viernes, abril 26, 2024

El senador yo/yo

  • Sin previo aviso, Héctor Yunes llegó a la Universidad del Valle de México donde lanzó su discurso del yo/yo
  • “Usted, nos quiere comprar” le dijo un estudiante. “¡Y aquí nos trajeron a la fuerza!”

Luis Velázquez

Yo, dijo el político de pie en el atril, fui un niño de dieces en la escuela.

Yo, añadió, fui el diputado más joven del país.

Yo, alardeó, estudié en el extranjero.

Yo, suspiró, puedo mirar de frente porque soy transparente.

Yo, se pavoneó, soy un político honesto.

Yo, dijo, soy el único que ha criticado la política de Javier Duarte y de Enrique Peña Nieto.

Yo, estudié con una beca en el extranjero en Inglaterra, y ahora cuando regresé a mi alma mater me dieron varias becas que ahora les traigo a ustedes.

Entonces, un estudiante de la Universidad Valle de México, antes Villa Rica, levantó la mano y preguntó al senador Héctor Yunes Landa:

“¿Usted nos quiere comprar? ¡Aquí nos trajeron a la fuerza!”.

Desde el otro lado del auditorio, una voz anónima gritó desde su butaca:

“¡Te van a desaparecer!”.

Y la mitad del auditorio echó la carcajada.

Héctor Yunes, cuenta el politólogo Carlos Ronzón Verónica, académico en la UVM, que ahí estaba, sólo dijo:

“Soy senador y no te quiero comprar”.

Pero la visita cayó de sorpresa a todos; incluso, al cuerpo directivo de la institución.

Por lo siguiente:

Hacia las diez de la mañana del lunes 7 de septiembre, mes patrio, una estudiante, lideresa del PRI en Boa del Río, recibió en la universidad al senador, su invitado.

El senador llegó acompañado por el priista de todos los tiempos, la gran revelación tricolor del Golfo de México, Sergio Pazos junior, soñando con la candidatura a diputado local el año entrante, luego de sus derrotas en las urnas.

Tal cual, la chica priista caminó con sus invitados por los pasillos y pisos de la Uni y luego se fueron al auditorio.

Para entonces, la mayoría de profesores había corrido a su salón de clases para pedir, rogar, solicitar, mendigar, por favor, por favorcito, que en nombre de su casa de estudios fueran corteses con los invitados y trasladaran al auditorio para una conferencia.

Incluso, los maestros llegaron al lugar con la lista de asistencia en la mano para checar si todos habían ido, y en todo caso, levantar un tache, una inasistencia a quienes aprovecharon el momento para irse de pinta por ahí, total.

En su discurso del yo/yo, el senador logró dormir a una parte del auditorio pues todos los días se levantan a las 6 de la mañana para alistarse, quizá tomar un refrigerio y entrar a clases a las 7 en punto.

Otros, para evitar la monotonía se la pasaban enviándose mensajes por el celular y/o correítos con otras personas.

Es más, dice Ronzón, hacia la mitad de la, digamos, conferencia del yo/yo, la mitad de los chicos se había levantado y partido a tomar el sol, un refresco, un sándwich, un cafecito.

Y es que en la mirada del politólogo, el senador se echó un discurso político propio de los años 80 cuando la demagogia y el populismo estaban en su plenitud, y lo peor, dirigido a una audiencia juvenil del siglo XXI.

Y por eso el hastío.

Simple y llanamente, “el senador no hizo clic” con la población estudiantil.

Es más, tan atropellada estuvo la perorata que se le olvidó decir a los muchachos que estaba listo… para lo que viene.

En su facebook, el senador escribió lo siguiente:

“Qué buena charla tuvimos esta mañana con jóvenes de la Universidad del Valle de México”.

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