lunes, mayo 20, 2024

Expediente 2015: Audirac espera desagravio

Luis Velázquez

 

Seis días después, el contralor del gobierno de Veracruz y cacique huasteco, Ricardo García Guzmán, ha preferido el silencio, quizá sumirse, acaso sin argumentos, ante el manifiesto desafío del exsecretario de Finanzas y Planeación, Mauricio Audirac Murillo, para demostrarle con pruebas sus acusaciones.

Usted, dijo Audirac a García, “me lesiona”.

Y lesiona a mi familia.

Y a mi despacho contable que tengo desde hace 20 años.

Le advirtió: lo demuestra o, por el contrario, se retracta y resarce mi dignidad, mi honor, mi crédito.

Tal cual, el contralor ha callado.

También ha callado Audirac Murillo y se ignora el tiempo de prudencia que espere para, digamos, en nombre de su dignidad, su honor, su crédito, y la dignidad de su familia, Audirac interponga, mínimo, una denuncia penal por calumnias y difamación.

Pero más aún, por lo que la ley llama daño moral que, según la ley, merece una indemnización millonaria.

Y es que el Contralor lo enlistó entre 14 funcionarios culpables de que la Auditoría Superior de la Federación haya denunciado, a su vez, al gobierno de Veracruz ante la Procuraduría General de Justicia y la Secretaría de la Función Pública por irregularidades millonarias, donde involucraban a varios políticos duartistas, entre ellos, Gabriel Deantes Ramos y Adolfo Mota Hernández.

Así, el contralor exhibió en la hoguera pública a Mauricio Audirac y trece funcionarios más, entre los cuales está Carlos Aguirre Morales, exsecretario y exsubsecretario de Finanzas y Planeación.

Incluso, y fanfarrón como es, el diputado local, José Ramón Gutiérrez, jefe de prensa del secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, confió a los amigos que por su cuenta corría que nada pasará a Audirac, su socio, según la fama pública, desde cuando fue presidente municipal jarocho.

Es más, hubo quienes criticaron a Audirac porque se había acelerado con la cartita al Contralor, pues todo indicaba que luego del agravio… el desagravio con un perdón institucional, de igual manera como lo sigue esperando Carlos Aguirre y que por eso mismo espera le levanten el castigo.

EL POLÍTICO SINIESTRO

 

Nadie dudaría de que en corto y en privado, incluso echándose unas copitas, el jefe máximo haya intervenido para re/conciliar a Audirac y García.

Si así fuera, Mauricio Audirac quedaría mal, porque el Contralor lo exhibió de manera pública y por tanto, y en la lógica de la ley, merece una disculpa pública.

Ahora bien, si Audirac se conformara con un perdón en corto, significaría que ningún respeto se tiene a sí mismo y como los perritos de la Cuenca del Papaloapan, con unas migajas tiradas se resigna y conforma.

García Guzmán lo exhibió. García Guzmán está obligado a resarcir su nombre y su crédito.

Y más, si como él mismo dice, es inocente.

Además, está claro que desde 450 años antes de Cristo el contralor lo envidia, odia y guarda resentimiento.

Y le tiene rencor porque llegó primero al ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, que ha sido otro de los sueños dorados de García Guzmán.

Y llegó primero a la Contraloría.

Y llegó primero a la SEFIPLAN.

Más aún si se considera la psicología con que García Guzmán camina en la vida, por ejemplo, cuando intentó por todos lados encarcelar en el sexenio de Miguel Alemán Velasco a uno de los hombres de mayor confianza del gobernador, Lorenzo Lazo Margáin, jefe de la Oficina del Programa de Gobierno 1998-2004, casado con la actriz Edith González.

Pero también cuando despotricaba contra Alejandro Montano Guzmán, hasta con mentadas de madre, no obstante que le abrió la puerta ante Alemán, luego de su paso como director administrativo de MAVER, Maquinaria de Veracruz, y analista en el PRI chirinista de Fortunato Guzmán.

Es decir, Audirac se ha enfrentado a uno de los políticos más siniestros de Veracruz, lleno de envidia porque los demás escalen cargos públicos.

SEIS DÍAS DE SILENCIO OMINOSO

 

En su cartita, nomás para recordar la historia de la política en el sexenio duartista, Audirac Murillo dijo a García Guzmán:

“Después de 15 días transcurridos desde la fecha de sus afirmaciones no he sido notificado sobre ningún procedimiento incoado por la dependencia que usted encabeza.

Lo anterior no sólo causa una enorme extrañeza, sino que conlleva un estado de incertidumbre que me lesiona a nivel personal y a mi entorno familiar y a mis negocios.

En caso de que sus expresiones en contra de mi persona hubieran sido indebidas e infundadas, le pido retractarse públicamente de ellas, a fin de resarcirme del descrédito que sus manifestaciones me causaron en los ámbitos familiar, personal y de negocios”.

De Miguel Alemán a la fecha, García Guzmán ha actuado con toda la impunidad del mundo, porque desde adentro del sistema político priista lo han blindado.

Nunca, Miguel Alemán ni Fidel Herrera, procedieron en su contra.

Ahora, cuando maneja la Contraloría y la SEFIPLAN, donde impuso al titular y a su hijo Rodrigo en la dirección de Inversión Pública camino, se afirma, a la subsecretaría de Egresos, ha salpicado la trayectoria de Mauricio Audirac.

Han pasado seis días, los mismos en que, discúlpese la nostalgia churrigueresca, Dios tardó para crear el mundo.

Y, por tanto, habría de preguntarse el tiempo que Audirac seguirá esperando el desagravio público del Contralor.

A menos, claro, que el jefe máximo lo haya sobado y como los gatos y los perros domado…

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