martes, septiembre 24, 2024

Expediente 2015

La pesadilla sexenal 

Luis Velázquez 

El senador Pepe Yunes ha vuelto a poner el índice en la llaga purulenta de la deuda pública del gobierno de Veracruz.

Y así como están las cosas de turbulentas y revueltas sólo falta ver si en los próximos días el sexto secretario de Finanzas y Planeación, Antonio Gómez Pelegrín, le revira y/o, si por el contrario, hasta el jefe máximo del priismo le devuelve la estocada.

Por ejemplo, el senador se ha ido al pasado inmediato.

De entrada, aseguró que la deuda pública es herencia de Fidel Herrera, lo que de hecho y derecho significa el mismo discurso del secretario General de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, en el sentido de que él mismo veía la forma como el góber fogoso y gozoso se metía las manos a los bolsillos del pantalón y como mago sacaba dinero… del erario y lo repartía sin ton ni son, como el padrino de los narcos, casi casi Cirilo Vázquez Lagunes, el cacique sureño, QEPD, en sus mejores tiempos.

Por tanto, en el año 2004, cuando el fogoso asumió el poder la deuda estaba en 3,500 millones de pesos que le heredara Miguel Alemán Velasco, una parte de la cual, siempre ha sido la fama pública en el mentidero priista, fue ocupada para financiar la campaña electoral del hijo egregio de Nopaltepec.

Tal cual, hacia el año 2010, cuando pasó el torrencial del fidelato, la deuda llegaba, dice el senador, a 21 mil millones de pesos, es decir, diez mil millones de pesos más del último empréstito solicitado por “El tío” al cuarto para las doce, avalado por el financiero Antonio Ferrari Cazarín como titular de la SEFIPLAN, a quien habían garantizado la esperanza de que repetiría en el duartismo.

Al momento, asegura el senador, la deuda asciende, según la versión oficial, a 44 mil millones de pesos “y hasta donde llegue”, aun cuando otras versiones indican que llega, dice Pepe Yunes, a 80 mil millones de pesos, y como en el caso del diputado local, Fidel Robles Guadarrama, la calcula en más de 140 mil millones de pesos.

El crecimiento de la deuda, siempre en la lógica del senador, se ha disparado entre bursatilizaciones, estructuras y peticiones directas a los intermediarios financieros.

Y, por eso mismo, el gobierno de Veracruz necesita flujo de dinero y capacidad de pago y la única manera de lograrlo es con un nuevo empréstito que según las versiones llegará a otros cinco mil millones de pesos.

Más aún si se considera que en la lógica de Dante Delgado Rannauro, tlatoani nacional del Movimiento Ciudadano, la campaña del candidato priista a gobernador cuesta unos dos mil millones de pesos, es decir, mil millones de pesos en la mesa y otros mil millones en las cañerías políticas.

Pero, además, está la campaña de los 30 candidatos priistas a diputados locales, en lo que el duartismo también se empeñará, porque simple y llanamente será la LXIV Legislatura a la que corresponda examinar las cuentas públicas del señor Javier Duarte durante los dos últimos años del sexenio.

Y, en consecuencia, necesita aliados a prueba de bomba, como son, y entre otros, ya palomeados: Vicente Benítez por Los Tuxtlas; Vicente Rodríguez, Coatzacoalcos; Jorge Herrera Alor, el sobrino de Fidel Herrera, por Cosamaloapan, y Corintia Cruz Oregón, por Xalapa.

EL SUCESOR PAGARÍA LA DEUDA PÚBLICA

La SEFIPLAN está tronada, aun cuando la versión es que hay dinero para unas cositas, en tanto para otras la llave está cerrada.

En la lógica del líder estatal del PRD, Rogelio Franco Castán, el dinero oficial es jineteado en el mundo bursátil, como de igual manera también la fama pública consignó que lo fuera en el sexenio de Agustín Acosta Lagunes.

El caso es que ninguna duda existe que el duartismo dejará endrogada al máximo las finanzas públicas.

Pero, además, con otros créditos millonarios bajo el argumento de que las participaciones federales todavía lo permiten, por más que con la deuda actual la mayor parte esté comprometido para el pago de los intereses y del capital.

Más todavía: con la deuda a los proveedores y prestadores de servicio todavía vigente, pues les echan el cuento de estar pagando en abonitos.

Todavía peor: la deuda a los estudiantes becarios y los deportistas, a la Universidad Veracruzana y la UPAV, entre otros, también será heredada al gobernador de dos años.

Peor tantito: sin ninguna preocupación social, el pago atrasado desde hace diez meses a los 40 mil seniles sin seguridad social inscritos en el DIF seguirá incrementándose, y más cuando la SEFIPLAN ha anunciado un recorte de 28 mil ancianos mayores de 70 años que cobraban, dijo, doble pensión, y por tanto nada fácil sería que hasta los acusara de fraudulentos.

Y es que al duartismo le vale un cacahuate el desencanto social y el coraje popular y por eso mismo ha dejado crecer los hechos y las circunstancias a niveles inverosímiles.

Ninguna duda, pues, ha de considerar el senador Pepe Yunes que la deuda continuará disparándose para ser pagada por el sucesor, quien sea, que para entonces se sentirá atrapado y sin salida.

EN PERJUICIO DEL BIENESTAR SOCIAL

Si el contribuyente lo advierte hemos pasado cuatro años con nueve meses y siete días con el asunto de la deuda pública en la pasarela administrativa, económica, financiera, política, social y mediática.

Cada vez, por ejemplo, la deuda se multiplica.

Y cada vez las protestas siguen.

Y cada les, a la elite en el poder sexenal le vale.

Y por tanto, si por delante solo quedan 14 meses con 23 días del sexenio, nada indica que las cosas vayan a cambiar.

Pero lo peor: de algún modo el duartismo ha venido preparando el imaginario colectivo, el sentir social, la percepción ciudadana de que con todo la deuda será heredada y allá el sucesor.

Y más, si porque Fidel Herrera así la dejó y a Fidel tal cual se la entregó Miguel Alemán, Javier Duarte de igual manera heredará el bastón de mando todo atrofiado.

El cuento de la reestructuración de la deuda simple y llanamente significa más deuda para pagarse a mayor plazo con un pago mensual insólito de intereses en perjuicio del bienestar social.

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