viernes, abril 26, 2024

Chistocracia

  • El senador Héctor Yunes acuñó un nuevo concepto para definir el estilo personal de ejercer el poder. Se llama chistocracia, que significa el gobierno de los chistes y los chismes…

Luis Velázquez

El senador Héctor Yunes Landa acuñó un nuevo concepto para definir el estilo personal de gobernar y ejercer el poder en Veracruz.

La chistocracia, es decir, el sexenio de los chistes y los chismes.

Chiste último: regalar caña de pescar a los disidentes, enemigos y adversarios para cazar peces grandes, y si son de la familia, mejor.

Chiste penúltimo: en Veracruz hay ladrones y pillos, pero solo roban frutsis, pingüinos y cocas.

Chistes anteriores, entre otros que la memoria recuerda a vuelo de pájaro:

Cada familia del territorio jarocho ha de comprar un perrito para cuidar de su casa.

El perro feroz que fuera durante el fidelato mudó en perro chihuahueño en el duartismo según descubrió el señor Javier Duarte.

Falso que en Veracruz hay mujeres y hombres desaparecidos. Las mujeres huyeron con el amante, por lo general, un hombre casado, y los hombres se internaron en granjas etílicas para curarse el vicio.

En Veracruz hay fosas clandestinas, pero con huesos de perros.

Apenas tomé posesión de procurador de Justicia, los narcos huyeron a las montañas de otros estados, según proclamara el ahora Fiscal General.

“No todo en la vida es dinero” para referirse a una deuda de dos mil millones de pesos reclamada al gobierno de Veracruz por la Universidad Veracruzana.

Ninguna obligación tengo de pagar un dinero a la UV. Es un subsidio. Y se otorga… cuando se puede.

En Veracruz hay políticos enanos que descarrilan a candidatas priistas a diputadas federales.

Un chiste de Ramón Ferrari Pardiño, secretario de Desarrollo Agropecuario, al gobernador:

En la vida hay cho/gu/ma, que significa tener un chofer, que al mismo tiempo es guarura y mayate.

Y cho/gu/ma/sa, que es tener un chofer, que de igual manera es guarura, mayate y sancho.

En Veracruz “los pobres son pobres porque quieren, porque cuando quieran salir de pobres yo los ayudo”, armada por el delegado federal de la SEDESOL, Marcelo Montiel Montiel, cuando fue secretario de Desarrollo Social.

“La locota”, el último apodo que Érick Lagos Hernández endilgó a Adolfo Motita, entonces secretario de Educación, cuando fue secretario General de Gobierno.

“Yo autoricé diez metrosexuales a Nemesio Domínguez como subsecretario de Educación… para que fuera feliz”, decía Motita en aquel tiempo de la SEV cuando la oficina de Nemesio fue bautizada como “La jaula de las locas”.

“Hasta para ser puta hay que tener estilo” expresada por Ana Guadalupe Ingram cuando fue candidata priista a diputada local, dicha a su equipo femenino de campaña, refiriéndose así a una Barbie que le hacía competencia.

“Fidel Herrera es un pinche viejo cabrón” dicha por Ana Guadalupe Ingram como candidata a diputada local cuando los astros se acompasaron para su triunfo en las urnas.

“Yo era Cisne. Pero ahora díganme Pavo Real”, de Alberto Silva Ramos cuando pasó de secretario de Desarrollo Social a director de Comunicación Social y se creía ultra contra súper candidato priista a gobernador, antes, mucho antes de terminar como un totol.

“¡Yo también quiero la gubernatura. No me dejen fuera. Anótenme!” debida a la autoría del ex diputado federal, Alejandro Montano Guzmán, el escolta que Miguel Alemán Velasco ascendiera súper secretario de Seguridad Pública.

“¡Yo soy diputado de mi general Arturo Bermúdez!”, del legislador priista, José Ramón Gutiérrez, apodado “Joseratón”, porque salió más competente que Efrén López Meza, que era su apodo original, luego de que ambos pasaran por la alcaldía jarocha.

“El político de las maletas voladoras”, un episodio simbólico escenificado por Vicente Benítez, entonces tesorero de la Secretaría de Finanzas y Planeación para definir el envío aéreo de 25 millones de pesos, nuevecitos, en denominaciones de 500 y mil pesos, amarrados con ligas y guardados en un par de petacas negras para solventar el viaje en avión de Xalapa al aeropuerto de Toluca.

En Veracruz ha nacido la Juana de Arco del siglo XXI para describir la fuerza política y social de Gina Domínguez como la primera vocera duartista, tiempo aquel cuando también le llamaban “La vicegobernadora” y se soñaba la sucesora del señor Javier Duarte.

“Hasta dinero puse de mi bolsillo para salvar a SAS”, el Sistema de Agua y Saneamiento de Veracruz y Medellín, troqueleada por José Ricardo Ruiz Carmona, quien inició en política como dama de compañía de los hijos de Fidel Herrera Beltrán en sus periplos nocturnos en el puerto jarocho.

“En Veracruz somos enemigos del populismo y la demagogia” para referirse a los seis años del fidelato, cuyo Jefe Máximo, Fidel Herrera, entró a la historia como el góber fogoso.

“Yo hablo 20 veces al día con el gobernador” decía Adolfo Mota en su tiempo en la SEV, alardeando la confianza con el Jefe Máximo del PRI, que lo consultaba en cada paso que da.

“Desde que tomó posesión Javier Duarte, desayuno, como o ceno una vez a la semana con él para definir la política” suspiraba Ricardo García Guzmán, contralor del gobierno de Veracruz.

“¡Pinches medios!” del secretario de Seguridad Pública, general Arturo Bermúdez Zurita para referirse a los diaristas que entraron al Palacio Legislativo cuando comparecía ante los diputados locales.

“¡Tú deberías estar en la cárcel!” de Arturo Bermúdez al fotógrafo Félix Márquez cuando publicó las fotografías de unos guardias comunitarios aparecidos en los Llanos de Sotavento, donde, asegura el líder de los Viagras, Mario Tejeda Tejeda, sólo existen guardias rurales a caballo.

“Los 35 muertos tirados en el bulevar Ruiz Cortines eran malandros” dicha por el góber cuando el tiradero de cadáveres en la víspera de la cumbre nacional de Procuradores de Justicia y presidentes de los Tribunales Superiores de Justicia.

“En Veracruz han matado a periodistas” porque son malandros.

“Señores reporteros, pórtense bien. Vendrán tiempos peores. Caerán muchas manzanas podridas”.

“Yo no maté al fotógrafo Rubén Espinosa. Incluso, él fue mi fotógrafo en la campaña electoral”.

“En Veracruz hay más de 500 periódicos y más de 8 mil reporteros. Dios nos regaló un reportero en cada hijo”.

“Yo amo el Twitter”.

“Me encanta el internet”.

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