viernes, abril 26, 2024

Malecón del Paseo

•Racismo en México

•Desprecio por los morenitos

•El “indio patarrajada”

Luis Velázquez

EMBARCADERO: Con todo y los derechos humanos tan cacareados, con todo y Donald Trump acusado de xenófobo, el racismo priva en México… Está metido hasta el tuétano… Una encuesta del Instituto nacional de Estadística y Geografía, INEGI, expone, entre otras cositas, que el color de la piel (entre más morenitos morenitos es peor), y la estatura, y los hábitos y costumbres, son demoledores para llevar a la discriminación… Bastaría mirar, por ejemplo, que la mayoría de conductores en la televisión (mujeres y hombres) tienen la piel blanca y además, son bonitas y elegantes… Años atrás, un par de reporteras de la Ciudad de México durante un tiempo entrenaron para hablar como inditas, se vistieron inditas con todo y peinado con trenzas, y luego, con el billete por delante se fueron a varios hoteles para alquilar como turistas una habitación… En todos les dijeron que estaban saturados… Después, fueron a un café en un centro comercial, y el mismo desprecio y menosprecio… Y a una tienda de ropa de primera y lo mismo… Y a una zapatería, y la misma segregación… De entrada, y según el INEGI, la piel oscura constituye, digamos, un freno, un muro Donald Trump, para que la persona sea aceptada en niveles sociales, digamos, superiores… Y al mismo tiempo, si tienen la piel blanca, entonces, las puertas se abren… Sucede lo mismo en la tele que para un puesto directivo y ni se diga en el trato cotidiano… El periódico “El País”, por ejemplo (Elena Reina, 30 de junio, 2017) siguió la pista del racismo con varios entrevistados (obvio, con piel morena) y el resultado fue terrible… Bastaría referir que el mismo trato que en Estados Unidos se dispensa a los mexicanos, los mexicanos lo damos entre nosotros mismos y a los centroamericanos en la frontera sur… Incluso, una ex diputada federal, maestra de escuela primaria, protegida de Juan Nicolás Callejo Arroyo, lo dijo así en su momento: las migrantes de América Central son unas prostitutas y los hombres unos ladrones y asesinos…

ROMPEOLAS: “El País” lo describe de la siguiente manera: cuando a la actriz Mónica del Carmen (actuó en “Babel” y en “Año bisiesto”, nació en Miahuatlán, Oaxaca), la miran en las calles de la Ciudad de México le gritan “pinche india”… El ingeniero Rosendo Vallejo, de 67 años, piel morena morena (negrito le dirían) estudió una maestría en Oxford, y un día, ya en la vida laboral, un colega le llamó delante de todos “indio patarrajada”… Y otro día, en una reunión de profesionales, no obstante estar trajeada, como todos, lo confundieron con un mesero y le pidieron unos tragos con botanita… Judith Bautista es una socióloga e investigadora, 40 años, y cuando estudiaba necesitaba trabajar y pidió chamba en la gran tienda de “El Palacio de Hierro”, y la jefa le dijo: “No te podemos contratar… Tu físico no va con la tienda… Necesitamos otro perfil”… Ella también ha ido como la mitad del país y la otra mitad a las tiendas de Sanborns… Y en Sanborns, propiedad de Carlos Slim Helú, “los encargados de seguridad me siguen, aunque vaya con mi hija, por si robo algo, ¡y lo triste es que ellos (los policías privados) son como yo, con la piel morenita morenita”… Bastaría referir que Moctezuma II eligió a las veinte doncellas, todas vírgenes, más bonitas del viejo Tenochtitlán, con la piel blanca, agraciadas, bonitas, y se las envió de regalo a Hernán Cortés… En tanto, el cacique gordo de Cempoala, Chicomecátl (Octavio Paz le escribió un poema llamado “El cántaro roto”) sólo le envió a ocho doncellas, todas blanquitas, a tono con la piel blanca de los conquistadores que encarnaban a Quetzalcóatl, la mayoría de los cuales eran unos simples y rapaces aventureros, incluso, buscados en España por ladrones y pillos…

ASTILLEROS: El INEGI es lacónico en el análisis de su encuesta… Aquí, entre nosotros, en este país tan orgulloso de su cultura indígena, es más, mucho más fácil prosperar cuando se tiene la piel blanca que cuando se tiene una piel morena… Incluso, y además del racismo en el trato cotidiano (un racismo, digamos, inconsciente, pero canijo), hay más posibilidad de lograr un puesto de trabajo destacado con la piel blanca que con la morena… A menos, claro, que la persona con la piel morena tenga un padrino político de primera… El trato, por ejemplo, a las trabajadoras domésticas que salvo excepciones llega al total y absoluto exceso y abuso de los derechos humanos… La socióloga Judith Bautista (“El País”) dice que el racismo llega a la barbarie, cuando, por ejemplo, hasta los mismos padres aconsejan a los hijos casarse con una persona blanquita, o en todo caso, más blanquita, soñando con mejorar, ajá, la raza… Y en tales circunstancias, y para evitar humillaciones, desprecios y menosprecio, lo mejor, dice la socióloga, “es pasar desapercibido, pues nadie quiere ser objeto de opresión”… Por lo pronto, Quetzalcóatl ya está en palacio de gobierno de Xalapa… Tiene la piel blanca y los ojos azules (ojos de trueno) que nunca antes un gobernador y que ha mudado en un Huitzilopochtli con tantos político presos en el penal de Pacho Viejo, pues él y los suyos son unos ángeles de la pureza que nunca, jamás, han “metido la mano al cajón”…

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