martes, abril 23, 2024

Bitácora

La violencia como arma persuasiva

Por Miguel Angel Cristiani Gonzalez

Reprobable desde cualquier ángulo que se quiera ver, la agresión de que fueron objeto -supuestamente- por integrantes del Movimiento de los 400 Pueblos, el líder nacional del PAN, Ricardo Anaya; al Gobernador electo de Veracruz, Miguel Ángel Yunes; el presidente de la Comisión Nacional de Elecciones, Santiago Creel, y a sus colaboradores, luego de que asistieran al palacio Legislativo a solicitar a los diputados que no voten la elección del Fiscal Anticorrupción, ni del Consejero del IVAI.

La noticia que cundió primero por las redes sociales, ya alcanzó dimensiones y difusión a nivel nacional e internacional.

El mismísimo Secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong -responsable de la política interna en el país- luego de reprobar los hechos en su cuenta de twitter, aseguró que “Las autoridades ministeriales correspondientes deberán castigar a quienes resulten responsables de estos inaceptables actos”.

Pero no solo los panistas a nivel nacional y estatal se pronunciaron en contra del nombramiento del Fiscal Anticorrupción por la actual legislatura, también la dirigente nacional del PRI hizo una declaración en conferencia de prensa para desmarcarse de lo que se considera como una maniobra del todavía gobernador Javier Duarte para heredar a funcionarios públicos en la siguiente administración.

La dirigente nacional del PRI, Carolina Monroy, aseguró:

«Nada ni nadie por encima de la ley. No habremos en el partido de respaldar un solo acto, un solo dicho, un solo hecho que contravenga el Estado de derecho».

Acompañada de miembros del Comité Ejecutivo Nacional de su partido, Monroy dijo que la pretensión de Duarte de cuidarse, aunque tiene el debido sustento jurídico, es cuestionable desde el punto de vista ético.

«A los ojos de todos (…) no son momentos para tomar decisiones de tanta trascendencia», argumentó.

 «El partido está tomando una posición muy clara: no tenemos por qué responder, mucho menos avalar aquello que no pudiera estar alineado a los principios institucionales y en la legalidad».

Mientras esas declaraciones se daban en la ciudad de México, acá en Veracruz, en el Palacio Legislativo los integrantes del Movimiento de los 400 pueblos se manifestaban en las puertas de ese recinto, para demandar que fuera nombrado el Fiscal Anticorrupción.

Llama la atención, que ninguna autoridad haya tomado en cuenta la posibilidad de que se registrara un desafortunado encuentro -como finalmente ocurrió- cuando jóvenes vestidos con playeras y corte de pelo corto, empezaron a agredir a los funcionarios panistas que acudieron al Congreso a pedir que no se nombrara en esta administración al Fiscal Anticorrupción.

En contraste, para este jueves, cuando se debería de tratar el tema del Fiscal Anticorrupción y del consejero del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información, cuando ya no debería de haber ningún indicio de actos de violencia, ahora sí, se colocaron cercados metálicos para controlar el acceso y alrededor del Palacio Legislativo se pudo observar a numeroso grupo de elementos supuestamente policías, vestidos de civil.

Pero como narrarían los clásicos cronistas deportivos, esto no se acaba hasta que se acaba y apenas es el principio de un futuro que ya nos alcanzó.

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