viernes, abril 19, 2024

Expediente 2017

Políticos gemelos

Por: Luis Velázquez

Fidel Herrera Beltrán, el góber fogoso, empezó a repartir dinero, más o menos, luego del paso del huracán Karl.

Entonces, se metía la mano a la bolsa del pantalón o del traje y sacaba los fajos de billetes de 500 pesos y los repartía entre las mujeres.

Sin recibo. Sin control.

Y si el dinero se le acababa hablaba a la secretaría de Finanzas y Planeación para que le enviaran más remesas.

Luego, cuando se volvió fama pública de que actuaba como un Rey Midas, la gente se le amotinaba alrededor.

Un día, sin embargo, de 500 pesos que daba lo bajó a 200 y 300 pesos.

Al último, terminó repartiendo billetes de cien y 50 pesos.

“Yo lo vi, decía Flavino Ríos Alvarado, el góber interino de 48 días, repartir lana sin ton ni son”.

El viernes 6 de enero del año que corre, Miguel Ángel Yunes Linares, el góber azul, también repartió billete.

Y de 500 pesos, como al principio el góber fogoso.

Pero en vez de que los diera como el fogoso “a calzón quitado” los repartió en un sobrecito cerrado, afuera de un centro comercial, cumpliendo la promesa revolucionaria del día anterior de que ayudaría a las amas de casa…con dinerito propio, en ningún momento, adviértase, de las arcas oficiales.

Y, claro, igual que el fogoso, el azul fue inmortalizado en el instante por fotógrafos y camarógrafos.

Y las fotos y el video trepado a las redes sociales, y de paso, claro, al noticiero televisivo.

Y en el noticiero a nivel nacional.

Cada quien su momento, el mismo estilo de gobernar y ejercer el poder.

Populismo puro, digamos.

Vasos comunicantes. Coincidencias y divergencias. Tal para cual.

PAN Y CIRCO PARA EL PUEBLO

Quiso así el fogoso ganar liderazgo. “¡Te queremos, Fidel, te queremos” solían gritarle en los mítines.

En el transcurso del sexenio aseguraba que le habían compuesto 900 canciones con todos los ritmos musicales.

El corrido, narrando su historia.

El adolescente que vendió longaniza, tamales y cocadas en la Cuenca del Papaloapan, según alardeaba, mudado en un góber populachero.

Si Jesús multiplicó los peces y los panes, el fogoso repartía billetes, de igual manera como “el día de Reyes” el góber azul.

Desde luego, nadie cree que el azul haya regalado los sobrecitos de 500 pesos de su dinero.

Pero “haiga sido como haiga sido”, se incurre en la misma estrategia que el fogoso.

Pan y circo para el pueblo.

Y es que lo único importante que cuenta “y cuenta mucho” como dijera el señor de Los Pinos, son los hechos en un político.

Y los hechos son así:

El góber azul tomándose selfies en el zócalo jarocho.

Caminando en la ciudad de Xalapa y demorándose dos horas para caminar una sola cuadra, pues la población lo detenía en el camino.

Filmando un video en el parque Lerdo de Xalapa con un pordiosero a un lado durmiendo “la mona” en una banca.

Enfrentando a los saqueadores en una tienda comercial como un mensaje polisémico de que a nadie le tiene miedo.

Transmitiendo un mensaje directo desde Poza Rica a los malandros. “Voy por ustedes”, allí mismo donde el prófugo de la justicia, Javier Duarte, advirtiera a los reporteros “que se portaran bien porque vendrán tiempos peores y caerán muchas manzanas podridas”.

Ofreciendo una rueda de prensa y precisando hacia el final que “el nuevo gobierno da la cara y responde a todas las preguntas” y que nadie lo olvide.

Así era el fogoso.

Por ejemplo, apenas veía tres, cuatro, cinco reporteros juntos daba rueda de prensa.

Pasaba por un lugar donde estuvieran unas mujeres reunidas y se detenía y repartía su tarjeta personal a todas ellas.

Sólo falta al Yunes azul treparse a un taxi, igual que el fogoso, para calibrar, decía, el sentir popular sobre su gobierno.

Pero también, igual que el fogoso, ponerse a bailar en un mitin político con algunas barbies para que le tomen selfies y videos y los lancen a las redes sociales.

El ingeniero Heberto Castillo describía así a Porfirio Muñoz Ledo:

“Si va a un bautizo quiere ser el niño. A una boda, el novio. Y a un velorio, el muerto”.

VIDAS PARALELAS

En la pasarela mediática y el estallido del Internet, el populismo como estrategia de gobierno.

Suetonio en “Los doce Césares” cuenta el mundo imperial y faraónico de los emperadores que terminaba en el circo romano perdonando o ejecutando a los esclavos luego de pelear con los tigres y leones.

Y como la población no tiene memoria larga, y como EN cada nuevo periodo constitucional la vida se reinventa y la esperanza renace, entonces, lo mismo que antes se cuestionaba en Javier Duarte y Fidel Herrera, ahora se repite, digamos, “al pie de la letra”.

Un priista lo dice así:

Desde el sexenio de Rafael Hernández Ochoa, 1974/80, en que el fogoso y el azul se encontraron se hicieron amigos, pero siempre compitiendo en cuatro ejes rectores:

Uno: el mejor cargo público.

Dos: el mayor número de amigos en los cargos públicos.

Tres: la cercanía con el Príncipe.

Y cuatro: los mejores cromos.

Hoy el azul reproduce la misma filosofía de comunicación política y social que el fogoso.

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