sábado, junio 1, 2024

Educación dividida

Xoxoxotlán, Oaxaca.

La única primaria del municipio de Xoxoxotlán, Oaxaca, cuenta con dos sedes. En donde en una escuela trabajan los maestro de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), mientras que los de la sección 59 dan clases en una casa. Las dos están reconocidas oficialmente como primaria “Monte Albán”, ya que el Instituto Estatal de Educación de Oaxaca (IEEPO), autorizó para que compartieran la clave como centro de trabajo y así solucionar el conflicto que había en esa comunidad, tras el paro magisterial de 2013.

El municipio de Xoxocotlán se encuentra a menos de 10 kilómetros del centro de Oaxaca pero, a diferencia de la zona turística, los habitantes de la colonia “Ex garita” no tienen servicio de agua potable, ni alcantarillado; las calles tampoco están pavimentadas y los pisos de algunas casas de lámina son de tierra.

Hace aproximadamente dos años, cuando se discutía la Reforma Educativa en el Congreso, la disidencia magisterial se negó a iniciar clases en Oaxaca como una medida de presión. Explicándoles a los padres de familia que luchaban para evitar la privatización de las escuelas y conseguir vales de uniformes y útiles escolares para los alumnos, pero “nosotros les decíamos que sólo queríamos que nuestros hijos tuvieran clases y que por los zapatos y los vales no se preocuparan porque esa era nuestra responsabilidad”, expresa la presidenta del comité de padres de familia, Concepción Pérez.

Así que más de cien padres y madres de familia pidieron a profesores de la sección 59 –integrantes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE)– que dieran clases a sus hijos. Por eso mantenían guardias día y noche en la escuela, para impedir que los integrantes de la CNTE regresaran o corrieran a los nuevos docentes.

De esta manera funcionó la primaria durante tres meses, sin embargo, el 14 de noviembre de 2013 llegaron 3 mil maestros al municipio, según cuentan los pobladores. Armados con machetes y cohetes, rodearon la escuela y entraron para ‘recuperarla’.

Los maestros de la sección 22 siguieron con el ciclo escolar 2013-2014. Sin embargo, los padres de familia aún inconformes consiguieron una mesa de diálogo con representantes del IEEPO y la sección 59.

Hicieron que el Instituto se comprometiera a que los alumnos de primaria tendrían los 200 días de clase como marca el calendario oficial con los maestros de la sección 59. Para ello rentó una casa, la acondicionó y entregó el mobiliario necesario. Además, reconoció a esta nueva sede también como primaria “Monte Albán”.

La “escuela” es una casa con zaguán color café sin ninguna insignia o aviso de que se trate de un plantel educativo. Al entrar, hay un patio con piso de tierra; del lado izquierdo una pequeña construcción con dos excusados y en el extremo opuesto una choza de lámina donde guardan pedazos de madera, un lavadero y unas sillas destartaladas.

Los cuartos, la cocina y la sala de esta casa fueron adaptados seis salones que miden entre 15 y 20 metros cuadrados, aunque el de educación especial solo es un pequeño cubículo de tres metros de largo por tres de ancho. Las mesas de madera y sillas de plástico naranja están semi nuevas, igual que las dos computadoras de la dirección.

El techo tiene manchas de humedad y las paredes están cuarteadas. Algunos salones tienen carteles con los números o dibujos de los alumnos, en otros solo está un pizarrón blanco.

Ahí iniciarán el ciclo escolar este lunes 24 de agosto unos 100 alumnos, seis maestros, dos trabajadores administrativos y uno de intendencia. Otros 150 estudiantes empezarán clases en el edificio de la primaria Monte Albán que se encuentra en lo alto de la colonia, donde sí hay salones, patios, canchas de basquetbol y bebederos.

Xoxocotlán está dividido entre quienes apoyan a los maestros de la sección 22 y quienes están con la sección 59, pero ningún grupo quiere repetir la confrontación. “Lo único que queremos es que nuestros hijos tengan educación, si es debajo de un árbol pero tienen buen maestro es más que suficiente. No nos interesa tener ocupado un edificio”, dice Concepción Díaz.

Fredy Gregorio Villafaña, director de la escuela-casa, asegura que ya superaron la etapa de las amenazas por parte de los maestros de la sección 22, aunque aún no acepta que su rostro sea difundido en un medio de comunicación “por precaución”. Afirma que seguirá trabajando en esa comunidad porque tienen la confianza de los padres de familia y, además, él y el resto de trabajadores ya tienen plaza y sus pagos están integrados en la nómina oficial del IEEPO.

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