domingo, septiembre 29, 2024

Diario de un reportero

  • Cada día un nuevo amanecer
  • Educado para luchar
  • Fascinante historia familiar

Luis Velázquez

DOMINGO

Cada día un nuevo amanecer

Si para un psicólogo la felicidad se deriva cuando sana las pesadillas en un enfermo del corazón.

Y para un arquitecto la felicidad está en el diseño impecable de una casa; para un reportero la felicidad se alcanza cada día, en cada nuevo amanecer cuando lee el periódico y descubre que su trabajo fue publicado, digamos, a 8 columnas en la portada y/o, mínimo, de segunda o tercera de importancia.

Y más porque el reportero está, como el boxeador, en una pelea estresante todos los días, primero, consigo mismo; segundo, con los colegas del medio, y tercero, con los colegios de otros periódicos y noticieros de radio y televisión y portales.

Y es que en el periodismo cada día la vida empieza de cero y termina hacia la noche, en que de nuevo se recicla.

Todos los días hay un reportero con un mejor contacto, una relación súper que le abre la puerta para una noticia privilegiada.

Y en la dura y sórdida competencia siempre existe alguien mejor.

Por eso, resulta simbólica la proeza aquella del joven reportero del Excélsior, Luis Spota, quien durante 45 días consecutivos se llevó la noticia de 8 columnas en portada, una historia excepcional nunca, jamás, repetida.

LUNES

Educado para luchar

En el siglo pasado, el reportero era educado a dar la gran pelea en el frente de batalla todos los días y llegar al periódico con una historia fuera de serie.

De lo contrario, significaba la peor frustración de la vida.

Cada colega ofrendaba su vida dispuesto a morir en el intento para ganar las 8 columnas con la noticia principal, la noticia exclusiva, la noticia investigada, la noticia reporteada a profundidad.

Incluso, si algunos reporteros eran amigos, sabían todos que en la pelea eran enemigos y adversarios implacables, de tal forma que con todo respeto estaba prohibido hablar del asunto que se investigaba.

Es más, podían, por ejemplo, intercambiarse datos de algún hecho público expreso, pero el terreno, digamos, de una orden de los jefes del medio quedaba vedado hasta que fuera publicado.

Y más, si el trabajo estaba predestinado a las 8 columnas, que también se llamaba “La princesa”, porque era la noticia principal con la que el medio salía a la calle para seducir y atraer lectores y multiplicar el nombre, el crédito y el prestigio.

Y la circulación.

MARTES

El respeto profesional

Si un escritor respeta a otro por la gran novela publicada, un reportero respeta a un colega por su trayectoria, a partir, entre otras cositas, de unas exclusivas en portada a 8 columnas y/o en primera plana, una crónica, un reportaje de investigación, una exclusiva estremecedora.

Por eso, antes de volverse amigo entrañable, cuaderno de doble raya, el otro yo, el alter ego, de un colega, ene número de veces preguntarse los trabajos que ha publicado y que merezcan quitarse el sombrero y cuadrarse.

También resulta indicativo y significativo cuando un diarista, por ejemplo, publica un reportaje que estremece las entrañas del poder político y hasta se concitan remociones en el gabinete legal y ampliado del Jefe Máximo.

Una exclusiva trabajada, con toda la discrecionalidad del mundo, solo quizá con el fotógrafo discreto para documentar los hechos con gráficas y testimonios visuales.

Una súper crónica donde la vida se reproduzca al pie de la letra como si fuera un filme cinematográfico que se mira desde la comodidad de la sala.

Así, cuando se publica un texto con una gran rigurosidad informativa, y al mismo tiempo, una gran calidad literaria, solo resta cuadrarse ante el colega, decir salud, felicitarle y sentirse orgulloso.

Son pocos…

MIÉRCOLES

Tertulia con los prensistas

Albert Camus, premio Nobel de Literatura, fue reportero y escritor. Se soñó filósofo; pero Jean Paul Sastre lo miraba como escritor, en tanto Camus miraba a Sastre, que se soñaba escritor, como filósofo.

Camus fue director de un periódico y en vez de pasar las horas en la tertulia con los reporteros, fotógrafos y/o editores, las pasaba en talleres con los linotipistas y los prensistas.

Obedecía a su vocación obrera. Siempre del lado de los trabajadores. Siempre con el pueblo.

En las horas de reposo editorial se iba a talleres. Con ellos tomaba un refrigerio y cenaba. Se fumaba un cigarrito. Y les preguntaba sobre el sentir y el palpitar del mundo. Y le servían de referencia para saber lo que la gente común y sencilla pensaba sobre los graves pendientes sociales, económicos y políticos.

Hay en los obreros, afirmaba Camus, una filosofía natural. Sensibles y perceptivos. Por eso mismo, Carlos Marx, quien también fuera periodista y director de periódicos (en la librería Rayuela, de Xalapa, está su colección de artículos) soñaba con la llamada dictadura del proletariado.

Así, mientras Gabriel García Márquez afirmaba que en un periódico las tertulias han de frecuentarse entre reporteros para mejorar el periodismo, Camus se nutría con los trabajadores.

JUEVES

Oración por Carmen Balcells

En España murió Carmen Balcells, la agente literaria más fregona de todos los tiempos, sobre todo, para los escritores latinoamericanos, entre ellos, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.

Balcells es reconocida en el mundo literario, además de sus cualidades fraternales y solidarias, porque por vez primera logró que un escritor viviera para escribir, a partir de lo que escribe y publica.

Por ejemplo, incrementó el porcentaje de comisión en cada libro vendido, que antes de ella era así: el 50 por ciento para la editorial, el 40 por ciento para la librería y el 10 por ciento para el autor.

A partir de ella, García Márquez y Vargas Llosa centraron su vida día y noche a escribir, sin preocupaciones económicas.

Tal cual es el legítimo sueño de los reporteros. En vez de una Carmen Balcells… que los magnates periodísticos pagaran un sueldo digno y decoroso a los trabajadores de la información para entregarse de lleno al periodismo riguroso y de calidad literaria, sin andar a la quinta pregunta.

Incluso, sin andar extendiendo la mano para el billete fácil dado por los políticos.

Y es que ahora, y por ejemplo, hay dueños de medios que pagan 4 mil pesos al mes a un diarista, mientras el dueño de una estación de radio paga entre 20 a 25 pesos por cada nota transmitida al aire llevada por el reportero.

VIERNES

Fascinante historia familiar

Una disculpa al lector. Quisiera compartir una historia familiar.

Una de mis nietas estudia el sexto año de primaria. En la semana tuvo examen escrito de historia con 20 preguntas. Cada dos preguntas, un punto. Al día siguiente la maestra entregó calificaciones. Diez a mi nieta.

La niña revisó su examen. Tenía dudas sobre un par de preguntas. Se fue al libro. Y lo comprobó.

Entonces, dijo a la maestra en corto, discreta, discretita, como ha de ser, de pie ante el escritorio:

–Maestra, tengo mal dos respuestas. Usted me puso diez. Y está mal.

La profe revisó el examen. Checó. Volvió a checar. Dijo:

–¿Pero por qué me lo dices? ¡Te hubieras quedado con el diez!

–No, maestra. Las dos respuestas están mal. Merezco 9.

Y la profe le bajó la calificación. Nueve.

Así, contó la historia a la directora de la escuela.

Y la directora ahora sopesa entregar a mi nieta una medallita, un pin.

El pin de la honestidad.

Disculpe el lector la historia contada. Pero son las cositas que permiten seguir viviendo en medio del Veracruz (y el México) sórdido, revuelto y turbulento que padecemos.

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