domingo, septiembre 29, 2024

Expediente 2015

Diputados locales

Luis Velázquez

La elección de los candidatos a diputados locales por Veracruz, 50 en total entre unis y polis, significa un reparto de las mieles del poder partidista.

En el caso del PRI, las canonjías serán repartidas entre el gobernador Javier Duarte y los senadores Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, con preferencia para quien sea nominado candidato a gobernador.

También corresponderá su tajada a los caciques regionales, que financiarán las campañas, y a uno que otro sector partidista, digamos, la Liga de Comunidades Agrarias.

En el PAN, la distribución de la hacha, la calabaza y el miel será entre los Pepes Mancha, los Enrique Cambranis, los Yunes azules, los Víctor Serralde y los Juan Bueno.

En el PRD, la lucha será ancestral entre el dirigente, Rogelio Franco Castán, y las tribus, que son muchas.

En el Movimiento Ciudadano sólo se escuchará la voz del jefe máximo: Dante Delgado Rannauro.

El resto de los partidos buscarán por ahí unirse a otros para, digamos, mantener el registro, como el PANAL, el PES, Encuentro Ciudadano, y la AVE.

El PVEM, como siempre, irá al lado del PRI.

Todos los partidos están obligados al 50% de candidaturas con mujeres, porque así lo define la ley de Paridad, también conocida como cuota de género, del presidente Enrique Peña.

Lógico, y por razón natural, la lucha es más sórdida entre la elite priista, porque son el partido dominante en Veracruz y en el Congreso tienen la mayoría de diputados locales.

De igual manera quedaron con la mayoría de diputados federales.

Por eso, el cabildeo se multiplica, y en donde el Jefe Máximo del Priismo será el gran elector.

Desde luego, una parcela importante de curules será elegida en común acuerdo con Pepe y Héctor Yunes.

Y más, porque un buen candidato empujaría la candidatura del gobernador, como de igual manera, como un candidato desautorizado en el distrito, la hundiría.

Por un lado, a la LXIV Legislatura corresponderá auditar el quinto y seño año del duartismo y, por tanto, el góber necesitará diputados locales caracterizados por su lealtad fuera de duda, más allá de la institucional, para irse tranquilo.

Y, por el otro, el candidato priista al trono imperial y faraónico ha de tener la confianza suprema en los candidatos al escaño para llevar su jornada electoral en paz y seguro.

Más aún, cuando de por medio existirá una gran competencia en las urnas, digamos, entre el priista y el panista.

INTERESES DE LAS CORRIENTES LOCALES

Mucho se duda si la alianza electoral que han lanzado por ahí con el nombre de Frente Amplio Opositor pudiera cuajar.

Pero, bueno, sin que nadie se arrugue (como dice el Papa Francisco), y si la alianza se traduce en hechos con una candidatura común, entonces, el candidato tricolor habrá de preocuparse.

El hartazgo ciudadano es canijo.

Y con un Frente Opositor con el PAN, el PRD, el Movimiento Ciudadano, se ignora si MORENA, las entrañas tricolores se estremecerán.

Claro, un experimentando político priista dice que “los arreglos arriba (en el altiplano) han dejado de ser acuerdos abajo” (aquí en provincia).

El PAN y PRD nacionales, por ejemplo, han dicho que irán en alianza.

Pero en las regiones del país, las corrientes tienen intereses políticos, sociales y económicos, y desde ahí se mueven.

Podrán, digamos, el PAN de Ricardo Anaya y el PRD de “Los chuchos” y compañía estar soñando con suscribir un pacto aliancista en los doce estados de la nación donde habrá elecciones de gobernador el año entrante.

Pero si en cada estado, los grupos obedecen a su lógica de supervivencia, entonces, será en vano…, como en Veracruz, donde la alianza que empujaban Enrique Cambranis, PAN, y Juan Vergel, ex PRD, ha derivado en otras formas, donde uno y otro estarían excluidos.

Y que en las hordas existe demasiado tribalismo para que piensen por el bienestar social de los casi 8 millones de habitantes.

A todos ellos solo interesa llegar al poder para el negocio fácil, así sea por dos años, que en los dos años operarán con todo para quedarse con lo que por regla general se llevan en seis años.

DIPUTADOS… BUENOS PARA NADA

Cualesquiera sean los partidos, si un aspirante a diputado local tiene atrás un gran liderazgo social, en ningún momento en el pueblo donde vive, sino en el distrito, que garantice el triunfo en las urnas, entonces, podrá cabildear su nominación.

Y si tiene dinerito ahorrado, y/o por ahí vender unos semovientes, un lotecito, un terrenito, amigos que le apuesten, entonces, con más razón.

Tal cual, solo le restaría tocar las puertas de las neuronas y el corazón de su padrino para empujar la posibilidad.

Pero si de pronto, por ahí brincan mesiánicos por el apellido de abolengo, la simple militancia partidista andando de acarreado, pintando bardas, influyentazos, barbies y ladies, ninguna esperanza tiene.

Y más si se recuerda que la población electoral está harta de la pésima calidad que se eleva, incluso hasta con los 50 diputados locales que saldrán el año entrante, quienes ningún beneficio social han generado a la población, más que levantar el dedo para aprobar un incremento del 2 al 3 por ciento a la nómina, achicar la gubernatura de seis a dos años y, paso, aprobar la reelección de alcaldes y diputados por 20 años seguiditos.

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