Las Choapas.-Un total de 80 elementos de la Policía Municipal de Las Choapas serán trasladados a la Academia de Lencero para que se les apliquen pruebas de confianza, quien no las pase, será dado de baja.

En tanto, la seguridad en la cabecera queda bajo responsabilidad de personal de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) en coordinación con el Ejército Mexicano y  Marina Armada de México (Semar).

Fuentes de la SSP del gobierno de Veracruz indicaron que esta mañana de martes, se realizó un operativo coordinado entre mandos de la SSP y de la Fuerza Civil para hacer el trasladado de un primer grupo de 32 Agentes Municipales hasta las instalaciones de la Academia de Policía en el municipio de Emiliano Zapata.

El convoy causó expectación entre los habitantes, ante el gran número de unidades y patrullas participantes, además, de algunas unidades de la Secretaría de Marina Armada de México fuertemente artilladas.

Estas pruebas, indicaron los mandos de la SSP, son parte de los acuerdos tomados entre autoridades de Tabasco y Veracruz el domingo pasado en una reunión de seguridad entre gobierno de Veracruz y representantes del estado vecino de Tabasco, que también ve con preocupación lo que ocurre en su frontera norte.

En ese encuentro, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, con autoridades tabasqueñas, reconocieron que la región es un «corredor natural» de la delincuencia organizada, que no distingue límites territoriales ni políticos, y ello había derivado en el incremento de la percepción de violencia.

Entre otras medidas, se están realizando rondines constantes en la zona fronteriza, se montaron retenes y se evita el tránsito de unidades automotrices con polarizados.

Se espera que en unos días, otros dos grupos de gendarmes, uno de 30 y otro de 20, partan de Las Choapas a Xalapa para continuar el proceso de depuración.

En la cabecera, se comenta, hubo total nerviosismo entre los familiares de los oficiales pues las acciones se realizaron sin avisarles a los jenízaros, y prácticamente se los llevaron bajo engaños.

Y es que desde el domingo pasado, cuando había trascendido el operativo de hoy, los primeros en presentar su renuncia voluntaria fueron precisamente el subdirector operativo de la Policía Municipal de Las Choapas, Víctor Manuel Durán Pérez, y el Jefe de Servicios, Luis Alberto Durán Pérez. «Dieron las gracias y se retiraron  diciendo que no se iban a someter a esa humillación», dijo a Liberal una fuente que pidió anonimato. 

Así, de unos 100 elementos que había dados de alta en Las Choapas al iniciar el 2017, sólo quedan unos 80. Después del atentado contra tres de esos agentes, varios ya no se presentaron a trabajar, y otros pidieron su baja.

A finales de enero, después de esa agresión, los gendarmes realizaron diversas manifestaciones para exigir armamento y mejores salarios, ya que se sentían vulnerables ante los grupos de la delincuencia que operan en la región.

Antes de terminar su gestión como jefe de la SSP, en el sexenio pasado, José Nabor Nava Olguín, reconoció que el 27 por ciento de los elementos de la policía en Veracruz no pasaban las pruebas de confianza, y si no se les daba de baja, era porque resultaba demasiado costoso y no había suficiente personal para cubrir las vacantes.

También dijo que durante el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, se había dado de baja a unos 3 mil 500 efectivos por no tener condición física para los patrullajes, no vivir acorde a las percepciones salariales o por haber terminado vida útil en la corporación.

De ese personal, 470 efectivos se encuentran en proceso ante la Procuraduría General de la República por diversos delitos, y 120 estaban indicados por denuncias de desaparición forzada.

La violencia en Las Choapas comenzó a finales del mes pasado, con la privación ilegal de la libertad de cuatro oficiales, tres de ellos fueron asesinados y sus cuerpos, decapitados, aparecieron de lado de Huimanguillo.

Las Choapas, según los registros locales, es uno de los diez municipios más violentos de los 212 de Veracruz, y ampliamente complicado por ser paso de diversas carreteras que van del norte al sur del país, así como de vías de ferrocarril, paso de migrantes y altamente codiciado por la existencia de ductos de Pemex.

En esa región, células del Cártel de Jalisco Nueva Generación y de Los Zetas libran una batalla sangrienta por el territorio.