Todo por la gubernatura
Luis Velázquez
El senador Héctor Yunes Landa se ha vuelto codiciado y codiciable. Sus bonos en el mercado bursátil político se han disparado. Todos lo quieren de candidato a gobernador.
En la ruleta rusa le han extendido la mano el PRD, el PES, el PAN y el Movimiento Ciudadano.
En los próximos días quizá se agregaría el Panal, digamos, para buscar su independencia del PRI.
Acaso el AVE, y en un descuido, lo que resta del PT, para ver si se reposicionan desde el territorio jarocho.
El PRD, por ejemplo, lo busca porque está desgajado en el terreno electoral. Cada vez con menos oferta. Menos militancia. Menos cargos públicos. Menos representatividad. Menos fuerza política.
Incluso, con muchos militantes valiosos fuera, expulsados, relegados, excluidos, intrigados. Tribus y hordas atrás de los escasos y limitados cargos públicos. La tajada mayor del pastel.
Incluso, están viendo la tempestad y nadie se hinca.
Allí está el testimonio de Rogelio Franco Castán, presidente en turno del sol azteca, quien acusa de lacayo del gobierno a su antecesor, Enrique Romero Aquino, a su vez, consejero nacional.
Pero antes, cuando Franco fue ungido líder estatal del PRD y diputado local y federal, su padrino, Arturo Hérviz, le marcó una raya, sorprendido y atónito con su riqueza inusitada.
Tal cual se entendería que ninguna autoridad moral y ética, social y política para lanzarse en contra de Romero Aquino, coordinador de la campaña preelectoral de su amigo Elías Miguel Moreno Brizuela, el candidato del llamado Movimiento de los Encabronados a la gubernatura.
Y en tales circunstancias la mano tendida al senador Héctor Yunes.
El Partido Encuentro Social, PES, naciendo apenas a la vida…aunque con un parto difícil.
Su dirigente, Gonzalo Guízar Valladares, expriista; pero cobijado desde el priismo para la dirigencia estatal, luego de haber sido alentado por el PAN de Miguel Ángel Yunes Linares como contrapeso al expanista Leandro Rafael García Bringas como candidato a diputado federal.
Así, buscando una carta fuerte, la del senador Yunes Landa, para levantar.
El CDE del PAN también coqueteó con Héctor, como si anduviera en un perpetuo día de pesca.
Pero Acción Nacional juega a fortalecerse de cara a la elección del candidato a gobernador, pues ninguna duda existe que el favorito es Miguel Ángel Yunes Linares.
Y, por tanto, sólo quieren a un Yunes más de su lado.
Y aun cuando en otros tiempos, el par de senadores priistas aseguraba que si uno de los llamados Chamacos de la fidelidad salía nominado, entonces, ambos cruzarían la calle y unirían a Yunes Linares en su cruzada electoral, el tiempo electoral ha cambiado.
En tanto, en el Movimiento Ciudadano suspiran por Yunes Landa, pues su patriarca ideológico, Dante Delgado Rannauro, es su amigo, y como en los últimos años ningún militante ha crecido (el más pertinaz, Armando Méndez de la Luz), necesitan, digamos, un candidato ciudadano para repetir la historia de Jalisco, donde ganaron la mayoría de presidencias municipales y diputaciones locales, con Alfaro y compañía.
Yunes Landa, en respuesta, ha dado las gracias a todos ellos.
En el kínder en Paso del Macho, donde nació, fundó el comité infantil del PRI, y como el historiador Héctor Aguilar Camín asegura que cada mexicano trae un PRI chiquito en las entrañas, desde entonces ha seguido en el partido fundado por don Pluto, que así llamaban sus cuates a Plutarco Elías Calles.
Y menos ahora, cuando en el CEN del PRI está Manlio Fabio Beltrones, el hermano mayor de Yunes Landa y cuando Alfredo del Mazo González, el patriarca del grupo Atlacomulco, tío de Enrique Peña Nieto, es su tlatoani.
“NUNCA PERDONO AL QUE TRAICIONA”
Hasta hace ratito el mundo político creía, estaba seguro que el senador era un candidato más del gobernador.
Es más, lo anduvo muestreando en diferentes espacios, desde, y por ejemplo, la bendición de 30 mil evangélicos en el estadio de fútbol, Luis “Pirata” de la Fuente, hasta el corte de listón de la feria ganadera de Ilang Ilang.
Ahora, desde el filme cinematográfico “La caña amarga de pescar” se sabe que Héctor Yunes fue uno más de los candidatos del señor Javier Duarte, quien en el camino ha tenido a los siguientes, a saber, Salvador Manzur Díaz, Fernando Charleston junior, Alberto Silva Ramos, Érick Lagos, Adolfo Mota, Gerardo Buganza y Renato Tronco, algunos de los cuales nunca, jamás, levantaron (ni levantarán) en la encuesta histórica.
Pero, bueno, algo grave debió haber ocurrido en tal relación, más allá de aquella declaratoria de Yunes Landa de que encarcelaría a los peces gordos, los obligaría a devolver el dinero y los inhabilitaría, para que la luna de miel con el gobernador tronara de tan fea manera.
Además, y con todo que otros partidos le han extendido la mano para la nominación, su nombre y crédito resulta insuficiente para ganar en las urnas, pues necesita un partido competitivo, con plataforma electoral y recursos, y de todos los que le han buscado quizá sólo el PAN daría veinte y las malas al PRI.
A menos, claro, que Héctor cuajara en un gran frente opositor integrado por el PAN, PRD, PES y Movimiento Ciudadano, y en un descuido, hasta MORENA, el PANAL y el AVE, y entonces, el modelo de su cuate “El bronco” se repetiría en la tierra jarocha.
Aunque tal significaría evidenciar a Beltrones, más aún si se considera que la enseñanza de Emiliano Zapata resulta infalible: “Perdono al que roba y al que mata; pero al que traiciona, nunca”.