viernes, abril 26, 2024

Expediente 2015

Pepe Yunes, en la mira

Luis Velázquez         

26 de octubre de 2015

El presidente del CDE del PRI, Manlio Fabio Beltrones, presidió un acto en el WTC de Boca del Río el sábado 24 de octubre en la mañana.

Y mientras el senador Héctor Yunes Landa, discípulo de Beltrones, estuvo ahí, en primera fila, con todo y diga que bajo protesta, Pepe Yunes Zorrilla marcó una raya con el duartismo.

Dejó, pues, con la mano tendida a Beltrones.

Yunes Zorrilla fue congruente consigo mismo. Desde un principio se opuso al séptimo cambio en el partido tricolor, y más, en víspera del nombramiento del candidato a gobernador, y por tanto, se deslindó.

Pero el hecho le generará consecuencias, a menos que su liderazgo popular y su liderazgo en la tendencia de la encuesta histórica sea tan avasallante que al CEN del PRI y Los Pinos sólo quede su designación como única garantía para ganar en las urnas.

De lo contrario, su ausencia en el evento priista sabatino habría servido para lanzar más fuego al duartismo bronco que lo trae en la mira y únicamente apuesta a su descarrilamiento.

Pero, además, su ausencia también alimentaría el rechazo de Beltrones, quien, primero, tiene la encomienda peñista de la unidad interna en el partido en las doce entidades federativas donde el año entrante elegirán gobernadores.

Segundo, su corazón y neuronas se agitan alrededor de Héctor Yunes para que sea palomeado el candidato de Los Pinos.

Y tercero, la liga de Javier Duarte con Aurelio Nuño Mayer, secretario de Educación Pública, para empujar a un candidato duartista, y lo que significa una olla express para Beltrones.

Desde luego, ante la militancia priista Pepe Yunes habría quedado bien con su manifiesta rebeldía e inconformidad, pero más aún firmeza para mantenerse en la raya, y más, luego de que en la comelitona del restaurante “El Lago”, en la ciudad de México, con Beltrones, Emilio Gamboa Patrón y Héctor Yunes, se opuso a disciplinarse al duartismo, y que originara que el presidente del CEN del PRI se retirara a la mitad de la comida.

Pero de que el duartismo se la cobrará, ninguna duda existe.

UNA LARGA FILA DE CRUCES

Ahora, queda claro: Pepe Yunes es más bragado y más broncudo que Héctor Yunes Landa y hasta que Miguel Ángel Yunes Linares.

Por alguna razón su padre, don Pepe Yunes, lo ha dicho: “No lo conocen”.

Apenas, pues, lo están conociendo.

Por ejemplo, desde hace 16 meses, ninguna palabra cruza con el Jefe Máximo del Priismo, a excepción del desayuno en el rancho San Julián con Javier Duarte, y eso porque le fue, digamos, ordenado por su amigo, el secretario de Hacienda y Crédito Público Luis Videgaray Caso.

Y, no obstante, se ha mantenido firme en su crítica al duartismo, que incluye desde la corrupción política, el desaseo administrativo y el caos financiero hasta el presunto desvío de recursos federales, la inseguridad y la impunidad.

Bastaría referir que a la fecha ha cabildeado más de tres mil millones de pesos federales para presidentes municipales y productores y que han sido entregados en forma directa por Hacienda, sin intermediarios, sin pasar por el duartismo y sin exponerse a jinetearse en el mundo bursátil.

En repetidas ocasiones ha dejado a Duarte con la mano tendida de invitaciones a tomar café y a un evento público.

También le han enviado cabilderos para, digamos, fumar la pipa de la paz con el gobernador y su respuesta ha sido el rechazo.

Por eso ahora fue congruente consigo mismo y como desde un principio expresó su inconformidad con el caprichoso cambio en el CDE del PRI se mantuvo firme, inalterable, no obstante que muchos de los suyos apostaban a su presencia.

PEPE YUNES, EL IMPREVISIBLE

Pepe Yunes ha resultado imprevisible, incluso, contra todo pronóstico.

Y, por tanto, si en el 2010 le escamotearon la candidatura priista a gobernador, y dadas las circunstancias actuales, la bolita de cristal de la astróloga de los Llanos de Sotavento ha entrado en un tsunami astral y ni modo de leer con clarividencia.

Por eso, si la fuerza del sistema priista se abalanzó con todo en su contra, muchas cosas pudieran esperarse, conscientes y seguros de una realidad: por ninguna razón quedará con los brazos cruzados.

Quizá, digamos, la candidatura independiente a gobernador que Beltrones ha recordado fue aprobada en el CEN del PRI en el año 2012, encabezando a los miles de priistas inconformes con el estilo personal de gobernar y ejercer el poder del duartismo.

Acaso, la candidatura con otros partidos políticos.

Quizá adherirse a la candidatura de su tío, Miguel Ángel Yunes Linares, si saliera nominado en el PAN.

Acaso, incluso, hasta irse con la izquierda, PRD, Morena y Movimiento Ciudadano, y más, si la encuesta lo sigue favoreciendo.

En tal aventura se atravesarían los intereses familiares, porque significaría desafiar al priismo que en un momento determinado suele poner a todos contra la pared, entre espada y espada, y de paso, arrasar con los inocentes.

Y más, mucho más, si se uniera a Yunes Linares, el político más odiado por la dupla Fidel Herrera y Javier Duarte.

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