Profr. Sixto Carvajal
Cronista de la ciudad
La aurora es un fenómeno luminoso de refracción de la luz, que se observa por las mañanas al salir el sol, sobre todo en las regiones gélidas y en nuestra ciudad se observaba durante las mañanas frías de otoño o invierno.
En un principio en Europa, la aurora era representada por una Diosa Romana. En nuestra ciudad la iglesia católica la personifica a principios del siglo XX con la imagen de María, la madre de Dios, que es el centro de la fe católica, y una niña o jovencita era quien la representaba en un carro alegórico, en donde figuras celestiales lo engalanaban ( astros, luces, ángeles).
La aurora en un principio salía únicamente el 7 de diciembre, a las 04:00 de la mañana, y solo iban los toros portados por mujeres, los muñecos y los toros portados por varones.
Salían por la tarde en el segundo paseo, y posteriormente empezó a realizarse esta tradición el 11 de diciembre, y a mediados del siglo XX, la aurora de San Andrés Apóstol eran fiestas cien por ciento religiosas.
Las mayordomías eran nombradas por el párroco, de entre las personas más entusiastas y participativas en las cuestiones religiosas, detrás del carro iban las personas entonando cantos religiosos, y los guías que acompañaban con su tambor a las gentes que bajaban de la sierra, iban tocando dicho tambor detrás del carro (el guía tocaba el tambor para que los identificaran por si se perdían, porque en esos tiempos todo era selva virgen).
Acompañaba al carro alegórico la música de viento de los Hnos. Torres, tocando las danzas que eran comunes en esos tiempos, entre otras “Erre con erre cigarro”, “Las lavanderas de Chichipilco” y “La Tuza”.
La música de la mojiganga fue compuesta por don Santiago Torres, conocido como “Don Chanti”; a fines del siglo XIX posteriormente, la Orquesta Ideal de Donato Moreno, y la Marimba Arpa de Oro de Don Andrés Rodríguez, amenizaban los paseos.
Este 29 de Noviembre, la niña Yaria Belén Constantino Lara, será la Aurora en nuestras fiestas patronales. ¡Enhorabuena!