viernes, abril 26, 2024

Expediente 2017

“Tres tristes tigres”

Luis Velázquez

El politólogo Ramón Benítez lee en su bolita de cristal la siguiente profecía… y que más profecía parece realidad:

El candidato del PRI a gobernador de Veracruz será el senador Pepe Yunes Zorrilla.

El candidato del PAN, quizá en alianza con el PRD, Miguel Ángel Yunes Márquez.

Y el candidato de MORENA, Cuitláhuac García.

Y el resultado en las urnas, dice, será en tercios. Un tercio para cada uno de los tres.

Así, y considerando que cada partido político y candidato tienen el voto duro amarrado, entonces, la pelea de los tres será por ganar el sufragio de la clase media, aquella que por ningún concepto puede comprarse con despensas mensuales, gorras, cachuchas, tortas y hasta lotes, además, claro, del billetito.

Los tres, entonces, habrán de lanzarse a la conquista de la clase media alta, media media y media baja, pues serán ellos quienes decidan el triunfo electoral.

El politólogo refiere la elección en el estado de México, donde el priista Alfredo del Mazo junior derrotó a la maestra Delfina Gómez, de MORENA, con todo y que “El peje”, el gran líder social y moral del país, hizo campaña en repetidas ocasiones a su favor.

Y en el estado de México, dice, la clase media reflexionó en la víspera de la elección, incluso, en la hilera de votantes en el transcurso del domingo.

Y de entrada, asegura, sopesó la posibilidad de que “más vale el malo por conocido que el bueno por conocer”, si se parte de que con la profe de MORENA como gobernadora sería manipulada por AMLO, cuya fama de absorbente está fuera de duda.

Por eso mismo, también vaticina que la gran competencia electoral en Veracruz el año entrante será entre Pepe Yunes y Yunes Márquez y que es lo mismo que decir entre el PRI y el PAN.

Cuitláhuac García, de MORENA, dice, obtendrá una votación singular gracias al efecto de AMLO quien irá en la boleta electoral, pero insuficiente para ganar y entrar al palacio encantado de Xalapa.

LA ESTRATEGIA PARA VENDERSE

El trío de candidatos enfrentará el mismo desafío que todos. Es decir, cómo, de qué manera venderse ante la clase media que, como dicen los teóricos, sueña con ascender en la escala social y brincar a la clase rica, aunque sea clase alta media o baja, de perdis.

De entrada, la clase media tiene resuelto el itacate y la torta, incluso, hasta vacaciones, y una buena calidad de vida, sin ninguna posibilidad de que algún entren en la lista negra de CONEVAL para figurar entre los 6 de cada 10 habitantes de Veracruz en la pobreza, la miseria y la jodidez.

Ni menos, para anotarse en la lista del medio millón de jarochos que sólo hacen dos comidas al día como dice el CONEVAL, dada la precariedad en que viven.

Así, la clase media empeña la vida en metas aspiracionales, entre ellas, las de los ricos, como es, digamos, el estudio de los hijos en una universidad extranjera, una lancha italiana en el club de Yates para navegar en el Golfo de México, automóviles convertibles o camionetas de 900 mil pesos y hasta un avión para pasear a las mascotas, igual, digamos, que la hija de Carlos Romero Deschamps, el dueño del sindicato petrolero.

Pepe Yunes y Yunes Márquez pertenecen a la clase alta. Pepe, es rico de nacimiento. Yunes, también, aun cuando su padre pasó de la clase media a la alta desde hace muchos años, pero luego de conocer “las cornadas que da el hambre”, sin llegar, claro, a días angustiosos.

Y por tanto, conocerán la mejor estrategia para ser aceptados y votados por la clase media.

CARNE DE CAÑÓN…

Los indígenas (un millón en Veracruz), ya se sabe, igual que los campesinos (dos millones), son “carne de cañón” electoral.

Durante muchos años y sexenios fueron manejados por el priismo, pero ahora, el PAN está en el poder imperial y faraónico y tendrían más posibilidad para el manipuleo.

Con todo, incluso, que AMLO sigue apostando al voto de los pobres, los pobres entre los pobres, para ganar elecciones y que en el caso del estado de México le fue insuficiente.

También es el mismo riesgo en Veracruz, pues al momento, el diputado federal, Cuitláhuac García, tiene más fascinación por las zonas urbanas (y eso unas cuantas) y por los titulares, sin que en su tiempo como legislador haya aterrizado una sola vez en algunas de las ocho regiones étnicas, ni menos, ha sido gestor social para los campesinos.

El desafío resulta, además, interesante, porque la leyenda urbana del llamado voto corporativo que antes tenía amarrado el PRI, como el caso de los sindicatos (desde obreros industriales hasta los maestros del SNTE, petroleros, ferrocarrileros, tamseros, etcétera) ha dejado de existir.

Estamos hoy, y desde hace ratito, en la conquista del voto ciudadano, el voto de la clase media, y más si se considera que las elecciones son tan reñidas en todos los niveles que en tanto crece el abstencionismo, el resultado termina en tercios, con una diferencia mínima a favor del ganador.

De seguro, el trío de candidatos a gobernador que será estará diseñando la gran estrategia para venderse con mayor facilidad en el ánimo social.

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