sábado, diciembre 21, 2024

Expediente 2015

La fábrica de pobres

Luis Velázquez

Enrique Peña Nieto llega al tercer año del mandato presidencial. Y el resultado económico se resume en la siguiente frase bíblica: mientras 200 familias acumulan el 60 por ciento de la riqueza nacional, el país está convertido en una fábrica de pobres.

Así lo denunció el CONEVAL, Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social.

Los estados de México, con el presidenciable Eruviel Ávila, y Veracruz, en el primero y segundo lugar en pobreza y pobreza extrema, el término que los sociólogos oficiales inventaron para referirse a la miseria.

En Veracruz, por ejemplo, seis de cada diez familias oscilan entre la pobreza y la miseria.

Y de los casi 8 millones de habitantes en el territorio jarocho, casi un millón y medio aplican una o dos comidas al día, y mal comidas.

Peor tantito:

Los municipios de Veracruz, Xalapa y Banderilla en los tres primeros lugares de la pobreza y la miseria.

Una entidad federativa de jodidos, igual que el resto de la nación.

Y si alguna esperanza existía con las llamadas grandes reformas estructurales del peñismo, al ratito ellos mismos recularon para decir que el resultado se verá dentro de unos años, digamos, de entre unos 15 a 20.

Tal cual, nunca como ahora cobra vigencia la frase de don Adolfo Ruiz Cortines de que sembraba para el futuro, el futuro que nadie conoce ni siquiera, vaya, la astróloga de los Llanos de Sotavento con su bolita de cristal.

He ahí el peor balance del peñismo.

Pobreza y miseria que llevan a la realidad catastrófica, como es la desigualdad social, y lo que constituye el peor de todos los males sociales, económicos, políticos, educativos, de salud y de seguridad pública.

Tres años se han ido y, por fortuna, en el carril presidencial del año 2018, Peña Nieto ha ungido a un par más de aspirantes y suspirantes, con José Antonio Meade en la Secretaría de Desarrollo Social y Aurelio Nuño en Educación.

Al mismo nivel, digamos, que Miguel Ángel Osorio Chong, de Gobernación, y Luis Videgaray Caso, de Hacienda y Crédito Público.

Una política económica que con todo, está atrofiada. No crece. Y si crece es de manera excluyente. Crece la fortuna de los ricos y crecen los políticos en fortuna.

Nadie como Marcelo Montiel Montiel, el ideólogo de la delegación federal de la Secretaría de Desarrollo Social lo ha resumido con claridad:

“Los pobres pobres seguirán porque así lo quieren”.

“OTROS PAÍSES, PEORES QUE MÉXICO”

Faltan tres años al peñismo.

En 2016, la elección de 12 gobernadores.

En 2018, la elección presidencial.

Y el tiempo se habrá ido.

De aquí pa’entonces, el discurso recurrente del secretario Luis Videgaray seguirá vigente:

“Otros países están peores que México”.

Claro, si de consuelo político sirve porque a los indígenas, campesinos y obreros la perorata ofende, lastima y humilla.

Cierto, cierto, otras naciones están peor que México.

Pero allá sus presidentes y sus habitantes.

Aquí, lo único importante es México, un país pródigo en recursos naturales con ciudadanos pobres y jodidos, contentos, no obstante, con su vida personal, pero desencantados de los políticos.

En cada año del peñismo, dos millones de mexicanos más, lo que por ahora significan 55.3 millones de personas en la miseria y la pobreza.

En tanto, el ingreso del 90 por ciento de la población (nueve de cada diez) se ha reducido de manera dramática.

Y, al mismo tiempo, también se ha multiplicado la población migrante a los estados fronterizos en los campos agrícolas porfiristas y a Estados Unidos, a pesar de que en 19 de los 50 estados hay leyes xenófobas y racistas.

Por fortuna, Carlos Slim Helú nos salva en el resto del mundo, demostrando que aquí hay gente talentosa para hacer dinero.

EMPEORAN POBREZA Y MISERIA

Un sexenio se va y otro llega y la pobreza y la miseria de la población nacional se multiplica.

Nadie duda de que por ahí los políticos dan paliativos para aparecer en la portada mediática.

Pero en la superficie y el fondo permea la misma circunstancia que asegura el CONEVAL: atrás de la pobreza hay un par de agravantes.

Uno, el desempleo.

Y dos, los salarios de hambre.

Incluso, los economistas aseguran que la peor traba para el crecimiento económico son los bajos salarios, en muchas ocasiones, quizá la mayor parte, sin las prestaciones sociales, económicas y médicas establecidas en la Ley Federal del Trabajo.

Es más, algunos políticos afirman que los migrantes caminan a Estados Unidos, en ningún momento porque estén desempleados, sino porque desean ganar mejor.

Pero más allá del discurso económico que leerá el presidente de la república en el tercer informe avasalla la realidad. La pobreza y la miseria cada vez son mayores.

Por ejemplo, con todo resulta inverosímil que en Veracruz los municipios de Veracruz y Xalapa obtuvieran el primer lugar del CONEVAL en población precaria.

Pudiera, incluso, explicarse en el caso de Banderilla, que también fue anotado; pero, al mismo tiempo la cercanía con Xalapa posibilita una mejoría, y sin embargo, constituye una falacia.

México, con Peña Nieto, una fábrica de pobres.

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