Chantajean a indígenas

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Orizaba, Ver.- La Secretaría de Salud (SS) chantajea y presiona a las mujeres indígenas de la sierra del Pico de Orizaba para someterlas a cirugías y evitar nuevos embarazos, por lo que ahora prefieren cursar su estado de gravidez con el apoyo de parteras que recurrir al servicio médico; esta práctica, acusó Jairo Guarneros Sosa activista de la agrupación, Coordinadora de la Sociedad Civil, es más común en el Hospital Regional de Río Blanco.

En comunidades del municipio de La Perla, en la sierra del Pico de Orizaba «hay mujeres que son presionadas por médicos y enfermeras de la Secretaría de Salud para que se sometan a cirugías y eviten nuevos embarazos. En reuniones que se han sostenido con mujeres en comunidades de La Perla, se abordó el tema de la violencia obstétrica que se ejerce en su contra». En el Hospital Regional de Río Blanco, «prácticamente se obliga a las mujeres indígenas que se les someta a las cirugías».

Por ejemplo, las regañan para que se operen para no tener más hijos. A quienes viven en esas regiones, les dicen que ya tienen muchos hijos y que no van a poder darles de comer, como si estuvieran viendo que de verdad sus hijos no comen.

Éstos son algunos de los relatos que tienen las mujeres indígenas de la sierra del Pico de Orizaba, «muchas de ellas concluían que ya mejor tendrían a sus hijos en su comunidad y así se ahorraban tantos malos tratos, regaños y el forzarlas a operarse para dejar de tener hijos».

El tema «da para muchas reflexiones como por ejemplo hay mujeres que incluso agreden a su propio género, aunque aseguran que ya se avanzó en materia de defender sus derechos, «pero las mujeres de las comunidades realmente han mejorado su situación en cuanto a la violencia de los hombres y también de las instituciones, la respuesta es no. Igual el tema da para preguntarse que para qué carajo sirve contar con una ley a favor de las mujeres y que se haya legislado para reconocer la violencia obstétrica, si el pan de cada día de las mujeres pobres es el maltrato que reciben en los hospitales por la mayoría del personal que las tratan de forma insensible e irrespetuosa».

Muchos de los médicos y enfermeras «por el hecho de tener una profesión o tener un mejor nivel de vida que las mujeres indígenas las maltratan, se sienten superiores, se acerca ya el 8 de marzo, seguramente escucharemos discursos grandilocuentes que afirman ser aliados de las mujeres o que ahora ya las mujeres cuentan son respetadas en sus derechos. Pero en el Hospital Regional seguirán violentándolas por ser campesinas y ser pobres».

La agente segunda del Ministerio Público especializado en Atención de Delitos contra la Mujer, Guadalupe González Carrillo, dijo que la ley impone de dos a seis años de prisión para quien incurra en acoso sexual o violencia hacia las mujeres a bordo de las unidades del transporte público. La especialista indicó que las sanciones por el acoso sexual en agravio de las mujeres están contempladas en el artículo 190 del Código Penal del estado de Veracruz.

Precisó que el acoso sexual no es considerado una falta de respeto sino como un delito en la legislación veracruzana, por lo que quien incurra en ese tipo de ilícitos puede ser presentado ante el Ministerio Público e incluso enfrentar a un juez. González Carrillo aclaró que el acoso a bordo de las unidades del transporte público no representa un delito grave, por lo que alcanza fianza, sin embargo, recordó que los responsables sí pueden ser consignados ante las autoridades judiciales.

«Es muy importante esta campaña porque realmente nos va a ayudar a prevenir que se sigan cometiendo los delitos y a darle a conocer a la población que no es solo una falta de respeto, es un delito», insistió.

Incluso, explicó que un piropo lanzado a una mujer a bordo del transporte público podrá ser denunciado, pues el dicho podría provocarle una afectación psicológica. La agente del Ministerio Público mencionó que se recibieron tres denuncias por acoso a bordo de camiones del servicio urbano en 2015.

Consideró que el programa «Mujer Segura» contribuirá a evitar ese tipo de conductas ilícitas a bordo de los camiones del servicio urbano que circulan en la zona conurbada. «El simple piropo es una violencia, el simple piropo porque la mujer no está obligada a escuchar lo que no quiere escuchar y eso le puede causar una afectación sicológica, entonces el simple piropo, no solo la falta de respecto, se puede considerar una falta sicológica; si hablamos de físico, ya no es acoso, es otra situación», remató.