, da grima.
Un MORENA que, bueno, apenas ha nacido a la vida pública y por lo pronto, en Veracruz apenas y ganó dos curules federales de las 21 en disputa y que, acaso, quizá, tendrá su mejor tiempo en el año 2018, cuando López Obrador sea candidato presidencial y el fenómeno tabasqueño pudiera incidir en Veracruz.
Y unos aspirantes a candidatos independientes (Gerardo Buganza Salmerón y Renato Tronco Gómez) que dan pena de la pena ajena, pues ninguno de los dos ha podido conjuntar unos 200, 300 ciudadanos en un mitin, con todo y que Renato Tronco obsequió cheladas el día patrio en las playas de Coatzacoalcos y que ahora enfrenta el proceso de desafuero solicitado por el Fiscal General por el asesinato de su ex regidor en Las Choapas.
Sólo junta, unida, yuxtapuesta, la oposición en Veracruz significaría una piedrota en el zapato priista.
Pero tal cual es una dulce utopía que por ahora se queda en vacilada, pues la historia, ya sabe, suele repetirse como tragedia y caricatura, como es el caso.
Por cierto, Jorge Uscanga Escobar, ex de todo, menos de gobernador, y tlatoani de la asociación “Concertación Veracruzana”, ya levantó la mano y pidió que porfis lo incluyan en la lista de los aspirantes, de igual manera que la otra vacilada, Alejandro Montano Guzmán.
Incluido, pues.