sábado, septiembre 21, 2024

Expediente 2015 Sangra yugular de Duarte

Luis Velázquez

 

El senador Pepe Yunes Zorrilla se ha reiterado como el más bronco de los broncudos. Peleador callejero nato. Un día, su padre, don José Yunes, lo dejó claro: “No lo conocen”. Hoy, el medio político y social y económico de Veracruz, lo está conociendo.

Es más, y dada su congruencia y postura sistemática y reiterativa, argumentada, Pepe Yunes se ha revelado más, mucho más, bragado que su colega Héctor Yunes Landa, incluso, que Miguel Ángel Yunes Linares, quien lleva 23 años rafagueando a Fidel Herrera Beltrán y nunca, jamás, ha interpuesto una denuncia penal en la Procuraduría General de Justicia en su contra.

Más aún, la mañana de ayer viernes 17 de julio Gerardo Buganza Salmerón dimitió a la Secretaría de Gobierno y anunció su candidatura independiente a gobernador, con un discurso centrado en Fidel Herrera, a quien llamó tramposo y triquiñuelo, y en Yunes Linares, a quien denominó representante de una política corrupta y desviada.

En contraparte, ni una palabra en contra de Javier Duarte sobre el Veracruz que se vive.

Bueno, unas cuantas; pero lights, como esas de que necesita cambiarse de fondo la política estatal, pues la población busca empleos con mejores salarios y seguridad en su vida y sus bienes.

Con el discurso de Pepe Yunes en Emiliano Zapata, el senador queda como el bronco de los broncudos.

Su discurso fue incendiario.

De hecho y derecho redujo a Javier Duarte a los siguientes rubros:

El gobierno de Veracruz en bancarrota.

Un sexenio con un acentuado desequilibrio financiero, mejor dicho, a punto, mejor dicho, en el colapso financiero.

Un desorden administrativo inédito en la historia de la administración pública local.

El manipuleo de la información institucional que impide conocer la estrujante y sórdida realidad.

Una bursatilización engañosa que significa más deuda.

Y envuelto en la corrupción política que sólo terminará cuando el primero sea confinado en una cárcel.

Luego, oh paradoja, en Banderilla dio el banderazo de salida para la construcción de una obra pública cuyos recursos federales tramitó en el altiplano.

Tal cual, la elite política quedó estremecida.

Pepe Yunes en el ring político sin rodeos.

Derecho, derechito a la yugular del gobernador.

Y más, porque su discurso en Emiliano Zapata fue ratificado en la tarde/noche con un boletín expedido por su oficina de Comunicación Social.

EL CHIQUIÓN DE JAVIER DUARTE

Pepe Yunes se ha quedado, pues, con el discurso crítico que en su momento inició al mismo tiempo con Héctor Yunes Landa, describiendo el orden de cosas en Veracruz.

Yunes Landa, como se sabe, se ha convertido en el candidato favorito (por ahora) de Javier Duarte a la gubernatura.

Y, por tanto, está obligado a callar y guardar silencio por más que en sus entrañas la sangre sirio libanesa le arda con la misma intensidad que hoy en la franja de Gaza ante el bombardeo israelita.

Desde luego, el chiquión de Duarte ha perdido credibilidad y la confianza ciudadana, pues el descrédito del barco sexenal le salpica.

Pero, al mismo tiempo, está seguro de que así llegará a la candidatura priista, y bueno, suerte, mucha suerte.

En contrapelo, Pepe Yunes continúa empujando la carreta leal y fiel a sus convicciones, sin echarse para atrás, pues ante todo en la vida importan los principios.

Y más porque años anteriores, don Pepe Yunes dijo con claridad a su hijo:

“Nunca, jamás, permitas llegar en política a cambio de tu dignidad”.

Pepe Yunes se mantiene firme, inalterable.

DERECHO, DERECHITO A LA YUGULAR

 

Los dados, pues, están marcados.

Duarte, empujando, por ahora, a Héctor Yunes.

Pepe, como parte de un proyecto presidencial encabezado por el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso.

Tal cual, ninguna duda existe de que si los vientos soplan desde el altiplano a favor de Yunes Zorrilla, porque, además, Pepe sea rentable según la encuesta histórica, entonces, el cabildeo para cicatrizar las heridas con Duarte provengan desde el altiplano, digamos, el mismo Videgaray Caso.

Así, y ante los hechos manifiestos, Duarte y Pepe fumarían la pipa de la paz y se darían el abrazo de Perote en la finca San Julián, y a empezar de nuevo la relación que alguna vez, en el fidelato, caminó con vientos favorables.

Claro, muchas cosas podrían ocurrir de aquí a la primavera del año entrante cuando, digamos, el candidato sea oficializado.

Por ejemplo, que Gerardo Buganza Salmerón creciera como candidato independiente.

Y que también, digamos, Tomás Ruiz González, titular de la SIOP, si se lanzara.

Y que viendo las circunstancias, Héctor Yunes se desmarcara de Duarte y se fuera por la libre, quizá con otro partido, acaso también en la locura de la Broncomanía.

Y que de igual manera, Pepe Yunes fuera sopesando, como ha dicho, su candidatura independiente.

En política, dice Jorge Uscanga Escobar, lo que es hoy… mañana cambia.

Y/o como dice el refrán popular, te acuestas candidato y amaneces en la lona, noqueado.

Pero sea lo que sea, y por ahora, Pepe Yunes, priista, como es, se ha adueñado del imaginario colectivo con su discurso incendiario en contra del priista Javier Duarte.

Y más, porque su discurso lo está reiterando como priista que es y cuando Duarte está, dijera Fidel Herrera que dijera Miguel Alemán en la novela “Si el águila hablara”, en la plenitud del pinche poder.

Sin rodeos y sin ambigüedades ni tampoco con mensajeros.

Derecho, derechito a la yugular.

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