El mejor y el peor de los escenarios aparecieron para Sergio ‘Checo’ Pérez en Bakú. El piloto mexicano vio como un podio que tenía casi asegurado se le escapaba de las manos, luego de chocar con su compañero de equipo, Esteban Ocon.

El australiano Daniel Ricciardo (Red Bull) acabó llevándose la victoria en este accidentado Gran Premio de Azerbaiyán, el octavo del Mundial de Fórmula 1, seguido del Mercedes de Valtteri Bottas, que arrebató el segundo puesto a Lance Stroll (Williams) en los últimos metros de la prueba.

Por su parte, el alemán Sebastian Vettel, que acabó cuarto con su Ferrari, justo por delante del inglés Lewis Hamilton, mantuvo el liderato del Mundial, aumentado además su ventaja sobre el inglés de Mercedes (153 frente a 139).

Y es que la carrera no pudo arrancar mejor para Checo. El de Guadalajara, que largaba desde la sexta posición en este Gran Premio de Europa disputado en Azerbaiyán, se colocó tercero de salida y ahí permaneció hasta el momento del desafortunado choque con su coequipero.

La competencia fue una auténtica locura desde que se apagaron las luces del semáforo. La buena salida de Checo, espabilado y viendo muy bien los huecos, le permitió afianzarse en la tercera posición durante las primeras vueltas.

Hamilton comandaba la carrera a ritmo de vuelta rápida seguido de Sebastian Vettel, mientras Verstappen y Raikkonen se acercaban peligrosamente a la estela de Pérez.

Verstappen, sacando el máximo partido a su Red Bull, logró alcanzar el ritmo del Force India de Checo en la vuelta 11. No obstante, el mexicano aguantó muy bien las acometidas de su rival, defendiendo bien la posición y aprovechando la velocidad en recta de su Force India.

Aunque el belga le tenía cogido el sitio. Verstappen pasó a Pérez, pero el mexicano volvió a recuperar la posición de inmediato merced a los problemas de motor en el Red Bull de su rival.

Raikkonen, la siguiente ‘amenaza’ para Checo, tenía un problema con el deflector, por lo que si Pérez gestionaba bien su carrera, el podio estaba asegurado.

El primer coche de seguridad salió en la vuelta 12 tras un accidente de Daniil Kvyat que propició que su monoplaza se quedara en medio de la pista. Un safety car que casi todos los pilotos aprovecharon para pasar por boxes, incluido Sergio Pérez.

Tras la retirada del coche de seguridad, Pérez trató de ponerse segundo y ahí estuvo unos instantes, pero Vettel recuperó de inmediato la posición.

Pero la tranquilidad duró bien poco. Había tantos choques rodando tan pegados y rozándose que la pista acabó en algunas zonas repletas de restos de los bólidos, por lo que la dirección de carrera decidió volver a sacar al safety car. Algunos pilotos aprovecharon entonces para calzar el neumático superblando.

Con dos coches de seguridad tan seguidos, los neumáticos delanteros del Force India de Checo no se estaban calentando lo suficiente y así se lo hizo saber a su equipo.

Entonces llegó el incidente entre Vettel y Hamilton. El alemán golpeó con su Ferrari a la parte trasera del Mercedes del inglés, cuando el británico rodaba primero por detrás del safety car.

Vettel se quejó de que Hamilton frenara en seco a la salida de una curva y decidió acelerar, colocarse a la altura del Mercedes y dar un volantazo para impactar contra el lateral del auto del inglés. Los comisarios investigaron el incidente y sancionaron al de Ferrari con una parada de diez segundos en boxes.

En la vuelta 20 se relanzó la carrera, pero el caos seguía. Checo fue superado por Massa y Ocon, en su intento también por rebasar al mexicano, acabó golpeando contra el coche de su compañero y haciendo saltar parte de su alerón delantero.

De nuevo con safety car en pista, la dirección de carrera tomó la determinación de interrumpir la prueba con bandera roja para limpiar de la pista urbana de Bakú los diferentes elementos caídos por los numerosos toques producidos durante la prueba.

Checo, que ya casi estaba recogiendo sus cosas de vuelta a casa, vio con esta bandera roja la oportunidad de poder volver a la competición. El gran trabajo de los mecánicos de Force india con su auto propició el regreso a pista del piloto de Guadalajara, que retomó la prueba con dos vueltas perdidas en la reanudación de la prueba.

No obstante, el mexicano fue castigado con un ‘drive trough’ precisamente por haber trabajado en el auto fuera del fast lane. Poco después de cumplir con la sanción, Sergio Pérez acababa por abandonar definitivamente, en la vuelta 41.

Después de una gran carrera cargada de esfuerzo y saber hacer, el mexicano acababa claudicando y poniendo fin de esta forma a una excelente racha de 37 carreras sin abandonar.