Luis Velázquez
Gerardo Buganza Salmerón ha lanzado como secretario General de Gobierno de Veracruz su candidatura independiente a gobernador para el año entrante.
Y, bueno, según Dante Delgado Rannauro, tlatoani del Movimiento Ciudadano, una campaña así cuesta unos dos mil millones de pesos.
Mil millones de pesos por arriba de la mesa y otros mil millones en las cañerías de la política.
Y, por tanto, la pregunta es sobre las fuentes de financiamiento que Buganza tiene amarradas y/o habrá de tener y contemplar.
Claro, podría decir como el chico de 23 años que ganó la curul local como candidato independiente en Jalisco que sólo le costó 20 mil pesos, más un donativo chiquito.
Pero, al mismo tiempo, nadie se le creería y más, si como lo ha anunciado, está listo para jugar, y jugar en serio y ganar, por supuesto, pues en el año 2004 derrotó en las urnas a Fidel Herrera y en el tribunal electoral se la arrebataron.
Podríamos, no obstante, con un poquito de austeridad, dejar la campaña, digamos, en unos 1,500 millones de pesos.
Más los 1,500 millones de pesos que invertiría el PAN con su candidato que estará entre Juan Bueno Torio y Miguel Ángel Yunes Linares.
Más los 1,500 millones de pesos del candidato, digamos, de la izquierda, aun cuando quizá sería menos, unos mil millones.
Más los dos mil millones del candidato priista por razones naturales, pues luchará para mantenerse en el poder estatal que nunca, jamás, ha tenido alternancia como ha acontecido en otras entidades federativas.
Más los mil millones de pesos de la campaña como candidato independiente de Renato Tronco, que anda en precampaña.
Y, bueno, tal cual, se ignora si también se incluiría en la nómina de candidatos a Tomás Ruiz González con otros, digamos, 1500 millones de pesos.
Así, y resumiendo, nada más en las campañas del año entrante para una gubernatura de dos años, los partidos políticos y sus candidatos gastarían unos 8 mil 500 millones de pesos.
Tal cual, ¡caray, qué cara se ha puesto la democracia!, y más para gobernar solo dos años…, con los molinos de viento en contra.
MINI/GOBERNADOR DE TRÁMITE ELECTORAL
El sucesor de Javier Duarte ejercerá el poder durante 24 meses.
Y en tales meses enfrentará en el año 2017, el primero de su gobierno, la elección de los 212 presidentes municipales, más 212 síndicos, más unos 3,500 regidores de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.
Y en tal ejercicio, digamos, democrático, y más, mucho más ahora con la Broncomanía, una gran disputa y férrea y sórdida pelea por el poder.
Y sórdida por lo siguiente: porque los próximos alcaldes tendrán a su cargo garantizar el triunfo en las urnas del candidato a gobernador de su partido en el año 2018.
Así, en el 2018, el gobernador de 2 años tendrá, además, de la gran pelea por la elección del candidato sucesor, la candidatura presidencial.
Y más, mucho más, cuando en el año 2012, el candidato priista, Enrique Peña Nieto, perdió la elección en Veracruz, quedando debajo de la panista Josefina Vázquez Mota.
Y en el par de campañas, la de los jefes de los Poderes Ejecutivos estatal y federal, el sucesor de Javier Duarte terminará enloquecido y turupato.
Y más porque en el segundo año y el último de su mandato estará obligado a ganar la elección de su partido, cualquiera sea el candidato.
Por eso, resulta inverosímil gastar tanta lana en la campaña electoral por la gubernatura de Veracruz el año entrante.
A menos, claro, que el llamado mini/gobernador se vuelva tan aplicado que en 2 años pueda ordeñar la vaca con tanta intensidad que en 24 meses exprima la teta para llevarse lo que en forma convencional el góber de seis años expropia al erario para su futuro bienestar y el bienestar de la familia.
Cúmplase, pues, al pie de la letra.
¡Hosanna, hosanna!
AMARRAR EL SOSIEGO FUTURO
Pero, bueno, en el lado del PRI, el gasto de los dos mil millones de pesos del candidato oficial, más el gasto de los candidatos independientes que lance, incluso, quizá, acaso, hasta otro candidato, digamos, de la izquierda, le vale al gobierno de Veracruz, pues a la generación política en el poder sexenal, nunca, jamás, le ha ocupado ni preocupado el destino social de la mayoría poblacional, en que se incluyen, por ejemplo, un millón de indígenas, más 3 millones de campesinos, más la clase media media y media baja.
Y, bueno, si The Wall Street Journal dice que al presidente Enrique Peña Nieto sólo ocupa la ostentación como si fuera una estrella cinematográfica (400 invitados a París, con todo pagado), a la generación política encabezada en Veracruz por el señor Javier Duarte sólo ha interesado el dinero fácil, el enriquecimiento inexplicable, la frivolidad y las barbies, que significan la parte hedonista del poder, tal cual lo enseñó el rector de la Universidad de Harvard, campus Nopaltepec.
Más aún si se considera que sufragando el costo de tales campañas y el triunfo en las urnas con un candidato a modo… más otros como elementos distractores para quitar sufragios al candidato de la oposición fuerte que todavía se respeta…, en automático amarran la tranquilidad política, jurídica, social y económica del futuro inmediato.