- Desafuero en Veracruz
- “Renuncias o te encarcelo”
- Pacto en Los Pinos
Luis Velázquez
DOMINGO
Desafuero en Veracruz
Una vez más, el tema del desafuero de un político está en la pasarela jarocha.
Ahora, el presidente municipal de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, está en la mira.
El mismo lo ha revelado. Tienen una investigación completa lista para.
La iniciativa provendría del gobierno de Veracruz para ser, digamos, aprobada, por el cacique magisterial de la LXIII Legislatura, el siempre fiel, Juan Nicolás Callejas Arroyo, desde hace 33 años dueño de la sección 32 del SNTE y seis veces legislador local y federal, por la vía plurinominal.
La historia de los desafueros en Veracruz es tan antigua como en el país.
En el caso jarocho se remonta, por ejemplo, a Fernando López Arias, 1962/1968, cuando como gobernador quiso desaforar al presidente municipal de Veracruz, Manlio Fabio Tapia Camacho.
Todo, porque López Arias, ex procurador de Justicia con Gustavo Díaz Ordaz, que enviara al penal de Lecumberri al pintor David Alfaro Siqueiros y al líder ferrocarrilero,
Demetrio Vallejo, quería en nombre de la gubernatura imperial y faraónica mandar en el Ayuntamiento porteño.
Y Tapia Camacho, quien usaba lentes negros y nunca se le conocieron sus ojos ni el fulgor de su mirada, se puso bronco, bragado y peleador callejero.
Cabrón López Arias, cabrón Tapia Camacho, nunca procedió el desafuero.
Y López Arias reculó, antes de meterse en un conflicto innecesario.
Años después, Tapia Camacho reaparecía como el secretario particular del gobernador de Chihuahua, que de allá era originario, Oscar Flores Tapia.
LUNES
“Renuncias o te encarcelo”
Carlos Padilla Becerra, gente de Rafael Hernández Ochoa, era presidente municipal de Xalapa y Agustín Acosta Lagunes quiso desaforarlo.
Le dijo, sin rodeos:
–Renuncias o te meto a la cárcel.
Todo, porque Acosta Lagunes quería manejar a su libre albedrío el sistema de agua de la capital.
Padilla tocó los tambores de guerra y contrató al jurista de mayor prestigio en el país, Ignacio Burgoa Orihuela, conocido como “El rey del amparo”.
Pero Acosta Lagunes tenía de su lado a Ignacio Morales Lechuga, subsecretario de Gobierno y su operador entonces.
Todo, porque don Agustín Silvestre odiaba a Rafael Hernández Ochoa, quien como góber quiso empujar a Carlos Brito Gómez, subsecretario de Gobierno, como su candidato priista a la sucesión.
Entonces, José López Portillo fue contundente y ordenó a don Rafael que el candidato sería Agustín y por tanto, le garantizara el triunfo.
Pero por aquí tomó posesión, Acosta Lagunes desató una cacería de brujas en contra de los políticos más cercanos a don Rafael, entre ellos, Carlos Padilla, José Luis Lobato, Isaías Rodríguez Vivas, Juan Herrera Marín y Miguel Ángel Yunes Linares.
MARTES
Yunes los escondió
Acosta Lagunes reacción bien y rápido. Llevó los expedientes negros de Hernández Ochoa y su gente a López Portillo y obtuvo el visto bueno de la cárcel para todos ellos.
Empezó con Carlos Padilla, el güerito de ojos azules, musculoso, cachondo, que traía seducidas a la mitad de las mujeres de Xalapa.
–Renuncias o te meto a la cárcel, repitió don Agustín a Padilla y no obstante el cabildeo de Ignacio Burgoa, Padilla Becerra renunció antes del desafuero y se refugió en un departamento que Miguel Ángel Yunes Linares tenía en el DF, cuando fuera coordinador de delegaciones de la CNOP nacional.
Así, salvó la vida. Se salvó de la cárcel. Nunca fue llevado a juicio, digamos, por enriquecimiento ilícito.
Luego, Acosta Lagunes se lanzaría en contra de Isaías Rodríguez Vivas, QEPD, y Juan Herrera Marín, y quienes también se escondieran en el depa de Yunes Linares en la ciudad de México, hasta que pasara la tempestad.
MIÉRCOLES
Pacto en Los Pinos
La tempestad pasó cuando Hernández Ochoa, ya ex gobernador, tendió un puente con José López Portillo.
–Pepe, le dijo el vaso comunicante, Rafael te recuerda que si ganaba la elección para Acosta Lagunes, le darías un cargo en el gobierno federal.
–Sí, contestó Pepe, dile que ya se lo dí. Y con creces, pues hablé con Acosta Lagunes para que dejara en paz a toda la gente de Rafael y se abstenga de meterlos a la cárcel.
–Sí, pero…
–Sí, pero ya le pagué lo suficiente.
Nunca más don Rafael ocuparía un cargo público y se concentró en su rancho, parece que en Morelos, donde años después moriría en un accidente automovilístico.
Pero entonces, Padilla Becerra, Isaías Rodríguez Vivas y Juan Herrera Marín, se salvaron de la cárcel.
El único que cayó fue José Luis Lobato Campos, porque su pecado era haberse asociado con unos trabajadores de la información, entre ellos, Horacio Aude Zebadúa y Jorge Malpica Martínez, para un periódico crítico en Xalapa, a lo que Acosta Lagunes tenía fobia.
Yunes Linares lo defendería, pero fue absuelto cuando Lobato vendió sus acciones a Acosta Lagunes, quien luego casi casi se las regalaría a Mario Vázquez Raña, QEPD, dueño de la cadena de los Soles.
JUEVES
Yunes Linares, a la cárcel
Acosta Lagunes quería encarcelar a Hernández Ochoa; pero fue detenido en Los Pinos y se fue por su gabinete.
Incluso, cuando encarceló a Lobato Campos, sus huestes policiacas también privaron de su libertad al hermano putativo de don Rafael, Francisco López Lara, a quien sacaron de su casa en calzoncillos y así lo confinaron en las mazmorras de Seguridad Pública.
Yunes Linares defendió en tribuna como diputado local tanto a José Luis Lobato como a Paco López.
Pero luego de aquel reality-show, Miguel Ángel debió renunciar al Congreso local y se refugió en el DF como coordinador de las delegaciones de la CNOP, pues Acosta Lagunes había confiado a uno de los suyos que deseaba encarcelarlo.
–Nada me hará más feliz, dijo.
Y Miguel Ángel partió a la metrópoli donde inició su carrera política en el altiplano al lado de Humberto Lugo Gil, amigo de Hernández Ochoa, que le abrió la puerta, primero, en el Congreso de la Unión, y luego, en Aeropuertos y Servicios Auxiliares.
VIERNES
Arrinconan a Javier Duarte
Ahora, está la amenaza del desafuero a Miguel Ángel Yunes Márquez.
Su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, es diputado federal y fue nombrado presidente de la Comisión de Seguridad del Congreso de la Unión.
Su hermano, el senador Fernando Yunes Márquez, fue designado presidente de la Comisión de Justicia del Congreso federal.
Un intento de desafuero, si es cierto como se afirma, repercutiría en automático en el altiplano con una bandera más para el CEN del PAN, Ricardo Anaya, que negociar con el peñismo.
Sun Tzu, en El arte de la guerra, dice que el buen político ha de abstenerse de abrir muchos frentes.
Y menos, al mismo tiempo.
Y hoy Veracruz parece un campo de batalla con bombas sembradas en el camino a cada paso.
Ya se verá, entonces, si Enrique Peña Nieto permite que un frente más se abra con turbulencias en Veracruz cuando de por medio está el atolladero nacional.
Y/o en todo caso, si de acuerdo con su estilo de ejercer el poder (Peña Nieto arrinconó a Miguel Ángel Osorio Chong y le cambió a su estructura y fortaleció a Luis Videgaray Caso, desde Aurelio Nuño en la SEP hasta el tuxpeño Agustín Basáñez embajador de México en EU), el presidente de la república también arrincona al señor Javier Duarte.
Por lo pronto, ninguna presidencia de Comisión en la Cámara de Diputados para los 21 legisladores federales priistas, salvo, la presidencia de la Comisión de Asuntos Espaciales de Población para Alberto Silva Ramos, el “Cisne” que terminó de totol…