domingo, septiembre 29, 2024

Escenarios

  • Diputados locales…
  • De la pepena a la rapiña…
  • Y, de perdis, lo que caiga

Luis Velázquez

1

Más que pepena por algunas candidatura a diputados locales y, de paso, alistarse para las presidencias municipales, que serán ambos reelegibles por 20 años consecutivos, del lado priista parece existir rapiña.

Tal lo cual lo piensa y siente el politólogo Carlos Ronzón Verónica.

Por ejemplo:

Arturo Bermúdez Zurita, general secretario de Seguridad Pública, estaría haciendo campaña para la curul local con un programa de “Seguridad vecina”, camino a la LXIV Legislatura, camino a la alcaldía de Xalapa, donde también se anota Corintia Cruz Oregón, secretaria del CDE del PRI.

Harry Grappa, secretario de Turismo, anda en abierta precampaña para la candidatura a la alcaldía jarocha, 2017, cuando ya exista otrO gobernador y Javier Duarte, su cuaderno de doble raya, se haya retirado.

José Ricardo Ruiz Carmona, “El Pepín” se promueve para la diputación local otra, camino a la candidatura a la presidencia municipal jarocha.

Sergio Pazos busca la candidatura a diputado local por el distrito de Boca del Río, donde los Yunes azules ya lo descarrilaron, pero ahora para diputado local, camino a la alcaldía, su dueño dorado de junior.

El cacique de Coatzacoalcos, Marcelo Montiel Montiel, delegado federal de la secretaría de Desarrollo Social, ha enviado a su delfín, Víctor Rodríguez, director administrativo en la SEDESOL, al Movimiento Territorial, camino a la diputación local por Coatza, camino a la alcaldía luego de Joaquín Caballero Rosiñol.

La diputada local, Gladys Merlín Castro, promueve a su hijita, de 23 años, para la candidatura priista a legisladora local, camino a la alcaldía, donde ella pasara.

Ni hablar, la sabia enseñanza de Plutarco Elías Calles, que tenía a un hijo de gobernador de Tamaulipas y a otro de diputado federal y que luego pasara a secretario de Estado.

La historia, dice el viejito del pueblo, se repite como tragedia; pero también como caricatura.

Y/o como dice el maestro Carlos Ronzón, de la pepena a la rapiña, y de perdis, lo que caiga.

2

En menos de un año, los 50 diputados locales, 30 unis, 20 pluris, de Veracruz, se irán.

Pero la Legislatura LXIII habrá pasado sin pena ni plena, una más, al frente el cacique magisterial, Juan Nicolás Callejas Arroyo.

33 años dueño de la sección 32 del SNTE, aunque haya transferido a su hijito.

Cien regidurías en cada elección de presidentes municipales.

Más veinte alcaldías, las últimas, en el año 2013, que perdiera todas, pero se quedó con el centenar de puestos edilicios para igual número de profesores. Cien.

Propietario de las cuotas sindicales, para disponer a su antojo, con todo y que ahora el SNTE nacional ha suscrito acuerdo con la secretaría de Educación Pública, para transparentar ingresos, que bien pueden acomodarse con un químico contable, tipo Mauricio Audirac Murillo.

Callejas Arroyo, un profesor que, mínimo, desde hace unos 33 años perdió la relación directa con los niños en el salón de clases.

Ahora, pastorea a líderes regionales y municipales del SNTE, como parte de su imperio y de su emporio.

El beneplácito del gobierno de Veracruz, a sus pies.

El CDE del PRI, a sus pies.

Los diputados locales, a sus pies.

Con él, pues, una Legislatura a modo del Poder Legislativo.

A sus órdenes, señor.

Por eso, los 50 diputados de la LXIII ningún recuerdo imborrable, más que él mismo ha sido de todos los tiempos.

Ni un bienestar social para los casi 8 millones de habitantes de Veracruz, avalando los trastupijes de la elite política tanto del gobierno estatal como de los 212 Ayuntamientos.

3

De nada, pues, sirven los diputados locales a la población electoral que los votó.

El Poder Legislativo, como una oficina más del gobernador en turno, donde se dirimen y concilian, mejor dicho, pactan acuerdos sórdidos entre los priistas y los opositores.

El caso más icónico fue que, de los 50 diputados de la LXIII, 45 aprobaron achicar la gubernatura de seis a dos años.

Y, de paso, aprobar la reelección de los diputados y alcaldes por 20 años consecutivos.

Más, aprobar el crédito de cinco mil millones de pesos.

Más, desaforar a presidentes municipales incómodos por alguna razón, más de la mitad de los cuales se le pelaron al Fiscal General.

Un trabajo legislativo para el trámite oficial en las tareas correspondientes, como modificar la Constitución Política local para crear una súper secretaría de Seguridad Pública, a modo del general Arturo Bermúdez Zurita, y otra de Infraestructura y Obra Pública, que presionó Gerardo Buganza Salmerón.

Cada diputado opositor, beneficiándose con su parte a cambio del favor.

Dirán que a cambio, fustigaron, digamos, a los alcaldes pillos y ladrones, pero todos charalitos.

Ningún secretario del Fidelismo, tampoco del duartismo, en la pasarela jurídica, con todo y que Gerardo Buganza interpuso una demanda en contra de varios titulares como secretario de Infraestructura (desde Raúl Zarrabal junior hasta Marcos Theurel Cotero), y ninguno fue tocado ni con “el pétalo de una rosa”, oh Amado Nervo.

En fin, la historia de cada tres años se reproduce. La vida por una candidatura a diputado local.

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