sábado, abril 20, 2024

Escenarios

•El mundo de los caciques

•A veces, PRI. Otras, PAN

•Patología de García Guzmán

Luis Velázquez

Uno. El mundo de los caciques

La vida democrática en Veracruz es así:

El cacique de Tantoyuca, Joaquín Guzmán Avilés, toda su familia en la nómina, siempre ha sido panista.

El cacique de Zongolica, Mario Zepahua Valencia, la familia en la nómina, siempre ha sido priista.

El cacique de Coatzacoalcos, Marcelo Montiel Montiel, él y los suyos en la nómina, toda su vida priista.

El cacique de Santiago Tuxtla, Nemesio Domínguez Domínguez, él y su esposa y sus asesores en la nómina, siempre priista.

El cacique de Catemaco, Jorge González Azamar, tres veces presidente municipal y diputado local y siempre por un partido diferente, según convenga a la causa.

El ex cacique de Catemaco, Jorge Uscanga Escobar, solo le faltó ser gobernador, priista a morir.

Las cacicas de Acayucan, las hermanas Regina y Fabiola Vázquez Saut, alternando los cargos públicos, ya en el PAN, ya en el PRI.

El cacique mayor de Pánuco, Ricardo García Guzmán, con su familia siempre en la nómina, se mueve según convenga a sus intereses. Unas veces, en el PRI. Otras, como ahora, en el PAN.

Así, con todo el desparpajo y cinismo del mundo, proclaman su vocación democrática.

El penúltimo ramalazo fue cuando Ricardo García Guzmán, ex presidente municipal, ex diputado local, dos veces Contralor (con Miguel Alemán Velasco y Javier Duarte, preso en una cárcel militar de Guatemala), buscó la candidatura a la alcaldía, pero ahora, por el PAN.

Tal cual, se quitó el ropaje ideológico del PRI y se puso la camiseta del PAN, valiéndole.

Entonces, viento en pompa, un desplegado publicado en el periódico Reforma lo tumbó de la nominación.

Cacique al fin, dueño del pueblo y del destino común, impuso a uno de los suyos, síndico en el Ayuntamiento de su hijo Ricardo, como candidato a la presidencia municipal, y ahí va.

Antes, priista. Ahora, panista. Después, según soplen los vientos huracanados.

La democracia en el siglo XXI en el Golfo de México.

Dos. El camaleón de Veracruz

El cacique huasteco, también identificado como Papá Porky, ha dado un ramalazo más.

Ahora, a través de su hijo, Rodrigo García Escalante.

Llegó a la LXIV Legislatura nominado por el PVEM, filial del PRI.

Entonces, con varios muchachitos petulantes y soberbios, integraron, según ellos, una fracción independiente llamada “Juntos por Veracruz” y cuyo significado en español es “juntos por los intereses comunes”.

Ahora, Rodrigo ha anunciado que se ha afiliado o se afiliará al Partido Acción Nacional, porque es un político leal y fiel, ni más ni menos, que a Miguel Ángel Yunes Linares.

Así, integrará la bancada azul en el Congreso local que la semana anterior fue fortalecida con el diputado UPAV, Sebastián Reyes Arellano, quien de militar en MORENA, la izquierda radical, ahora se ha integrado a la bancada del PAN, la derecha radical, en el Palacio Legislativo.

Una mano, claro, “está meciendo la cuna”, pues el objetivo, todo indica, es fortalecer más al PAN en el Congreso.

Nada fácil sería que en una de esas, ahora cuando la diputada de MORENA, Eva Cadena, Miss Bolsitas, regresó a la curul y sus (todavía) compañeros la trataron con desdén y menosprecio, de pronto, zas, anuncie que ya pertenece a la bancada panista.

Claro, sólo imaginar la posibilidad constituye una locura, pero en la vida democrática todo puede realizarse.

Ricardo García Guzmán, por ejemplo, alardeaba de una amistad fuera de serie, excepcional, con Javier Duarte, asegurando que cada semana durante casi el sexenio completo desayunaban, comían o cenaban.

Y por aquí Duarte fue satanizado y convertido en el gobernador más corrupto en la historia nacional, García Guzmán reapareció al lado de Yunes Linares, argumentando que son amigos desde cuando eran estudiantes en la UV y noviaban con un par de amigas alumnas de la facultad de Odontología.

Tres. “Todos los políticos somos rateros”

El ideólogo del café dice que los políticos nunca, jamás, han tenido principios ni valores, sino intereses, por lo regular, económicos.

Alvaro Obregón, asesinado cuando buscaba la presidencia de la república por segunda ocasión, decía que “todos los políticos somos rateros”.

José López Portillo profetizó el mundo del cinismo, diciendo que “este país se convertiría en un país de políticos cínicos”.

Los García Guzmán y los García Escalante constituyen el retrato leal de las visiones políticas anteriores.

El destino político, social y económico de un pueblo en manos de una familia. Ellos, los Guzmán, dueños de la verdad universal. Dueños del día y de la noche. Dueños del billete. Dueños de la riqueza. Dueños del poder. Los que dan y quitan.

En la campaña de los candidatos a diputados locales, la hermana de Manuel de León Maza sufrió un atentado frente a su casa con una bomba molotov que estallara.

Entonces, todos sospechaban, mejor dicho, estaban seguros, ciertos, de que la autoría intelectual era del cacique huasteco.

Ahora, más que panistas, son yunistas. Y apuestan al proyecto transexenal, de tal modo que los Yunes sigan en el trono imperial y faraónico de Xalapa y una parte de ellos con el caciquismo aldeano vigente, pues al mismo tiempo abre las puertas para el poderío económico.

Así se vive la democracia y la calidad democrática en Veracruz, donde seis de cada diez habitantes (somos ocho millones) están en la pobreza, la miseria y la jodidez según el CONEVAL.

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