sábado, noviembre 16, 2024

Escenarios

  • Duelo rectora de UV y Duarte
  • La UV, más allá de berrinches
  • Peña Nieto, el culpable

Luis Velázquez

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Advertidos los proveedores y prestadores de servicios de que por ningún concepto “se les pagará (no más) porque griten”, como dijo el gobernador, ahora “el desorden económico y caos financiero” de la SEFIPLAN ha tomado un nuevo cariz.

Ha sido a partir del intercambio de barajitas entre el señor Javier Duarte y la rectora de la Universidad Veracruzana, doctora Sara Ladrón de Guevara, quien lanzó su espada en prenda y le dijo, sin rodeos, de manera concreta y específica:

“No me tiembla la mano ni se me quiebra la voz”.

Pero, además, también expresó con firmeza y seguridad, como una peleadora callejera, brava, bragada y bravucona en defensa de su UV, al secretario General de Gobierno, Flavino Ríos, recordara al góber que ”la falta de subsidios implicará la extinción” de la máxima casa de estudios.

Así, la escena teatral fue montada en cinco actos:

Primer acto.

Los diputados federales, Cuitláhuac García, Érick Lagos y Miguel Ángel Yunes Linares bebieron cafecito y se tomaron la foto con la rectora de la UV, donde les informó del adeudo del gobierno de Veracruz de 4 mil 828 millones de pesos, tanto de recursos estatales como federales.

Segundo acto:

El góber, en la rueda de prensa del día lunes, aseguró que ningún centavito partido a la mitad debía a la UV.

Pero, además, que ninguna obligación existe del dinerito que le proporciona, porque en todo caso, es un subsidio.

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Tercer acto:

La rectora rindió su informe académico y el góber eludió su asistencia. Envió al segundo, el titular de la SEGOB jarocha.

Tal cual, la rectora fue concreta y específica.

Nos deben, insistió.

Y detalló la deuda.

Tanto en el año 2013. Tanto en el año 2014. Tanto en el año 2015.

Total, de 2013 a 2014, 4 mil 828 pesos.

Cuarto acto:

El ex rector de la UV, ex secretario de Educación en el fidelato, el mismo que tuvo becados a Javier Duarte y Érick Lagos cuando fueron estudiantes a través de Édgar Spinoso, el mensajero con el mensaje mensual, lanzó su espada en prenda y dijo:

El gobierno federal tiene un déficit de diez mil millones de pesos con el gobierno de Veracruz en el ramo educativo.

Quinto acto:

La tercera secretaria de Educación de Veracruz, la profe Xóchitl Osorio (muchos afirman que es posición del cacique de la sección 32 del SNTE, Juan Nicolás Callejas Arroyo), apareció en el escenario y dijo:

Desde hace dos años, la SEV, mejor dicho, el gobierno duartista, ha negociado con la SEP (sin resultado) el pago de prestaciones que la Federación está obligada a cumplir.

Pero como el presidente Enrique Peña Nieto ha incumplido, el señor Javier Duarte ha cubierto tal frente de batalla.

Y cuando los reporteros le preguntaron la cantidad argumentó Alzheimer político.

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Tal cual, y haiga sido como haiga sido, se confirmaba la tesis de la rectora:

“La UV está viviendo una crisis sin precedente’’ con la deuda del duartismo a la única casa de estudios con vocación social (79 mil 180 estudiantes), pues la UPAV es una vacilada, ocurrencia genial le llamaría Pedro Aspe Armella.

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Pero, además, con la aparición en escena de Víctor Arredondo y Xóchitl Osorio, el señor Javier Duarte quedaba exonerado por completo.

Es decir, y en la lógica del par de duartistas, si la SEFIPLAN adeuda 4,828 millones de pesos a la UV.

Y si la secretaría de Hacienda y Crédito Público de Luis Videgaray Caso adeuda diez mil millones de pesos que Víctor Arredondo (¿tiene credibilidad?) deslizó en la pasarela.

Entonces, el culpable de la deuda a la UV es Enrique Peña Nieto, el mismito que perdió la elección presidencial ante la panista Josefina Vázquez Mota en Veracruz.

Y por tanto, si la rectora ha de encabezar un movimiento de resistencia pacífica, sin que le tiemblen las manos ni se le quiebre la voz, ha de ser en contra del peñismo.

Y más, si nos vamos a la historia:

En su tiempo de rector de la UV, el doctor Rafael Velasco Fernández declaró a Froylán Flores Cancela, director del semanario ‘’Punto y aparte’’ lo siguiente:

“Cada vez que firmo los cheques de los porros… me tiemblan las manos”.

Pero los seguía firmando.

Y si a la doctora Sara Ladrón ni le tiemblan las manos ni se le quiebra la voz, la hora de replicar en Xalapa la marcha silenciosa del doctor Javier Barrios Sierra ha sonado.

Y más porque dentro de 31 días se conmemorará el movimiento estudiantil del 68 con su masacre en la Plaza de Tlatelolco.

Tal cual, que la rectora diga el momento de sonar los tambores de guerra.

Fernando López Arias, candidato a gobernador, lo decía de la siguiente manera:

“Contra la Universidad Veracruzana nunca tendremos razón”.

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Quizá convendría una trepanación al gobernador para explorar los motivos por los cuales dice que ninguna obligación tiene su gobierno de subsidiar la educación superior.

¡Caray, hasta dónde hemos llegado!

Se ignora si lo expresó en un arranque emotivo, con el hígado por delante en vez de las neuronas, bipolar, irritable, influenciable, cambiante, rencoroso y vengativo como es, porque la rectora invitó un cafecito a Yunes Linares.

Se ignora si está perdiendo el piso mental.

Pero es tanto como si de pronto, zas, Enrique Peña Nieto lo dijera de la UNAM y/o del Politécnico.

Incluso, el pobrecito góber recordó a Vicente Fox Quesada en sus mejores momentos del “¿Y yo por qué?”.

Pero en fin, “el desorden administrativo y el caos financiero’’ de la deuda y sus alrededores está causando estragos en su mente.

Y, bueno, y como afirma el líder del PRD, Rogelio Franco Castán, y el diputado Jesús Velázquez Flores, ¿hay jineteo bursátil del recurso público?

Mejor dicho, ¿dónde está el dinero oficial?

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