CRÓNICAS DE MI PUEBLO: EL MERCADO

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Profr. Sixto Carvajal

Cronista de San Andrés

El primer mercado de San Andrés, como todos los de México, se inició como tianguis en el primer cuadro de la ciudad.

Al encontrarse en estado lastimoso, la comuna en turno decidió reconstruirlo, siendo aprobado el presupuesto para tal fin en 1894.

El 5 de Febrero de 1895 se inaugura el nuevo mercado municipal, con dos alegres fandangos en el centro del mercado y, una rumbosa serenata en el parque Lerdo.

Quemándose además vistosos fuegos artificiales.

Todo ello en el marco de la celebración del trigésimo octavo aniversario de la promulgación de la Constitución de 1857.

El mercado en referencia estaba situado en lo que hoy es la calle Madero al costado derecho del Palacio Municipal.

Abarcaba de donde estuvo la papelería «La oficina», el edificio Rueda, la tienda Coppel (zapatería), el edificio del Cuate Álvarez, el edificio de Octavio Pérez González (+) y, el edificio Ocaña.

Así como lo que hoy es el Pasaje Municipal, la calle Allende y parte de la calle Rascón, hasta llegar a la Avenida Carranza.

Importantes negociaciones ocupaban los lugares establecidos.

Tales como: “La sorpresa” de Don Andrés Ocaña, “La Nacional” de Don Pedro Rodríguez, “La Sirenita” de Don Elías Rodríguez Pretelín; todas ellas vendían vistosas telas.

“Abarrotes la Luz” de Don Jesús Díaz del Castillo, la cual compró al señor Negro Quiala.

Al centro había una fuente muy hermosa, la cual dada la demanda del comercio, se tuvo que ocupar con dos negociaciones de abarrotes que al inicio fueron de Don Emilio de la Maza una parte y, la otra de Don Carlos Huber.

Posteriormente estos negocios pasaron a ser de los señores Pelón Limón por un extremo y, por el otro de Don Benito Vara Fonseca.

Al frente, pero en el interior rumbo a la calle Madero, estaban Don Alfredo Toto, Don Nicanor Absalón y Don Alberto González, todos ellos abarroteros.

También con el giro de abarrotes, al costado derecho del mercado estaba Don Amalio Alonso y Don Joaquín Ortega; por el lado que da a la calle Allende estaba Don Guillermo Alonso conocido como el picho Alonso y “La Popular” de Don Raúl y Roberto Calzada.

Enseguida estaba Don Arcadio Avendaño y su hermano que vendían lociones y brillantinas; seguía la mercería del Don Praxedis Rodríguez, Don Pepe Lira, Don fernando Vázquez Bernal, el Tomatito García, el Sr. Arango y, después “La flechita” de Don Manolo Fernández ,así como la licorería de Don Pedro del Prado.

En un lote baldío que estaba en donde ahora se encuentra «Farmacia del Ahorro», (Av. Juárez y calle Allende, informalmente vendían telas el Sr. Joaquín Lira y sus hermanos, así como el señor Inocencio Gándara.

En la nave central se encontraban por el lado del Palacio Municipal las pescaderías y, muy cerca de allí se encontraba la Chocomilería de Don Cipriano Mérida.

Enl otro extremo del centro estaban las fondas, entre otras la de Doña Natividad Turrent, Doña Asunción Pérez Carvajal, Doña Martina Oliveros Durán, Doña Amalia Rábago, Doña María Cadena, Doña Felícita Pérez, Doña Josefa Tenorio, Doña Laurita y, Doña Anita Mantilla Villegas, esposa de don Carlos Vázquez Aguirre (a) “caldo de gallina”.

Mote que surgió, porque Don Carlos y su esposa, mataban las gallinas de rancho, después de las 12 de la noche, para preparar el rico consomé o caldo de gallina, para las personas que tomaban el tren a las 4 de la mañana.

Don Carlos con su olla y su tanque de peltre, se ponía a gritar a la gente “¡hay caldo de gallina calientito, pasen señores!”, dicho apodo lo heredó su hijo francisco Román Vázquez (a) “caldo de gallina 2″.

Continuando con el recorrido del mercado, por el lado de la calle Madero en la parte central, estaban las carnicerías de Don Guillermo Carrillo, Eugenio Turrent Rosas, señor Gonzalo Mauleón y Ernesto García.

En la esq. de la calle Madero y Rascón, junto al Casino Sanandresano, estaba la Farmacia Cruz Roja, de Don Aurelio Ballados Lara.

Al frente del mercado en la esquina del lado izquierdo estaba la “Zapatería Madero,” de los hermanos Luis y Octavio Pérez Turrent; luego seguía la tienda de Don Antonio Pouchoulén, papá de Don Isidro.

Después estaba la “Farmacia Rueda”, de Don Juan Rueda Labarbe; continuaba la tienda de Don Rafael Escalera Mortera y el negocio de línea blanca y armas de Don Carlos Rodríguez Mortera.

En lo que da a la calle Antonio C. Rascón, al inicio había una refresquería del señor José García y después habían puestos de comidas , antojitos y en la esquina de Rascón y Allende frente a donde se encuentra la zapatería » Los Pérez», estaban las carnicerías de Don Loncho y Alejandro Xala; el Pinolillo Jerezano y, Yanco Alemán.

Luego continuaba el negocio de cristalería, peltre y línea blanca del Sr. Alberto Guardado Cardona así como el negocio de frutas y verduras de Don Higinio Domínguez Pagueros, hasta llegar a la calle Carranza.

En el lado opuesto, en la esq. de Allende y Rascón, estaban los billares, cerca de ahí se ubicaba el puesto de periódicos y revistas de Don Beto moreno; sobre la misma calle estaba Doña Albina Carrión, la cual rentaba los baños públicos y, tenía una bodega donde rentaba, para que guardaran los vendedores ambulantes sus cosas.

En la esquina donde está actualmente Deportes Suárez había un lote baldío.

Toda esa área de lo que hoy es Súper Ahorros, hasta antes de Casa López Miranda, era de Don Bonifacio Suárez, el cual vivía en donde estuvo Tecniláser.

En esa área estaban los negocios “Café Imperial” de Don Jesús Torres Martínez, panadería “La fama” de Don José Hernández Valencia, la ferretería “La Prueba” de Don Bernardo Rojas y, la tienda “La Estrella” de la familia Haddad, de origen Sirio Libanés, la cual tenía 16 empleados y vendían de todo, era como decir ahora, el “Mercado Soriana” en pequeño, después la compró el señor Álvarez Campa.

Lo demás estaba ocupado por vendedores ambulantes y comerciantes en pequeño, cacahuateros, dulceros, canasteras, tamaleras, tortilleras, vendedores diversos, que informalmente ofrecían sus productos.

Con el paso del tiempo y el crecimiento de la población, urgió mayor espacio y se llegó a poner otros cobertizos, se comenzó a ocupar el frente, los escalones y, hasta el lugar donde antes estuvo una hermosa fuente.

COMO Y CUANDO SE CONSTRUYE EL MERCADO ACTUAL…

En tal virtud al no ser funcional el mercado que en otro tiempo se había reconstruido y, dado el crecimiento demográfico de la población.

Siendo Presidente Municipal Don Faustino Hernández Valecia, inicia la getoría con su Patronato, el cual encabezaba, para construir el nuevo y funcional Mercado Municipal.

Hace los trámites ante el Banco Nacional Hipotecario Ubano, para un crédito que permitiera la realización de tan anhelado sueño.

Pero ya no le dió tiempo culminar el logro, pues concluia su período de gobierno municipal.

Fue el Lic. Luis Miguel Díaz del Castillo Rodríguez, quien optiene la autorización de dicho financiamiento.

Y, en 1960 siendo presidente de la república Don Adolfo López Mateos y gobernador del estado Don Antonio M. Quirasco, se construye un funcional mercado que en nada se parecía a lo que ahora tenemos.

Contaba en sus inicios con 297 locales, muy bien distribuidos, áreas verdes, sala de reuniones, baños, pasillos accesibles, estacionamiento y, las calles perimetrales despejadas.

Se inauguró el domingo 24 de Noviembre

de 1963, a unos días de haber tomado posesión como gobernador el Lic. Fernando López Arias, en un acto sin precedentes.

Don Antonio M. Quirasco, quien tanto empeño le puso a la realización de dicha obra, no aceptó venir a inaugurarla, en virtud de estar preparando su último informe de gobierno.

Cabe aclarar que el Administrador del mercado, durante el período del adeudo fue Don Mario Ballados y, permaneció en el cargo, hasta que se terminó de pagar el préstamo que otorgó el banco por la cantidad de $2,358,000.00 (Dos millones trescientos cincuenta y ocho mil pesos) a un plazo de 10 años.

Como todos sabemos, ya es necesaria la reconstrucción de dicho centro comercial para dar mayor funcionalidad, tanto al comercio establecido y ambulante, como a la ciudadanía en general.

Ojalá la rehabilitación del multicitado mercado sea a la altura de las necesidades de nuestra bella ciudad, ya que ahí se expende lo que nuestra gente produce y, hoy en día se ha convertido en una bomba de tiempo.

Por mi parte es todo, deseo que tengan una semana feliz y, que Dios los bendiga abundantemente.