Editorial
San Andrés Tuxtla, Ver.-“Matizado por distintos sabores; la cocina de San Andrés Tuxtla te transporta en el tiempo, haciendo inevitable la añoranza y recuerdos de la cocina de antaño”, así lo expresa Nidia Hernández Medel, directora general de Yambigapan Estancia Rural.
Hernández Medel comentó que desde los primeros vegetales domesticados por los olmecas como la yuca, calabaza, maíz, frijol, “tomatito”, hasta los más exóticos sabores de una cocina renovada y refrescante como el vino de chagalapoli; es una herencia cultural que deben disfrutar no solo los turistas o visitantes, sino los habitantes de la región.
Degustar un vino de chagalapoli, planta endémica y que generosamente nos regala las bondades de sus frutos y con las cuales podemos preparar diferentes presentaciones como salsas, mermelada y bebidas.
La cocina prehispánica integra la elaboración de totopostes o totopotztles (tortilla hecha a mano en comal a las brasas, que se va raspando con un pedazo de jícara hasta dejarla delgada y se pone a secar al sol para posteriormente dorarla al fuego y cocerla o freírla en aceite.
De igual forma la elaboración del “Pinole”, bebida ceremonial de las gentes del campo, su origen prehispánico, hecho a base de maíz tostado y quebrado, se consume en velorios, fiestas y en año nuevo.
La cocina mestiza y contemporánea está integrada por salsa para acompañar pescado en Tachogobi a base de tomate de milpa, chile y limón (chile uña de picho y limón criollo), y Chagalapoli (Agridulce).
En Los Tuxtlas, cuando se reunía la gente del campo a cocinar para alguna fiesta o celebración, culmina con el tradicional Fandango, la gente se reúne alrededor de la ”tarima” a bailar, tocar la jarana y tomar toritos de limón (bebida de alcohol de caña con jugo de limón o alguna fruta de temporada).