Las aves son conocidas por hacer alarde de sus cualidades, “me siento como un pavorreal” no es una frase vacía, pero claro que muchas veces necesitan un poco de ayuda para volver a lucir un plumaje hermoso.
Así que podré preguntar: “¿Cómo le hacen los pájaros lastimados para que les salgan nuevas plumas?”
La respuesta es: mediante un proceso llamado imping —palabra que en inglés se usa para abreviar implantation— en el que rehabilitadores de vida silvestre reemplazan plumas rotas por nuevas, permitiendo así a sus pacientes regresar a su hábitat natural. Las plumas de recambio finalmente se mudan igual que las plumas normales.
El “imping” es una práctica de la cetrería —el arte de criar, adiestrar y proteger aves de caza, o bien, la cacería a través de ese tipo de aves— actividad que se remonta a alrededor de mil años, explica, la coordinadora de rehabilitación en la organización no lucrativa Teton Raptor Center en Wilson, Wyoming, Meghan Warren.
A diferencia de, digamos, el trasplante de órganos, con el imping no hay posibilidad de que la “pluma del donante” sea rechazada, por el receptor, afirma Warren. “Es más como aplicar una extensión de cabello o uñas postizas”.
Plan de vuelo
Las alas son importantes para cualquier pájaro, pero para las aves cazadoras o rapaces, el vuelo es crucial para la captura de presas en el aire.
“Raptor” —ave rapaz, en español— viene del latín rapere, que significa “apoderarse”, explica por correo electrónico Marc Devokaitis, del Laboratorio de Ornitología de Cornell.
El Teton Raptor Center, o Centro Teton de Aves Rapaces, es uno de los que ayuda a este tipo de aves que de alguna manera han perdido sus plumas, ya sea por una lesión o —como en el caso de tres halcones de Swainson, que fueron llevados a esas instalaciones el año pasado—, por haber sido despojadas de ellas a la fuerza por parte de humanos.
Uno de los halcones de Swainson fue puesto en libertad, pero los otros dos esperaron la llegada del invierno en el Centro. Uno de los animales que se quedaron había perdido todas las plumas de su ala izquierda, y aunque le volvieron a crecer, lo hicieron de manera deforme debido al daño folicular. El equipo de expertos en aves rapaces está tratando de inducir al animal a experimentar una segunda muda con un medicamento para la tiroides.
Al último halcón le ha ido mejor, pero a medida que sus plumas desaparecidas han vuelto a crecer, algunas plumas vecinas se han roto, específicamente las que se encuentran en la parte exterior del ala.
Estas plumas son de gran importancia, pues tienen hendiduras que permiten el paso del aire bajo el ala y ayudan a las aves a elevarse, según Warren.
“Fue entonces que tuvimos que hacer imping”, añade la experta.
Y vamos lejos
Encontrar las plumas correctas resultó un desafío —no muchos halcones de Swainson aparecen en el centro. Por fortuna, Warren descubrió que las plumas del águila pescadora —un ave rapaz afín— eran las que quedaban mejor en las muescas de las plumas del halcón del Swainson.
Warren utilizó después un cálamo de pluma de halcón como puente entre el eje de la pluma original y unió las plumas del águila pescadora con resina de secado rápido. También llenó algunos huecos con plumas de halcón de cola roja.
“Es toda una colección de piezas” lo que entró en esa ala, menciona Warren.
Un día después del implante, Warren y su equipo echaron a volar el halcón del Swainson con uncreance, un cable ligero que se utiliza para el entrenamiento de halcoles.
Ahora, totalmente reemplumado, el pájaro ha volado “como si nunca hubiera perdido el ritmo”, subraya Warren, y el 18 de abril fue liberado de nuevo en la selva de Idaho.
Al menor descuido, querrán hacer reaparecer colas de pavorreal en el centro de aves rapaces. ¿O no?