Xalapa, Ver.
Suman 249 casos de chikungunya en el estado de Veracruz, convirtiendo a la entidad en la quinta posición con mayor número de enfermos a nivel nacional, así lo dio a conocer Fernando Benítez Obeso. Informó que comparativamente Veracruz está por debajo de los casos que se registran en Chiapas y Oaxaca, sin embargo en los siguientes meses la cifra puede aumentar.
Benítez Obeso, entrevistado en el inicio de la campaña de sensibilización de cáncer de cuello uterino, mencionó que al ser temporada vacacional los casos aumentan en las zonas de playa, por lo que reportó el incremento de acciones de fumigación por parte de trabajadores de Vectores en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.
«Son 249 casos de chikungunya, más los que están en periodo de estudio porque van incrementándose. Las acciones preventivas se han enfocado principalmente en Veracruz y Boca del Río, en donde se han realizado campañas más agresivas para hacer acciones de fumigación porque son las zonas sensibles a la enfermedad».
Además, descartó que en la capital de estado existan casos reportados de esta enfermedad, y afirmó que aunque en Xalapa podrían presentarse casos más adelante, de momento no se tiene registrada la presencia de esta enfermedad.
También lamentó que haya desinformación por los casos reportados de esta enfermedad, pues explicó que la ciudadanía únicamente debe atender lo que digan las autoridades de la Secretaría de Salud, ya que es la encargada de reportar las cifras.
«Hay desinformación, por eso la Secretaría de Salud es la única que puede hablar porque si no dirán lo que cada uno tiene en el pensamiento y que se le quedó y al rato no nos organizamos en las cifras, por eso debe haber un vocero».
Sin embargo, Benítez Obeso fue claro en indicar que aún no hay conciencia por parte de la ciudadanía para hacer su labor y evitar la propagación del mosquito transmisor de la chikungunya, ya que es muy fácil culpar a las autoridades de salud.
«La gente no entiende, no razona, no ayuda. Exige, pero para exigir debe preguntarse ‘qué estoy haciendo yo’, ese es el dilema que siempre como funcionarios del sector salud nos preguntamos. Qué está haciendo la ciudadanía porque es muy fácil culpar pero resulta que todos somos responsables. No somos inocentes, somos responsables».