jueves, abril 18, 2024

Cuando sobran 222 millones

Que Paulinho, la nueva pieza del Barcelona, costara 40 millones de Euros, siendo el cuarto fichaje más caro en la historia del club, es señal de dos -de muchas- cosas: que La Masía ha ahorrado muchísimo dinero al conjunto catalán. Y dos, que nos volvimos locos. La nueva incorporación procede de China, que le costó al actual campeón de la SuperLiga unos 14 millones de euros en su momento. Luego de que el Corinthians hiciera caja cobrando poco menos de 20 millones al Tottenham, por un futbolista que había llegado a préstamo, y por el cual decidieron desembolsar 7 y medio por la compra definitiva.

Si a esa fórmula le sumamos que el FCB decidió gastar una cifra considerable para uno de los posibles suplentes, el resultado probablemente sea que hayan pagado un monto altísimo por un jugador que tendrá los minutos racionados. A eso, agreguen que viene de un fútbol mucho más lento, que como señala Fernando Palomo tiene más características de destructor… de lo poquísimo que hemos visto de él en los últimos años, más allá de la Confederaciones 2013 con Brasil.

Vamos, que me viene a la cabeza el nombre de Chigrinsky, una de las peores contrataciones en la historia de los catalanes. Irónica, o tontamente, pagaron 25 millones de Euros al Shakthar, para vendérselos nuevamente por 10 millones menos. Y eso más allá de los números, tocando estrictamente la casilla del desempeño. Porque, por ejemplo, David Villa llegó por 40 millones procedente del Valencia y fue traspasado al Atlético por poco menos que la octava parte, pero marcó 48 goles en 119 partidos.

Diferencias, las hay. Económicamente no habrán hecho caja, pero colaboró con una de las épocas más exitosas para la institución. Es que la salida de Neymar afectó el universo Barça: desde la burbuja en la que se convirtió el mercado, hasta las expectativas de la afición, que quiere un golpe mediático. El tema pasa porque ni metiendo en una licuadora a Dembelé, Coutinho y Paulinho sacarán la mitad de Neymar. Al FCB se le juntaron varios factores perjudiciales: le urge fichar, tiene dinero y todos lo saben.

Nada sustituye a un jugador en su mejor momento, que entiende su rol dentro del tridente y explota sus virtudes en función del grupo. El «hubiera» no existe y la realidad es que el brasileño se puso el 10 del PSG, llegó a la Ligue 1 y marcó. Porque mientras se especula en Cataluña, en París se hacen largas filas para seguir subiendo la cifra de 20 mil camisetas vendidas en una semana… lo que vendió en un año Di María. El problema para el FCB es que les sobran 222 millones de euros y les falta un Neymar. Y de esos, ya no quedan en el mercado.

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